La creación de la nueva especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia (PIyA), aprobada por el Gobierno en el Consejo de Ministros previo a las vacaciones de verano, ha supuesto para las asociaciones de psiquiatras un "reconocimiento" que llega para "corregir esas lagunas" que el Sistema Nacional de Salud (SNS) presentaba en esta materia, según reconoce para El Independiente Ana González Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. "Era una reivindicación que teníamos desde hace mucho tiempo", añade.
El real decreto no sólo crea esta nueva especialidad, que marca "una separación asistencial y formativa" para los psiquiatras infantiles y los adultos, sino que además "renueva y reforma la especialidad de Psiquiatría General, porque se añade un año más de formación", explica Roque Prego, secretario de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA).
La medida de ampliar la formación de cuatro a cinco años, a pesar de haber sido aplaudida por gran parte del sector, ha traído consigo ciertas dudas. El punto más conflictivo del real decreto se encuentra en su disposición adicional tercera, donde el Gobierno incide en que esta norma "no implica incremento de gastos de personal", a pesar de que el coste del nuevo MIR de Psiquiatría y Psiquiatría Infantil será mayor por ese curso añadido. La impopular solución que ha aportado el Ministerio de Sanidad ha sido la de reducir las plazas de médicos interno residentes (MIR) de Psiquiatría Infantil y no infantil en un 23%, tal y como denuncia la Sociedad Española de Psiquiatría Legal (SEPL).
Alfredo Calcedo, expresidente de la SEPL y vocal de su junta directiva, indica que el coste de un MIR de Psiquiatría en sus cuatro años de formación era de 180.486 euros, por lo que el Estado invertía 51,9 millones de euros de gasto para el Sistema Nacional de Salud en costear la formación de los 288 profesionales que se presentaron a las plazas convocadas en 2020. En cambio, con los cinco años de formación, el coste de un MIR sería de 234.338 euros. Con el objetivo de cumplir la premisa del recién aprobado real decreto de no incrementar el gasto de personal, el Ejecutivo ha reducido la oferta de plazas formativas a 222, de forma que se ajusta a los 52 millones de presupuesto, tal y como informan en la Memoria de Análisis e Impacto Normativo (MAIN) en la que se resume la distribución de las plazas de las especialidades de Psiquiatría y Psiquiatría Infantil.
Sanidad mantendrá el presupuesto para Psiquiatría a pesar de haber ampliado un año la formación: Han creado la especialidad, pero a coste cero"
El Ministerio de Sanidad ha puntualizado para El Independiente que "las Comunidades Autónomas pueden realizar una redistribución de la oferta de plazas de otras especialidades, ampliando la oferta de Psiquiatría y PIyA contemplada en la MAIN". Por lo tanto, las carencias de nuevos psiquiatras que puedan contemplarse en algunas regiones sólo se podrían paliar con el recorte de profesionales de otras áreas. "Han creado la especialidad, pero a coste cero. Es un avance que vayamos a tener a psiquiatras infantiles mucho mejor formados, pero [contaremos con] menos profesionales", evidencia Calcedo. Ana González Pinto espera poder hablar con el Ministerio sobre este asunto y apuesta por pensar que habrá "mecanismos que podemos estudiar" para "llegar a consensos".
Una de las peores ratios de Europa y un "aluvión" de jubilaciones
España se encuentra tercera por la cola en cuanto a tasa de psiquiatras por 100.000 habitantes, con 11 profesionales. A pesar de que ha mejorado esa cifra con respecto a 2018, cuando el informe Estimación de la oferta y demanda de médicos especialistas. España 2018-2030 reveló que ese ratio era de 9,5, nuestro país actualmente empata con Rumanía y Malta, y sólo tiene por detrás a Polonia (9) y a Bulgaria (8). En los primeros puestos de Europa se sitúan Alemania, con 27; Grecia, con 25; Lituania, con 24, o Francia, con 23. En 2018, sólo País Vasco (16,5) y Cataluña (15,2) se acercaban a esas cotas.
En el mencionado estudio, el Ministerio valoró las necesidades de incorporar psiquiatras en el futuro como estables/crecientes, por lo que "consideraron, en 2018-2019, que se debería incrementar ligeramente el número de especialistas". Se trataba de un momento en el que "no se conocía aún el impacto que esta epidemia iba a tener", refleja González Pinto, que a su vez indica que Sanidad debe "incrementar la oferta en Psiquiatría en un 0,6% al año", no recortarla.
A esto se suma que "viene un aluvión de jubilaciones tremendo", manifiesta Calcedo. Según datos del informe relativo al periodo 2018-2030, el 25% de los psiquiatras varones y el 22% de las mujeres, es decir, casi la mitad de los que actualmente están en ejercicio, tendrán más de 60 años en 2028, un año después de que terminen el MIR los 222 médicos que en 2022 comenzarán su formación. Además, la ampliación de la formación traerá consigo un año en blanco de nuevos profesionales. En 2026 no saldrá ningún psiquiatra del MIR, ni de niños ni de adultos, para incorporarlo al SNS, por lo que las incorporaciones se frenarían en seco y "habrá problemas muy serios de cobertura", considera expresidente de la SEPL.
Escasa formación en psiquiatría de adultos
Calcedo asegura que "el diseño que se ha hecho [de la formación], no es el mejor". "Hasta hace un mes, había una única especialidad y los que querían hacer psiquiatría infantil dedicaban el último año de su MIR a formarse para ello. Lo que se ha hecho ahora es poner dos años comunes y tres de especialización, por lo que los psiquiatras infantiles y los psiquiatras no infantiles comparten dos años. De esos dos años comunes, hay uno que también está dedicado a la Psiquiatría Infantil, así que aquellos que se dediquen a esa rama van a hacer en realidad cuatro años de Psiquiatría Infantil y solo uno de adulta", argumenta.
Esta carencia formativa en psiquiatría de adultos podría suponer un problema en los puestos asistenciales de las zonas menos pobladas. "En España hay muchos psiquiatras que ven a la vez a adultos y a niños en ciudades pequeñas que tengan solo un centro de salud mental. No hay un volumen suficiente de profesionales para que haya un psiquiatra infantil a tiempo completo y, por ello, hay psiquiatras unos días de niños y otros días de adultos", indica. Así, Calcedo expone que "conviene que tengan una buena formación de Psiquiatría de Adultos, especialmente cuando les toca ocuparse de las guardias, porque les llegan niños, adolescentes y adultos".
"A nosotros no nos gusta cómo se ha hecho" el real decreto, refleja el expresidente de SEPL, "porque se ha hecho a costa de un gran sacrificio por parte de la psiquiatría no infantil". "Aplaudimos la creación de la especialidad, pero cuando leímos la memoria de impacto nos hemos llevado las manos a la cabeza", especialmente en un contexto en el que están "aumentando el número de plazas PIR (psicólogos) y de EIR de Salud Mental (enfermeros)", dice.
El peso en la salud mental de la pandemia
"La salud mental ha entrado en la agenda política y se crea esta especialidad, pero se reducen el número de médicos residentes de psiquiatría", afirma en este mismo sentido Alfredo Calcedo. Según Roque Prego, en esta disciplina, tanto para los servicios infantiles como los de adultos, "hay un déficit crónico de psiquiatras". Esa carencia no es nueva, sino que se viene notando desde "hace mucho tiempo", porque la psiquiatría "siempre ha sido el hermano pobre" de nuestro sistema sanitario.
El Covid-19 "no sólo ha sacado a la luz las carencias asistenciales, sino que lógicamente ha habido un incremento de la demanda y de la patología en salud mental, tanto de adultos como de niños", declara este sanitario, que cree que el real decreto que trae consigo la creación de la nueva especialidad ha sido aprobado este mes de agosto "por la presión asistencial de este último año en cuanto a lo que se refiere a la salud mental infantil".
En cuanto a la rebaja de puestos de formación, el secretario de SEPYPNA sostiene que "siempre se han dotado menos plazas MIR de las que se pedían y siguen con esa misma tónica", pero llama a "replantear" la situación, "porque una de las cosas que se ha visto con la pandemia es que no sólo nos ha puesto al límite como país y como sociedad, sino como sistema sanitario".
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