Tras la diosa de la glucosa, como es conocida en las redes sociales, está Jessie Inchauspé. Una joven matemática y bioquímica obsesionada, en el buen sentido de la palabra, con la glucosa, y sus efectos en la salud. Como ella cuenta en su recién publicado La revolución de la glucosa, todo comenzó con un accidente acuático en el que se dañó las vértebras. Tras él, recuperó su salud física pero no conseguía recuperar su salud mental. Buscaba la forma de conectar con su cuerpo y la tecnología sanitaria fue el camino. Inchauspé empezó a trabajar con la glucosa e incluso se instaló – y aún lo lleva – un dispositivo que mide la glucosa del cuerpo en cada momento para ver cómo influye en su vida.
"La glucosa es una molécula que nuestro cuerpo necesita para generar energía, de hecho es su fuente preferida de energía y se obtiene de los alimentos dulces y el almidón. Pero al igual que no es bueno regar demasiado una planta, tener demasiada glucosa tampoco es bueno y puede generar muchos problemas de salud", explica Inchauspé en conversación con El Independiente.
El problema no es menor, afirma Inchauspé, pues "los datos hablan de que hasta un 90% de la población tiene mayores niveles de glucosa de los recomendados". Los síntomas, asegura, se pueden percibir inmediatamente pero también afectan a largo plazo. "Es habitual sentir antojos de dulce, mucha hambre cada dos horas, sentirnos cansados durante la tarde, también a nivel cutáneo síntomas como el acné, las arrugas, la fertilidad, síndrome de ovario poliquístico, empeorar los síntomas de la menopausia. Y a enfermedades a largo plazo como la diabetes, el cáncer, el alzhéimer o las enfermedades coronarias", indica.
En su libro, Inchauspé explica cómo la glucosa que nuestro cuerpo no es capaz de quemar genera radicales libres, que inducen la inflamación y oxidación en el cuerpo. Esto produce daños en los diferentes órganos y especialmente en el cerebro. "Siempre nos han dicho que es bueno tomar azúcar para dar energía al cerebro. Pero lo cierto es que los estudios científicos revelan totalmente lo contrario. Nuestro cuerpo lo que hace es liberar insulina para almacenar esos niveles de glucosa, porque no quiere es que esa glucosa permanezca en sangre a altos niveles y durante un largo período de tiempo. De hecho la energía disponible va a disminuir, esto lo tenemos comprobado desde un punto de vista bioquímico. Más azúcar es menos energía. Más placer pero menos energía, la dopamina en el cerebro nos engaña".
La relación entre las enfermedades del cerebro y la glucosa, las explica Inchauspé porque "las neuronas son altamente sensibles a los picos de glucosa; las neuronas están particularmente llenas de mitocondrias, porque el cerebro necesita mucha energía, así que cada vez que hay un pico de energía, las neuronas lo sienten aún más. Y al igual que el resto de células del cuerpo, las neuronas son sensibles a la inflamación y al estrés oxidativo que causan las mitocondrias cuando cada vez les cuesta más crear energía".
Este vínculo es conocido y de hecho, como recuerda la autora de La revolución de la glucosa, se ha utilizado el término "diabetes tipo 3" para referirse al alzhéimer por los mecanismos comunes entre ambas enfermedades. "En un estudio que se hizo en California con personas con demencia a los que se puso una dieta muy restrictiva de glucosa se consiguió revertir los síntomas de la enfermedad. Los datos son muy preliminares pero prometedores".
Consejos para reducir los picos de glucosa
Como explica Inchauspé en su libro, cuando nuestro cuerpo tiene más glucosa de la que puede quemar "el páncreas segrega insulina, cuya función es acumular el exceso de glucosa en los almacenes que hay por el cuerpo para mantenerla fuera de circulación y protegernos de los daños". Por ello es clave evitar los picos de glucosa y el libro cuenta varios trucos para conseguirlo.
Uno de ellos es cambiar el orden de las comidas. "Los estudios dicen que si comemos los alimentos en el orden correcto podemos disminuir el pico de glucosa un 75% y el de insulina en un 40%. Para ello, lo importante es tomar primero vegetales, después proteínas y grasas y, por último, almidones y azúcares. Con esto logramos generar una especie de malla protectora del intestino que ayuda a nuestro cuerpo a prevenir el sunami de glucosa que se puede producir con el pico", afirma la autora de La revolución de la glucosa.
Otro de sus trucos es cambiar el desayuno dulce por saludo. "Yo priorizaría este cambio porque el impacto se ve inmediatamente. Pasar de un desayuno dulce a salado evita hambre y antojos durante el día y se consigue estabilizar los niveles de energía, por lo que se notará menos cansancio".
Inchauspé también recomienda incorporar un entrante verde antes de las comidas o una cucharada de vinagre diluida en agua unos 20 minutos antes de comer. "Creo que lo importante es que la gente entienda cómo funciona su cuerpo, que incorpore un mix o las recomendaciones que quiera y empezará a ver el efecto. Un cambio siempre es mejor que ninguno", incide.
Aunque afirma que no es el objetivo, Inchauspé subraya que uno de los efectos secundarios de disminuir los picos de glucosa es la pérdida de peso. "No es el objetivo, pero sí una consecuencia común. El objetivo es aprender sobre nuestro cuerpo y mejorar nuestra salud general".
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