Llegan por fin las Navidades, una de las épocas más esperadas para la gran mayoría de los niños. Estos (y también los padres) se enfrentan a casi tres semanas de vacaciones. Un tiempo para celebrar en familia entre regalos y momentos entrañables, pero donde se pierden habitualmente las rutinas y los horarios tan importantes para los más pequeños, que en ocasiones sienten que se aburren, ante la desesperación de sus padres por entretenerlos.
La doctora Marta de Quixano Burgos, jefa de Servicio de Pediatría del Hospital El Pilar, en Barcelona, recomienda que durante estas semanas de vacaciones los padres intenten en la medida de lo posible no perder las rutinas, aunque con «cierta flexibilidad». Si las conservamos «ayudamos a considerarlas como algo bueno y beneficioso, y no como una obligación o castigo de los días de cole», advierte.
De Quixano recuerda que durante las vacaciones deben mantenerse los tiempos de sueño, de forma que los menores puedan descansar el mismo número de horas, entre 9 y 11 diarias, que el resto del curso. «Hay que evitar excesos, tanto en el sueño como en las comidas, ya que pueden dificultar la vuelta a la rutina», sostiene la doctora.
Cuidado con las pantallas
El tiempo invernal no suele favorecer las actividades en familia al aire libre. Por ello, muchos padres suelen recurrir a la televisión y al móvil como modo de entretenimiento de sus hijos, excediendo las recomendaciones internacionales al respecto. La doctora De Quixano recomienda abrigarse y salir a la calle –«todas las ciudades ofrecen actividades navideñas muy atractivas»– y limitar el uso de las pantallas durante el mayor número de horas que inevitablemente pasaremos en casa.
La especialista recuerda que el uso de pantallas está desaconsejado por debajo de los 2 años, y que a partir de esa edad debe introducirse de manera muy restringida: entre media hora y una hora al día entre los 2 y los 5 años; una hora hasta los 12, preferiblemente bajo supervisión de un adulto; una hora y media entre los 12 y los 15 con control de las redes sociales, y hasta dos horas a partir de los 16 años, evitando siempre que se utilicen una hora antes de acostarse y en el dormitorio.
«Los niños que pasan muchas horas delante de las pantallas pierden oportunidades para dominar las habilidades interpersonales, motoras y de comunicación. Aumenta la obesidad, los trastornos de sueño y las alteraciones en la audición y en la vista, así como en las relaciones familiares», advierte la pediatra del Hospital El Pilar.
Alimentación saludable frente a los excesos
Las celebraciones navideñas son propicias a los excesos en la alimentación de los mayores, pero también de los niños. Abundan los dulces y los alimentos no recomendables en su dieta habitual, y los desajustes horarios propios de estas fechas tampoco ayudan a mantener una alimentación saludable. La doctora De Quixano advierte que es necesario mantener las pautas habituales para que estas fechas no distorsionen una correcta evolución en su crecimiento y desarrollo.
«Son días especiales, y a los más mayorcitos, que ya comen de todo, no se les puede decir a todo que no, pero hay que intentar compensar los excesos, que estos no tengan lugar todos los días, y compensar con comidas más ligeras, con más fruta y verdura los demás días. A su vez, conviene evitar los excesos de azúcar, especialmente en las últimas horas de la tarde», remarca.
Tiempo de calidad, el mejor regalo
La Navidad ofrece una oportunidad excelente para difrutar en familia del llamado tiempo de calidad, que durante el año no es tan fácil ofrecer pero que es fundamental. Momentos de afecto y compañía que recordamos toda la vida y que es muy importante cultivar. «Hacer actividades y hacerlas en familia es importante y gratificante, pero esos momentos sin obligaciones, de conversación distendida e informal, con besos y abrazos espontáneos, en los que lo importante es estar juntos, compartir los sucesos y las inquietudes y explicar las ilusiones, es el tiempo de calidad, donde quedan plasmados los valores de la familia», destaca De Quixano.
La experta resume sus recomendaciones en una serie de consejos para estos días de familia y vacaciones:
- Disfrutar de la magia de la Navidad con ilusión y en familia, potenciando los valores de la misma.
- Fomentar los hábitos saludables de actividad, sueño y alimentación, pero adaptándose a los días especiales.
- Favorecer las actividades solidarias, acordándonos de los menos afortunados, especialmente de los más pequeños.
«Un último consejo sería no forzar a los niños a seguir el ritmo de los adultos, sino adaptarnos más a las necesidades de los pequeños para que puedan mantener sus hábitos», concluye la jefa de Servicio de Pediatría del Hospital El Pilar, en Barcelona.
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