Las articulaciones que permiten mayor libertad de movimiento son las esféricas, en las que el extremo redondo de un hueso largo se acopla perfectamente en el hueco de otro hueso. Esto sucede en los hombros y las caderas. La cadera es la articulación que une el tren inferior del cuerpo con el superior a través de la unión del hueso del mulso, el fémur, con la pelvis. En este caso, la bola del extremo del fémur encaja en  la cavidad de la pelvis, lo que hace que esta articulación sea muy estable y permita un  amplio rango de movimiento. Que la cadera funcione perfectamente es muy importante para que el cuerpo pueda moverse sin problemas. Para lesionar una cadera es necesaria mucha fuerza. Sin embargo, su uso excesivo al hacer deporte, correr o sufrir constantes caídas puede dañar esta articulación provocando distensiones, bursitis, dislocaciones o fracturas.

La mitad de las personas que se rompen la cadera no pueden llevar una vida independiente

La fractura de cadera es una lesión grave que puede tener complicaciones si no se repara a tiempo.  Enfermedades como la osteoartritis y la osteoporosis pueden debilitar los huesos y hacer que se rompan con facilidad, además de provocar dolor y limitar los movimientos de la persona que sufre estas patologías. La edad es un factor de riesgo y el tratamiento es casi siempre quirúrgico, salvo en casos excepcionales.

Operar en las primeras 48 horas

"La mayoría de las fracturas de cadera se producen en pacientes de edad avanzada como consecuencia de traumatismos de baja energía. Otros factores, como problemas de inestabilidad o mala calidad ósea, aumentan el riesgo de caídas y por tanto de sufrir una fractura. En estos casos los pacientes deben ser operados cuando antes, a ser posible en las primeras 48 horas después de la fractura” explica el doctor Rafael Badillo Cruzado del Servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Huelva.

Rafael Badillo Cruzado, miembro del Servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Huelva.
Rafael Badillo Cruzado, miembro del servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Huelva.

En el momento en que un paciente llega al servicio de urgencias con una fractura de cadera, y una vez confirmado el diagnóstico, se inicia el protocolo para la intervención quirúrgica en esas primeras 24 o 48 horas. Primero se realiza el preoperatorio para confirmar que no existen problemas como consecuencia de enfermedades que pueda tener el paciente, además de un seguimiento durante el ingreso en el hospital, antes y después de la intervención, por parte del servicio de Medicina Interna. “En la mayoría de las ocasiones, el paciente, debido a su edad, presenta patologías que deben estudiarse para ajustar los tratamientos ya pautados y evitar complicaciones sobrevenidas”, apunta la doctora María Pérez Tristancho, del Servicio de Medicina Interna del mismo centro hospitalario. 

La importancia de la prevención

Existen muchos factores que pueden aumentar el riesgo de caídas y por tanto de fractura de cadera. Las personas mayores que toman varios medicamentos pueden sufrir mareos y elevar las posibilidades de caerse. La falta de calcio y de vitamina D en la dieta de algunos jóvenes disminuye la masa ósea y crece la posibilidad de sufrir una fractura en el futuro.

También la falta de ejercicio debilita los músculos y los huesos, por lo que siempre es aconsejable caminar todos los días al menos media hora. Porque la mitad de las personas que se rompen la cadera no pueden llevar una vida independiente. Esto sucede porque la fractura de cadera conlleva inmovilidad durante mucho tiempo que puede provocar coágulos de sangre en las piernas o en los pulmones o pérdida de masa muscular, que aumenta el riesgo de caídas, de ahí la importancia de tratar la fractura en las primeras 48 horas.

Llevar una vida saludable es importante para mantener una masa ósea y muscular adecuada y reducir el riesgo de osteoporosis y caídas

“La finalidad del tratamiento quirúrgico es recuperar lo antes posible la capacidad funcional previa del paciente. De ahí que el postoperatorio vaya encaminado a la movilización precoz y la carga, salvo en los casos en que no sea posible, que deberán ir acompañados de rehabilitación y fisioterapia” añade el doctor Badillo.

Por eso, llevar una vida saludable al comienzo de la edad adulta es importante para mantener una masa ósea y muscular adecuada y reducir el riesgo de osteoporosis, y por tanto de huesos débiles y de caídas. Para lo cual es necesario consumir suficiente calcio y vitamina D, hacer ejercicio de forma regular para fortalecer los músculos y los huesos y así mejorar el equilibrio, evitar el consumo de alcohol y tabaco que reducen la densidad ósea, revisar la vista cada dos años y, si no se tiene estabilidad al caminar, utilizar un bastón o un andador.