Los alimentos del verano sirven para mucho más que para llenarnos el estómago. En verano es fundamental mantenerse bien hidratado para evitar la deshidratación, el golpe de calor y otros problemas de salud. De hecho, todos los años en conocemos y escuchamos recomendaciones de que tratemos de salir a la calle únicamente lo necesario.
Esto es durante la hora de mayor exposición solar, entre las 10:00 de la mañana y las cuatro de la tarde, porque los rayos UV son más intensos durante la época estival.
La importancia de una buena alimentación durante los días de calor
Es por eso que, junto a ello y otros consejos para soportar las altas temperaturas, seguir las recomendaciones de hidratación se vuelve imprescindible. Aquí tiene mucho que ver con nuestra alimentación. Porque sí; los alimentos del verano tienen otras propiedades que funcionan muy bien para esta temporada.
Como decimos, beber mucha agua es fundamental estos días, pero una correcta hidratación también pasa por incluir en nuestra dieta alimentos que además de ricos en agua también nos proporcionan de forma natural muchos otros elementos beneficiosos para nuestra salud.
Un tiempo que nos pide gazpachos, salmorejos y ensaladas con fruta, con vegetales, frescas y saludables. Algunos ingredientes propios de esta época veraniega son las berenjenas, calabacines, pimientos, tomates, pepinos, entre las verduras; y sandías, melones, nectarinas, ciruelas, melocotón de agua, entre las frutas.
Además, desde el mar también podemos contar con un extenso catálogo de alimentos cuyo momento idóneo de consumo es el verano. Los atunes en lata, espetos, bonitos o pescado de roca dan un sabor a mar en las recetas estivales.
Alimentos saludables (e hidratantes) de verano
En cuanto a su consumo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan su ingesta diaria de al menos 400 gramos por adulto. Además, estas suelen ser bajas en calorías y altas en nutrientes, lo que los hace ideales para mantener un peso saludable, ya que contribuyen a la sensación de saciedad del apetito.
De igual forma, consumir alimentos ricos en agua y sales minerales tiene múltiples beneficios para nuestro organismo y le permiten realizar sus funciones correctamente, sin necesidad de consumir bebidas azucaradas o comidas calóricas.
Sandía
Esta fruta tiene un 93% de agua y según la información compartida por la Northwestern Health Sciences University, la sandía tiene gran cantidad de vitaminas y minerales como potasio, vitamina A y B6. Además, ofrece una gran dosis de licopeno, contribuye con una digestión saludable, puede mejorar la salud del corazón y ayuda a reducir la inflamación.
Fresas
Las fresas son perfectas para mantenerte hidratado en todo momento. El 90% de su composición es agua. Además, es rica en antioxidantes, en fibra y baja en azúcar. Sus pocas calorías las colocan en muchas dietas.
Manzana
Además de ser ricas en vitaminas del grupo B, las manzanas son muy hidratantes y mejoran el tránsito intestinal.
Naranjas
Las naranjas tienen un contenido de agua de aproximadamente el 86%. Además de hidratar, son una excelente fuente de vitamina C, que interviene en el funcionamiento del sistema inmunológico. Puedes disfrutarlas frescas, en jugos o en ensaladas de frutas.
Melocotón
El melocotón contiene un 88% de agua en su composición, un poco menos que el pomelo, que tiene el 91%.
Piña
Perfecta entre los alimentos y frutas típicas del verano, contiene un 89% de agua. Una piña que está cargada de grandes cantidades de vitamina C, manganeso, vitamina B6, cobre, tiamina, folato, potasio, riboflavina, hierro y magnesio. Por otro lado, es buena para la digestión, mantiene los huesos sanos y tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Apio
El apio tiene gran cantidad de fibra, nutrientes y es bajo en calorías, además, está lleno de potasio, vitaminas y antioxidantes. El apio es 95% agua, por lo que también forma parte de esos alimentos que nos ayudarán a mantenenos hidratados. Destaca por ayudar con el manejo de la presión arterial, la prevención y el tratamiento del Alzheimer. Asimismo, es buena fuente de vitamina A, C y tiene propiedades antiinflamatorias.
Pepino
El pepino es rico en antioxidantes gracias a su alto contenido en agua (97%). Este contribuye con el fortalecimiento de los huesos, promueve la salud intestinal, ayuda a controlar el azúcar en la sangre y mejora la salud del corazón. Para implementar el pepino en su dieta puede preparar zumos, y agregarlo en ensaladas, bocadillos y en variedad de recetas.
Lechuga iceberg
La lechuga iceberg, la clásica, contiene aproximadamente un 96% de agua, una buena fuente de vitamina A, K, calcio, hierro y ácido fólico, además puede contribuir a mejorar la coagulación sanguínea, la salud ocular y es uno de los alimentos con menos contenido calórico.
Tomate
El tomate siempre ha entrado en nuestra lista de la compra como parte de los alimentos de verano que más nos ayudarán a hidratarnos. Ricos en nutrientes y vitamina C, contiene antioxidantes y compuestos como el licopeno y el betacaroteno que ayudan con la protección de las células. Otros de sus beneficios también incluyen la mejora de la salud intestinal y cardíaca. Su cantidad de agua es del 93%.
En relación con las frutas, es posible consumirlas haciendo diferentes bebidas o simplemente cortando unos trozos frescos y comiéndolos solos o acompañados de otros alimentos. En cuanto a las verduras, en su mayoría podemos mezclarlas en ensaladas o prepararlas en caldos, asadas, salteadas o combinadas de acuerdo a nuestros gustos.
Consejos para cuidar tu alimentación en verano
Asimismo, y en conjunto con todos estos alimentos para soportar mejor la temporada de calor y mantenernos hidratados, es importante mejorar nuestros hábitos dietéticos. Esto es posible si comemos con cabeza, aplicamos el sentido común y seguimos algunas recomendaciones:
- Olvídate de dietas milagro. Con la llegada del verano muchas veces nos entran loas prisas por adelgazar. Por ello, se tiende a recurrir a dietas muy restrictivas para conseguir resultados inmediatos que a la larga no son efectivos ya que con la misma rapidez que nos hemos quitado esos kilos de más, volvemos a recupéralo poniendo en riesgo nuestra salud.
- Procurar que la dieta sea lo más variada posible, ya que la monotonía produce que nos cansemos rápido y abandonemos la dieta.
- Tomar más cantidad de pescado que carne. El pescado a diferencia de la carne se digiere mucho mejor, es perfecto para no sentirse tan lleno en las comidas y cenas veraniegas. Tiene proteínas, como la carne, rico en vitaminas y minerales y ácidos grasos beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Evitar las comidas copiosas y distribuye las comidas. Dejas el trabajo, los horarios de comida y el hábito saludable de hacer 5 comidas al día que habías iniciado en invierno. Comer más veces y menos cantidad nos ayuda a sentirnos más saciados y consumir los nutrientes que necesitamos a lo largo del día.
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