Las patatas son un alimento fundamental en la gastronomía española y es una pieza clave de la dieta mediterránea. Fritas, cocidas, en puré o como ingrediente estrella de la tortilla, la presencia de las patatas en nuestra mesa es casi inevitable. Ahora bien, hay un aspecto que muchas personas no se percatan de él y puede suponer un factor determinante entre un plato saludable o perjudicial, los brotes o raíces que en ocasiones aparecen en las patatas.

¿Qué ocurre en las patatas cuando aparecen raíces?

El peligro oculto de los brotes

Si bien las raíces o brotes de las patatas pueden parecer inofensivos, pero es importante destacar que tienen una elevada concentración de glicoalcaloides, que son principalmente la solanina y la chaconina, una defensa natural que la planta produce. Una pequeña cantidad no es tóxica, pero una acumulación puede ser peligrosa. Estos compuestos pueden producir náuseas, vómitos, diarreas, dolor abdominal y alteraciones neurológicas.

¿Y si solo corto el brote?

Hay quien opina que simplemente es suficiente con deshacerse de los brotes y continuar la cocción de la patata. No obstante, esto no tiene por qué ser seguro. El brote es el único signo externo visible de un procedimiento interno: en toda la patata, la concentración de toxinas ha subido. Otro indicativo es si la patata presenta un tono verdoso en la piel, una señal de que no debe ser consumida.

Cómo prevenir la aparición de raíces en tus patatas

Trucos para almacenarlas correctamente

Un aspecto decisivo para que las patatas sigan conservándose bien es que no las tengas junto a las cebollas ya que estas acelerarían la germinación. Tampoco las dejes en las bolsas de plástico, ya que son propensas a retener la humedad. Utiliza cajas de madera u otras de tela que hagan circular el aire.

La temperatura y la luz son tus aliadas

El lugar perfecto para mantener las patatas tiene que ser fresco y oscuro y la temperatura ideal es de entre 7 y 11 grados, y si las guardas dentro del frigorífico o en un lugar frío y húmedo les harás más daño. Además, la luz hace que broten antes de tiempo y aparezca este color verdoso tan temido. Una buena opción para conservarlas es meterlas en una despensa sin humedad.

Consejos prácticos para cocinar patatas sin riesgos

Qué mirar al comprarlas

Cuando vayas a comprar patatas selecciona todas aquellas que no tengan brotes, ni heridas, ni marcas de color verdoso en la piel. Es mucho mejor elegir bien desde el principio que tener que corregir el error más tarde. Es preferible comprar pequeñas cantidades de patatas para gastar en pocos días, antes de que se deterioren.

¿Qué hacer si ya han germinado?

Cuando veas que la patata comienza a brotar pero este efecto es pequeño y las pieles no tienes zonas verdes, puedes pelar la patata de forma abundante y retirando por completo el brote. Pero si el tubérculo tiene muchos brotes o tiene múltiples zonas verdes lo mejor es tirarlo entero. La intoxicación por patata es rara y, si bien no se puede determinar si la reacción es severa, sí es cierto que los efectos gastrointestinales son frecuentes y se pueden evitar fácilmente.

Lo mas recomendable es observar el estado de las patatas antes de ponerte a cocinarlas. Los brotes no son una cuestión meramente estética y suponen un verdadero riesgo que puedes evitar con un simple gesto. Siempre debes retíralos y si la patata está muy germinada o tiene manchas verdes con formas en su piel, lo mejor será tirarla a la basura. De este modo vas a poder beneficiarte de todos sus beneficios de un modo seguro.