Cuidado con los zumos, aunque sean naturales y exprimidos en casa, porque aumentan el riesgo de padecer cáncer. Ese es uno de los principales mensajes de una investigación a gran escala que se acaba de publicar en la revista British Medical Journal. El estudio analiza también la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y edulcoradas y el riesgo de cáncer. Las endulzadas artificialmente son las únicas en las que no se ha encontrado relación con una mayor incidencia de tumores.
El estudio contó con los datos de los más de 100.000 participantes del estudio Nutrinet-Santé, hombres (20%) y mujeres con una media de 42 años. Se les siguió durante un máximo de nueve años y respondieron al menos dos cuestionarios de 24 horas sobre el consumo de bebidas y alimentos. Los resultados fueron claros: por cada 100 mililitros más de consumo de bebidas edulcoradas, un 18% más de riesgo de cáncer en general. El riesgo de cáncer de mama aumentó un 22%.
El estudio separó el consumo de zumos de fruta 100% (elaborados en casa o comprados) del resto de bebidas edulcoradas, y los resultados continuaron mostrando la relación con el cáncer. Miguel Ángel Seguí, oncólogo y portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), no se muestra sorprendido por los resultados: "Ya hay mucha literatura sobre que los zumos, aunque sean naturales, son un factor de riesgo para la obesidad abdominal y ésta está directamente asociada con el aumento de riesgo de cáncer".
Aquí, Seguí apunta a que "el zumo hay que consumirlo moderadamente. Porque tampoco se puede comer sano si se ingieren demasiadas calorías. Una dieta por muy sana que sea, si es hipercalórica, no conviene por el riesgo no solo de cáncer sino también de enfermedades cardiovasculares", explica el oncólogo.
Precisamente el acúmulo de grasa en la zona abdominal, que se sitúa alrededor de órganos vitales como el hígado y el páncreas, así como el nivel de azúcar y otros marcadores inflamatorios se relacionan con el aumento del riesgo de cáncer, según concluyen los investigadores franceses.
Para Seguí, que considera que el estudio es completo, la clave de la relación con esta grasa está "en el hecho de que no se haya encontrado una relación entre la enfermedad y el consumo de bebidas edulcoradas". No obstante, la investigación apunta a que algunos componentes químicos de las bebidas - en este caso los refrescos - también podrían jugar un papel en la relación.
Para los investigadores franceses, los hallazgos son un argumento más para limitar el consumo de estas bebidas, también el zumo de frutas, junto a una mayor fiscalidad y políticas de restricción, como una posible medida de reducción de los casos de cáncer.
"El consejo es la moderación. En España, la dieta indicada para prevenir el cáncer es la mediterránea. Hay que comer relativamente sano y relativamente poco", concluye Seguí.
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