Nutrición

Ácido lipoico o por qué un suplemento quemagrasas te puede matar

Los complementos nutricionales se venden sin restricciones en herbolarios o en la red y se les atribuyen propiedades con escaso respaldo científico. Tampoco hay información contrastada sobre las dosis seguras.

Tres envases de ácido lipoico a la venta en internet.

El parte médico de la joven de 28 años muerta esta semana en Badajoz indicaba, según informó Europa Press, que había sufrido una intoxicación aguda por ácido lipoico. No era la primera vez que esta enfermera, que iba a casarse en febrero según detallaron medios locales, adquiría complementos nutricionales en internet.

Porque el ácido lipoico se vende en herbolarios, tiendas de productos naturales o internet sin restricciones y arropado por infinidad de propiedades que van desde la prevención del cáncer al tratamiento del sida, la protección del cerebro o la depuración del hígado, además de su capacidad quemagrasas.

Unas propiedades que, sin embargo, los expertos ponen en cuestión: “El ácido lipoico es un antioxidante considerado universal, pero la evidencia científica que existe sobre las propiedades que se le atribuyen es muy escasa. Si las tuviera, estaría ampliamente prescrito por los sanitarios”, indica Gemma del Caño, farmacéutica y experta en seguridad alimentaria. “El respaldo científico sobre el ácido lipoico como antioxidante es escaso, hay algún estudio que en determinados tipos de cáncer puede resultar preventivo, pero como quemagrasas la evidencia es nula”, añade Álex Vidal, nutricionista deportivo en Mes que fisio y colaborador de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). Un estudio de 2013 en Nutrición Hospitalaria hablaba de su papel como "antioxidante y prooxidante en el cáncer y las patologías de sensibilización central, aunque son necesarias más investigaciones en humanos".

Una cosa es la eficacia y otra la fatalidad. ¿Es posible morir tras tomar un suplemento nutricional que se vende sin receta en herbolarios y páginas de internet? “El problema es que estos productos naturales – pues el ácido lipoico es un antioxidante presente en carnes o verduras – no están regulados y se venden libremente. Y que sea natural no significa que no tenga riesgos”, añade Del Caño. "La industria del adelgazamiento es muy potente, por lo que a la mínima que una sustancia ofrece indicios se extiende su comercialización", indica el nutricionista.

La acción del ácido lipoico es similar a la de la insulina pues ayuda a metabolizar la glucosa en sangre. “Se considera un antioxidante universal porque es hidrosoluble y liposoluble, por lo que su acción es mayor, por tanto sus efectos a dosis elevadas también tendrán mayores consecuencia”, afirma Vidal.

Una dosis elevada fue, según el parte médico, lo que mató a la joven de Badajoz. Se desconoce qué cantidad pudo tomar aunque se presume que fue por error. “Tampoco hay apenas evidencia científica sobre las dosis seguras y eso es síntoma de que la fiabilidad de la sustancia es baja”, explica Vidal, que habla de algunos estudios que sitúan las dosis diarias recomendadas en 0,6 miligramos por kilo de peso, lo que para una persona de 70 kilos equivaldría a 420 miligramos. “Algunos estudios sitúan los niveles sin toxicidad hasta 2.000 o 3.000 miligramos diarios, pero no están contrastados”, explica el nutricionista. En Amazon, la búsqueda de ácido lipoico ofrece más de un centenar de resultados con cápsulas de entre 60 y 600 miligramos.

La falta de información sobre la dosis diaria recomendada se une a la sensación de inocuidad que para mucha gente engloba el término "natural". "Las setas más venenosas o los peores venenos de serpiente son naturales", afirma Vidal. "La gente piensa que por ser natural carece de riesgos, cuando sí lo tiene y además es innecesario", apunta Del Caño, que añade que "no hace falta tomar ningún suplemento y menos adquirido por vías no oficiales y sin el asesoramiento de un especialista que nos diga qué cantidad podemos tomar".

Lamentablemente, el caso de la joven pacense no es el único fallecimiento que ha trascendido en los últimos años por culpa del ácido lipoico, tras otros casos en Japón, Alemania o México. "El producto en sí no tiene por qué ser malo, pero no es necesario. Y si te pasas de cantidad puede ser tóxico, sí, tanto como se ha visto", advierte Del Caño.

Ni éste ni otros quemagrasas, según Vidal, han demostrado hasta el día de hoy efectividad. "Quemadores de grasa con evidencia científica hasta la fecha no hay ninguno. Yo nunca recomiendo ni estos ni otros complementos nutricionales salvo en casos muy justificados, por ejemplo en la preparación de un triatlón u otras pruebas físicas extremas, en las que se pueda indicar el consumo de algún suplemento de cafeína o determinado tipo de hidratos. Pero siempre bajo indicación y en momentos muy concretos", concluye Vidal.

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