Tasar los snacks dulces, tales como galletas, chocolatinas o golosinas puede ser más efectivo para reducir la obesidad que aumentar el precio de los refrescos azucarados. Así lo muestra un estudio realizado en Reino Unido y que publica hoy The British Medical Journal.
Los investigadores afirmas que es una oportunidad "rentable para ampliar la investigación y considerarla una aproximación válida para luchar contra la obesidad". Tanto en Reino Unido como España y toda Europa, la obesidad está considerada una epidemia y un grave problema de salud pública. Precisamente ayer se publicaba un estudio que revelaba que uno de cada tres niños españoles padece sobrepeso u obesidad, y uno de cada cuatro, obesidad abdominal.
Mientras que, en general, los países están enfocando sus esfuerzos de fiscalidad en las bebidas azucaradas, este estudio considera que el impacto sobre la salud sería mayor al tasar los snacks dulces. Para comprobarlo, los investigadores han realizado cálculos - usando modelos económicos - para evaluar el aumento del 20% en el precio de los snacks azucarados en Reino Unido.
Las estimaciones se han realizado con los datos de 36.324 familias de la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición y datos de 2.544 adultos. Los resultados se clasificaron según los ingresos familiares y el índice de masa corporal para ver los cambios en peso y prevalencia de obesidad a lo largo de un año.
Los investigaciones revelan que las bebidas azucaradas suponen el 2% de las calorías y el 11% del azúcar libre consumidos por un británico al día, mientras que los snacks azucarados suponen el 12% de la energía y el 26% de los azúcares libres. Una ingesta mayor que redundaría, según la investigación, en mayores logros para reducir el peso y la tasa de obesidad. Mientras que la pérdida de peso que se asocia al impuesto de bebidas es de 203 gramos al año, el de los snacks llegaría a 1,3 kilos anuales.
Además, el modelo económico aplicado predice, según explican los investigadores, que el impacto de esta tasa sobre snacks sería mayor en los hogares de menores ingresos, que son también los de más obesidad. Así, esta medida contribuiría también ha reducir las desigualdades sanitarias que proceden de la dieta.
Un impuesto del 20% sobre snacks azucarados "tiene el potencial de reducir las calorías consumidas entre todos los ciudadanos, con una estimación de reducción de obesidad del 2,7% en el primer año", afirman los investigadores.
Reino Unido tiene el impuesto sobre bebidas azucaradas vigente desde abril de 2018. En España no se ha aprobado este impuesto a nivel nacional, aunque Cataluña sí tiene su propia tasa desde mayo de 2017. En julio de este año el Tribunal Superior de Justicia tumbó el impuesto, aunque la Generalitat afirmó que debía seguir aplicándose.
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