Una molécula para ayudar a los anticuerpos naturales del organismo a luchar contra el cáncer. Es la base de cualquier inmunoterapia. Pero ahora se ha demostrado plenamente eficaz una nueva desarrollada íntegramente en nuestro país. Se llama BO-112 y forma pareja con otra bien conocida, la anti PD-1/PD-L1, que es la que bloquea a las células cancerosas cuando quieren desactivar a las defensas o robocops de nuestro organismo justo cuando van a destruirlas.
La primera inmunoterapia contra el cáncer con sello español ha demostrado, en un ensayo clínico con pacientes de melanoma, tumor de pulmón y renal, que además de "no provocar efectos secundarios graves es capaz de controlar la enfermedad en un 58 % de los casos y de reducir el tamaño tumoral en un 17 %".
Según el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y la Clínica Universidad de Navarra (CUN), la terapia con BO-112 ha concluido el primer ensayo clínico de seguridad en pacientes y "se puede decir que este fármaco español es seguro y, además, en datos preliminares, muestra eficacia ante determinados tipos de cáncer".
"Es un gran salto para esta investigación promovida y desarrollada por investigadores de nuestro país y que abre nuevas posibilidades de tratamiento", señalan ambos centros en un comunicado conjunto. La inmunoterapia basada en anticuerpos anti PD-1/PD-L1 ha revolucionado el pronóstico de los pacientes, aunque no todos se benefician de estos tratamientos. De ahí "las estrategias de combinación de varios fármacos", explica la nota.
En este vídeo explicamos cómo se empezó a trabajar con este tipo de células y moléculas. Así funciona una batalla contra células malignas por parte de los robocops del organismo: las células T (CTL / CD8). Los tumores se valen de un brazo que llamamos PD-L1 capaz de accionar un interruptor que apaga a las defensas (el interruptor o proteína PD-1). El doctor James P. Allison, creador de la primera inmuniterapia, descubrió que hay un pedal de freno que permite regular la intensidad de su acción, para que ni los robocops exterminen todo, hasta las células sanas, ni los tumores se hagan fuertes, apagando con su brazo PD-L1 a los robocops. | Vídeo: M. Viciosa, Nature
En el ensayo con la molécula BO-112, "una terapia intratumoral con efecto inmunomodulador desarrollada íntegramente en España", se han tratado 28 pacientes con tumores sólidos en los que se observó "una reducción objetiva del tamaño tumoral", si bien estos resultados, presentados en el último Congreso Europeo de Oncología celebrado en Múnich, aún deben considerarse como "muy preliminares”, según el oncólogo del Gregorio Marañón, Iván Márquez Rodas. Un tercer hospital, el Ramón y Cajal de Madrid, ha participado en el estudio clínico, al que se han incorporado siete hospitales que están reclutando pacientes.
Todo empezó en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en 2008. Biocontech lo empezó a fabricar y siete hospitales españoles están seleccionando pacientes a los que no les ha funcionado la inmunoterapia clásica.
Una terapia que se inyecta en el tumor
Aunque la base de cualquier inmunoterapia es no tanto combatir el cáncer, como estimular a las defensas naturales del organismo para que lo combatan, en este caso el medicamento sí se inyecta directamente en el foco del tumor. "Es un trabajo pionero que combina inmunterapia local y sistémica", cuya filosofía consiste en "intentar convertir a algunas de las lesiones tumorales en un tejido inmunogénico que despierte una respuesta inmunitaria, ayudando a la respuesta inmune en el resto del organismo", explica Ignacio Melero, de la CUN. Es decir, marcar al tumor para que el organismo lo reconozca y despierte una reacción defensiva, incluso en otras partes del organismo adonde hubieran podido viajar células malignas. Una especie de vacunación.
“En los modelos animales hemos comprobado que el tratamiento con esta doble aproximación es sinérgico y los datos preliminares del ensayo indican que una situación similar puede darse en los pacientes. Hay varios fármacos que usan esta estrategia de vacunación 'in situ', pero BO-112 puede ser el más potente”, afirma.
“Nuestra intención es seguir avanzando en el conocimiento del perfil de seguridad, mecanismos de acción de BO-112, así como averiguar si hay más eficacia y cuánto de duradera es ésta en pacientes a los que no les ha funcionado una terapia previa con anti PD-1", agrega Márquez.
Los investigadores continuarán el estudio, promovido por empresa biotecnológica española Bioncotech Therapeutics, hasta al menos alcanzar 30 pacientes tratados con la combinación de BO-112 y anticuerpos anti PD-1 (nivolumab o pembrolizumab), añadiéndose para esta fase otros centros españoles
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