Desde hace tres años, los cadáveres que recibe el tanatorio Irache en temporada de gripe son analizados - si la familia lo permite - a través de una pequeña muestra para comprobar si tenían el virus de la gripe, sin importar su edad o la causa del fallecimiento. El objetivo, estimar el número de muertes que pasan "desapercibidas" por una enfermedad que "no se estima en su importancia y que aumenta cada año con el envejecimiento, al aumentar la población vulnerable", explica Jesús Castilla, responsable de la investigación que lidera el Instituto de Salud Pública de Navarra.
Así, el estudio ha realizado cerca de 600 análisis en los últimos tres años y ha comprobado que entre el 15 y el 20% de los fallecidos tenía el virus. Sin embargo, sólo uno de cada cinco había sido diagnosticado de gripe.
En una semana de verano, fallecen en España entre 6.000 y 7.000 personas. En las semanas de epidemia de gripe, el número aumenta a 10.000. "El número de muertes por encima de lo normal en estas semanas es de entre 10 y 30.000 personas. Pero en las cifras oficiales, la gripe solo mata entre 1.000 y 2.500 personas al año. Hay una importante subestimación", asegura Castilla.
Para justificar tal desviación, que llega a suponer 10 veces más de lo que aparece en las cifras oficiales, el científico aduce varias razones. "La gripe figura muy poco en los registros porque no mata por sí sola. Lo hace al complicar otras patologías y cuando se registra una muerte en el Instituto Nacional de Estadística solo puede figurar una causa. Y lo crónico se prioriza sobre lo agudo, así que la gripe queda muy oculta". Es decir, que al no matar por sí sola, la gripe apenas se registra si la persona muere por complicaciones de cualquiera de las enfermedades que ya padecía.
Por otro lado, según Castilla, la mayoría de los fallecidos son personas mayores a las que la gripe puede matar en casa sin haber acudido al hospital y, por tanto, sin haber sido diagnosticados. "Hablamos de una afección que aparece de forma brusca, que puede provocar un fallecimiento en 24 horas. Además, si la persona acude de urgencias al hospital la gripe no estará en lo que van a buscar los médicos que le atiendan. Esta enfermedad no se prioriza", añade el especialista.
Sólo el 20% de fallecidos con gripe tenía diagnóstico
De los cerca de 600 fallecidos que el equipo de Castilla ha analizado en las tres últimas temporadas de gripe, alrededor del 18% tenía el virus de la gripe. Sin embargo solo uno de cada cinco había sido diagnosticado. "Los resultados nos han sorprendido, no sabíamos qué podíamos encontrar y no había precedentes. Nos ha confirmado que los datos están muy infraestimados", apunta el investigador.
Ni siquiera en ese pequeño porcentaje de diagnósticos, la gripe figura como causa de muerte. Pues solo se registraron con esta causa el 42%, el resto figuraron como enfermedades del aparato circulatorio o respiratorio. En definitiva, solo uno de cada cinco fallecidos con gripe está diagnosticado y, de ellos, solo el 42% figurará como fallecido de gripe. Menos de una décima parte.
El estudio junto al tanatorio Irache continuará este año, incide Castilla, con la financiación del Instituto de Salud Carlos III, el Gobierno de Navarra y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades: "Porque las estimaciones de las muertes por gripe han sido muy groseras, se van ajustando pero aún están muy por debajo de las cifras reales".
La gripe que se avecina
"La ciencia no es capaz, actualmente, de predecir la gripe que vamos a tener", avanza Castilla para poner cautela a los mensajes que suelen recibirse de advertencia por la temporada de gripe. "La familia de virus de la gripe es muy inteligente, se adapta y probablemente si le cerramos una puerta, utilizará otro para aparecer", añade. Para el experto, la forma de conocer el virus es a través de la información semanal que se da en Vigilancia Epidemiológica y que ofrece el Instituto de Salud Carlos III.
En cualquier caso, el experto subraya que la mejor manera de prevenir la gripe es la vacuna. Estas semanas arranca la campaña de vacunación, que como siempre incide en la importancia de mejorar las tasas en la población a la que se recomienda, mayores de 65 años, enfermos crónicos, embarazadas y profesionales sanitarios o de colectivos especiales, como bomberos o policía. "Aunque las tasas son mejorables, en España solemos dar un mensaje derrotista y yo creo que no se hace mal. Los resultados son buenos, en la tercera edad la tasa es superior al 60% y aumenta conforme avanza la edad", afirma.
Dar importancia a la vacuna es, no obstante, "algo crucial" para el investigador, que cree que se banaliza "uno de los más importantes problemas de salud pública del país, que va a aumentar en los próximos años".
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