Un reciente informe de la sociedad científica británica Action on Smoking and Health (ASH), basado en la encuesta anual sobre la percepción de la salud y los hábitos de los ciudadanos del Reino Unido, refleja un descenso en el grado de satisfacción de la población sobre sus hábitos y la sanidad pública.
Sin embargo, los británicos valoran positivamente el notable aumento de los usuarios de cigarrillos electrónicos, que ha supuesto al mismo tiempo un descenso en el número de fumadores y muchos destacan que este método contra el tabaco, además, no supone ningún coste al erario público.
La encuesta refleja que a pesar de la publicidad negativa sobre el vapeo, a causa de los problemas surgidos en Estados Unidos por el uso de dispositivos y sustancias ilegales, el uso del cigarrillo electrónico para dejar de fumar va en aumento en el Reino Unido, donde las autoridades sanitarias defienden este método como estrategia de reducción de daños por tabaquismo.
Según esta encuesta, el número de vapeadores se ha incrementado en 400.000 personas, con lo que ahora son 3,6 millones los británicos que usan este tipo de dispositivos. De esta cifra, según la encuesta, casi dos millones ha logrado con éxito pasar del tabaco al vapeo.
Los datos del estudio también reflejan que más de la mitad (54,1%) de los vapeadores actuales son exfumadores, y la proporción ha crecido año tras año, mientras que la proporción de los que también fuman, conocidos como usuarios duales, ha disminuido al 39,8% en 2019. Mientras, solo el 0,8% de los que usan cigarrillos electrónicos nunca han fumado tabaco. La percepción de seguridad y de que el cigarrillo electrónico es un 95% menos dañino que el tabaco, como recogen los estudios científicos, ha disminuido levemente a causa de los problemas surgidos en Estados Unidos.
Por otra parte, médicos franceses han criticado la postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al mostrarse contra los cigarrillos electrónicos en un documento sobre preguntas y respuestas acerca de los dispositivos de vapeo. En la página web de la agencia de Naciones Unidas se vertían críticas acerca de los riesgos de vapear, como sucedió en Estados Unidos, al no aclarar que los problemas se habían generado a raíz de utilizar dispositivos adquiridos a menudo en circuitos sin suficientes garantías legales y sanitarias, a los que se les añadían sustancias como el derivado del cannabis, THC, y acetato de vitamina E.
Tanto la FDA como los CDC norteamericanos señalan que los problemas de salud detectados se produjeron fundamentalmente en usuarios de dispositivos ilegales. En Francia, donde recientemente sociedades científicas han reconocido la efectividad del cigarrillo electrónico para dejar de fumar, se ha criticado que la OMS corrija sus errores sin admitirlos y que simplemente se hayan limitado a eliminar el citado documento de su web oficial sin dar más explicación.
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