"¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío?", preguntaba el gran Eduardo Galeano a sus lectores muchísimos años antes de que el coronavirus obligara a echar el candado en el deporte español. "Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie".
Y es cierto. Además, cuanto más grande es el estadio, más impresión de vacío deja. Este viernes, a las 21:00, el Santiago Bernabéu estará desierto durante el Real Madrid-Eibar: habrá 22 futbolistas sobre el césped, otros cuantos en los banquillos, los técnicos, árbitros, operarios de seguridad y los responsables de grabar el partido para que llegue a las televisiones de medio mundo. De hecho, esa parece ser la única razón para que la rueda no deje de girar: el dinero con el que habría que indemnizar a las televisiones en caso de que el balón se pare.
jugar por sistema en campos cerrados al público durante varias semanas desvirtúa el sentido de las competiciones deportivas"
“Todos los eventos deportivos nacionales e internacionales, profesionales y amateurs, se jugarán a puerta cerrada", anunció el martes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ante el avance del coronavirus en España. La medida durará al menos dos semanas, pero inmediatamente surgió el debate: ¿qué sentido tiene el deporte sin público? ¿Están desprotegidos los deportistas?
Muchos creen que sí: "Hemos solicitado la suspensión de todos los partidos, de todas las divisiones y de todas las categorías de ambos sexos",n señaló la Asociciación de Futbolistas Españoles (AFE), el sindicato más importante. "Hemos realizado esta solicitud pensando exclusivamente en la salud de los y las futbolista. Y lo que no es de recibo es que no se tenga en cuenta este hecho (...) Además, jugar por sistema en campos cerrados al público durante varias semanas desvirtúa el sentido de las competiciones deportivas". Esta visión es compartida por varios clubes de Primera y Segunda División, cuyas dos próximas jornadas se disputarán a puerta cerrada.
La Champions, vacía
El martes se vivió una noche más que extraña en Mestalla: el Valencia recibió al Atalanta en la vuelta de los octavos de final de la Champions sin un alma en las gradas de su estadio. Tenía que remontar el 4-1 de la ida y necesitaba una noche de pasión y presión en la tribuna. Pero lo único que se escuchaba eran los gritos de los jugadores y técnicos. El Valencia perdió 4-3 y se despidió de una Champions que tiene previstos ya más partidos a puerta cerrada, entre ellos el Barcelona-Nápoles en el Camp Nou.
En el baloncesto la situación es similar: la ACB comunicó a los clubes que las dos próximas fechas del calendario se disputarán sin público, mientras que equipos como el Fuenlabrada o el Bilbao Basket han solicitado que se aplace la Liga Endesa. "No soy yo pero pienso lo mismo", escribió en Twitter el alero del Barcelona Alex Abrines tras leer el mensaje que colgó un periodista: "Mensaje que me envía un deportista de élite, ¿quién piensa en ellos? "¿Nosotros qué?”
Al otro lado del charco, la NBA se plantea ya también que todos los partidos se jueguen sin aficionados. "Jugar sin fans es imposible. No voy a jugar. Yo juego por mis compañeros, por los aficionados... es de lo que va todo esto", afirmó el fin de semana LeBron James, la estrella de Los Angeles Lakers, aunque después reculó y dijo que aceptará cualquier decisión.
2020, año olímpico y de Eurocopa
Todo esto está ocurriendo en un año marcado en rojo en el deporte con los Juegos Olímpicos de Tokio (24 de julio al 9 de agosto) y la Eurocopa (del 12 de junio al 12 de julio). Además, el torneo europeo se disputará por primera vez en 12 países diferentes. Aplazar o cambiar de sede los Juegos Olímpicos sigue pareciendo ahora mismo una quimera, pero la Eurocopa ha quedado en el punto de mira en caso de que se cancelen o se aplacen las Ligas.
Al fin y al cabo, son los clubes los que pagan los sueldos a los futbolistas y tiene sentido que tengan prioridad. Sobre todo si un torneo como la Eurocopa se puede aplazar un año sin que haya grandes trastornos. De momento, la UEFA parece que quiere seguir con el plan tal y como está previsto y habrá que esperar a la evolución del virus en las próximas semanas. Lo único claro es que el aficionado ya se puede ir acostumbrando a un deporte diferente. Un deporte mudo.
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