Ya ha pasado una semana desde que Pedro Sánchez anunciara el cierre de todos los bares, restaurantes, gimnasios, cines, teatros, instalaciones deportivas y otra larga lista de negocios. Así comenzaba un confinamiento de los ciudadanos cuyo final se desconoce.

Se han sucedido diferentes publicaciones estos días de hábitos saludables, ayudas psicológicas gratuitas, y acciones solidarias de empresas de entretenimiento que ofrecían su contenido gratuito. Sin embargo, por muchos trucos y formas de supervivencia que encontremos, hay algo que es difícil hallar en tiempos de confinamiento: el humor.

"Considero que el humor tiene mucho valor en cualquier situación de la vida, pero, en un momento tan negativo como un confinamiento, aún más", cuenta a El Independiente el psicólogo Carlos Hidalgo.

La realidad es la que es, y aunque estamos obligados a quedarnos en casa, recomienda planificar nuestro tiempo y mantener un horario de lunes a viernes, diferenciado del fin de semana, "aunque parezcan todos los días iguales", insiste. El psicólogo aconseja a los confinados, que aprovechen a hacer en sus hogares todo lo que hacían fuera, como es el deporte.

El aburrimiento no conoce límites

Además de trasladar lo que hacemos fuera al interior del hogar, el confinamiento es el momento ideal para hacer todo lo que tenemos pendiente, como "aprovechar para leer, hablar con nuestros hijos y pareja. Hay gente que descubre a su pareja, y es que, en este caso, las emociones son más importantes", cuenta Hidalgo. Ahora estamos más conectados que nunca, tenemos llamadas y videollamadas, "hay que mantener el contacto desde un tono más positivo y con calma".

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Capitán: Menudo año, ¿eh?; Tintín: Es marzo

Ahora bien, en casos como este, el humor se encuentra con mucha incertidumbre, puesto que uno piensa en "cómo sacar su negocio adelante, de qué forma va a hacer frente a las facturas el 1 de abril o esos familiares mayores que están en riesgo de contagiarse. Hay mucho nerviosismo y miedo". Por eso, el psicólogo recomienda no dejar el humor de lado, permanecer en contacto con los seres queridos, con conocidos y compañeros de trabajo.

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Positivo en coronavirus

El humor es clave en estos casos, y "me parece fundamental para mantener la calma. Si no nos reímos de esta situación en la que no podemos salir, acabaremos desquiciados", cuenta a El Independiente la humorista y guionista Carolina Iglesias (Percebes y Grelos). Cuenta que salió a tomar el vermut con sus vecinos y que, el que pueda y no esté en una situación verdaderamente seria, "tiene que reírse. No podemos hacer muchas cosas, pero sí podemos reírnos", sentencia.

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Bad Bunny sabía lo del coronavirus

Hay que aceptar la emoción de cada uno, ser realista "pero con un tono de que pasará y de cómo nos vemos cuando acabe". El psicólogo anima a los confinados a pensar en el futuro, en cómo veremos esta situación cuando sea un recuerdo: "¿Os acordáis cuando estuvimos dos meses de cuarentena?". Hay que mantenerse optimista y considerar que uno es capaz de seguir adelante. 

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El amor no llega con el coronavirus

Un hábito adecuado a llevar a cabo en pleno confinamiento es evitar hablar permanentemente del coronavirus, "y ayudar a la gente más pesimista". Para animar a los que peor lo están pasando, el psicólogo recomienda que imaginen que de las crisis "siempre se sale reforzado, porque el ser humano aprende la lección". Carlos Hidalgo cuenta que es importante no hacer caso a los bulos ni a las fake news. "No hay que distribuirlas, porque eso empeora el ánimo".

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Domingo de ramos

El humor tiene toda la importancia, es lo que nos está salvando. Las risas, el ratito compartido con los vecinos... Por aquí estamos jugando a juegos de canciones por la ventana. El humor entre vecinos está aportando muchísimo", cuenta Virginia Olmo, payasa de hospital de Saniclown.


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Pobres cumpleañeros

"Considero que el miedo se contagia a la misma velocidad que el virus. Cuando ves memes o vídeos de gente riéndose de sí misma... es lo más sano que hay. Es como lo que pasa en Italia, que cantan en los balcones, o los vecinos que aplauden aquí a los sanitarios. Es mejor pasarlo así que con miedo. Las redes sociales aportan cosas malas, como las fake news. Pero otras, como los memes, son buenísimas. Te levantas y tienes siete u ocho vídeos que te hacen sonreír", cuenta Carlos Hidalgo.


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Cuando te ríes por un meme del coronavirus y toses

"Soy una persona que hace reír y disfruto del humor. No concibo mi vida sin ello", cuenta Virginia Olmo. Cree que nos vamos intercambiando los papeles para animarnos entre nosotros, puesto que, "todos hemos encontrado fuerzas en los demás. Estamos en grupos sociales tan grandes que nos vamos a salvar entre nosotros". Cuando no consigues que el resto levante tu estado de ánimo, que es algo que le ha pasado a Olga, ha recurrido a un "cojín al que di golpes para desfogarme. Te lo pones en la boca y le pegas gritos. En algún momento hay que desfogar o acabaremos como locos", sentencia.

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