Hace años que Rocío Martínez-Núñez cumplió su sueño de siempre, dedicarse a la Ciencia. "Aunque sea una carrera dura, me considero una afortunada", dice. En 2017, después de formarse en Madrid, Southampton y California, Rocío se asentó en Londres. Ahí imparte clases en la Escuela de Ciencias Inmunológicas y Microbiológicas de la King's College y lidera su propio equipo de investigadores. Lo suyo es el estudio de enfermedades inflamatorias, como el asma, y del ácido ribonucleico (ARN) Pero sus esfuerzos ahora sólo se centran en el Covid-19. Fue a ella a quién se le ocurrió traer a España unos superrobots capaces de analizar 2.400 test de PCR al día.
El Covid-19 ha venido para quedarse. Saber cuánto durará la inmunidad es difícil"
Cuando comenzó la crisis sanitaria, Rocío y otros cuatro amigos buscaron formas para ayudar a España a combatir la pandemia. Les habló de unos robots de la compañía norteamericana Opentrons y se pusieron manos a la obra. Había que traer las maquinas desde China. La operación salió adelante gracias a empresas como Merlin Propierties (que encabezó el proyecto), Inditex, Apple, Ikea... El Gobierno, a su vez, se encargó de los permisos y el papeleo. En pocas semanas los robots estaban listos en sus nuevos destinos: el Hospital La Paz, el Clínic y el Vall d'Hebron de Barcelona y el Centro Nacional de Microbiología, del Instituto de Salud Carlos III.
Desde el King's College, Rocío y su equipo ayudan al servicio nacional de salud de Reino Unido (NHS, en inglés) con las pruebas de diagnóstico del Covid-19. La investigadora advierte: es probable que haya más brotes. Cómo sean de grandes dependerá "de los siguientes pasos".
Pregunta.- ¿Cómo se te ocurrió la idea de traer los robots a España?
Respuesta.- Yo quería traer estos robots a nuestro laboratorio en King's College, en Londres. La mejor manera de hacer muchas pruebas de PCR es automatizar: se permite hacer los procesos repetitivos con máquinas que facilitan al personal del laboratorio tareas que son muy tediosas. Y las máquinas no se cansan, nosotros sí. Eso lo sabemos todos los que cogemos una pipeta. Se lo comenté a Andreu Veà, profesor investigador y pionero en Internet; a su vez Andreu conoce a María Parga, presidenta de Alastria, que junto con Javier Colás, director de innovación del Health Care Institute de ESADE Business School y Sandra Figaredo, consultora senior de Llorente y Cuenca, estaba teniendo conversaciones acerca de cuáles eran las necesidades urgentes en el país. Y así empezamos a trabajar todos juntos para traerlos a España.
P.- ¿Cómo trabajan estos robots?
R.- Los robots manejan líquidos y pipetean en formato abierto, adaptándose a varios casos comerciales. Estos robots están basados en software libre: cada usuario puede programarlos para las tareas que necesite, adaptarse a diferentes protocolos (como recetas de cocina) dependiendo de los reactivos que tengan disponibles (los ingredientes para esas recetas). En medio de una pandemia donde escasean reactivos nos parecieron una solución óptima que puede implementarse en poco tiempo.
P.- Desde que comentaste la idea hasta que se materializó la llegada del material pasaron pocas semanas. ¿El proceso ha sido más sencillo de lo qué esperabas? ¿Por qué?
R.- El proceso ha sido una aventura y ha sido posible gracias a la acción desinteresada de muchas personas. Sí ha sido mucho más sencillo gracias al empuje y la ayuda de todos a la que se lo hemos pedido, tanto en lo privado como en lo público. La respuesta de todos los donantes incluyendo Merlin Properties, Inditex, Manpower, Telefonica, Apple, IKEA, Seur y Renfe ha sido increíble.
P.- Pero, sin embargo, os encontrasteis con problemas al acudir al Ministerio de Sanidad, ¿qué pasó? [Según El Confidencial, los amigos se plantearon abordar el proyecto por la vía pública, pero el Gobierno necesitaba abrir un presupuesto extraordinario, lo que hubiera retrasado la iniciativa].
R.- No ha habido ningún problema. Nosotros hemos tenido siempre apoyo de las autoridades cuando se lo hemos pedido.
P.- ¿Qué es lo que más te ha sorprendido del Covid-19?
R.- Su capacidad infecciosa. El impacto que ha tenido en el mundo. Y las consecuencias para la salud tanto física como mental de las personas. Estar encerrado tantos días es muy duro. Por otro lado, se temía que las urgencias estuviesen llenas de personas que tienen problemas respiratorios previos, como el asma, sobre todo en el Reino Unido. No ha sido así… Hay otros factores que incrementan el riesgo en el Covid-19. Todo el personal sanitario ha tenido que adaptarse a una velocidad increíble para poder ayudar a estos pacientes y han hecho una labor encomiable que es difícil de agradecer suficientemente. Aunque salen estudios diferentes cada semana y habrá que ver la evolución cuando la gente vuelva a salir a la calle. No hay que bajar la guardia.
Por otro lado, la respuesta de mucha gente a la pandemia ha sido la de solidaridad, de ayuda desinteresada y de unión. Creo que es un mensaje muy importante que debemos de dar: somos capaces de hacer muchas cosas juntos cuando nos lo proponemos. Hay muchísima gente que quiere ayudar y la respuesta ha sido abrumadora.
P.- Se ha criticado al Gobierno de España por reaccionar tarde a la pandemia, cuando la OMS le advirtió del peligro de desabastecimiento de material de protección. ¿Cree que subestimó la gravedad del Covid-19?
R.- Mi ámbito es el científico y prefiero circunscribirme a él y no entrar en este tipo de consideraciones.
P.- ¿Qué sabemos hasta ahora de los anticuerpos que generan los pacientes con Covid-19? ¿Cuándo conoceremos cuánto tiempo dura la inmunidad de una persona que ha pasado el virus?
R.- Hay ahora varios tests rápidos disponibles que te dicen si has pasado la infección (si tu sistema inmune ha 'visto' al virus), ahí aparecen los anticuerpos. De momento se está haciendo investigación para averiguar si son neutralizantes (si 'funcionan' mejor contra el virus). Yo creo que el SARS-CoV-2 ha venido para quedarse. Saber cuánto durará la inmunidad es difícil y el test será dentro de unos meses, cuando tengamos otras infecciones y veamos cómo se comporta.
P.- ¿Cómo es de probable que haya más brotes?
R.- Yo creo que desafortunadamente es probable. Lo que no sabemos es si serán más o menos grandes y eso depende de los siguientes pasos. No es la misma situación la de una persona que tiene una infección y está en contacto con pocas personas, que otra que se dedica a estar de cara al público e interacciona con muchas más cada día. Y tenemos que cuidarnos todos más y, sobre todo, cuidar a los que nos cuidan, incluyendo aquí a todos aquellos que hacen servicios esenciales. El confinamiento ha funcionado como se ha visto: los casos y, por tanto, la mortalidad, han descendido. Saber quién ha tenido y quién tiene la infección es muy importante para poder estar mejor preparados. Es una estrategia que se ha visto que es efectiva en otros países. Por eso apostamos por poder hacer más tests a la gente y esperamos que este proyecto ayude a ese objetivo.
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