Se ha extendido por las redes sociales la preocupación de que los sistemas de aire acondicionado que hay en locales no sanitarios puedan favorecer la propagación del coronavirus. En un documento publicado por la Sociedad Española de Sanidad Ambiental y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), se hace referencia a su vez, a un artículo sobre el contagio de diez personas en un restaurante de la localidad china de Guangzhou, producido por el aire acondicionado entre el 26 de enero y el 10 de febrero. Los autores del texto argumentaban que la climatización del local podría haber fomentado la difusión de gotas pequeñas más allá de la distancia de seguridad, y que estas alcanzaran otras mesas del local.
Un nuevo texto recogido en una revista china hacía mención a la transmisión en un autobús, a partir de una pasajera con síntomas de coronavirus, pero ante la inexistencia de una base científica, apareció una retractación publicada en la revista Retraction Watch. A esto se suma la referencia a un análisis realizado a partir de un brote en un 'call center' coreano como prueba del papel del aire acondicionado diseminando la infección, pero en este trabajo "ni se habla de esta posibilidad, y los autores concluyen que la causa principal de transmisión fue el "extremo hacinamiento de los trabajadores".
Estos tres hipotéticos casos han sido finalmente descartados por la imposibilidad de demostrar que el causante de la propagación sea un dispositivo de aire acondicionado y no otro factor. Por ello, SESPAS señala en su comunicado lo siguiente: "Siendo muy baja la probabilidad de que el virus entre en el sistema de climatización o extracción de aire y se difunda por los conductos, se debería garantizar una renovación suficiente, captando el aire exterior en un lugar apropiado, y favoreciendo la renovación respecto al confort climático y la eficiencia energética".
Es una posibilidad que el virus transportado en estas partículas podría llegar a permanecer un tiempo en el aire
Sin embargo, la vía de transmisión aérea de la enfermedad por COVID-19 a través de partículas pequeñas o microaerosoles provenientes de gotas evaporadas a partir de las secreciones respiratorias de infectados, o del polvo con el agente infeccioso, aunque es una hipótesis aun no demostrada científicamente, debido a la similitud con otros virus conocidos, y el hecho de que se haya aislado en conductos de ventilación de habitaciones de enfermos, hace que no se pueda descartar totalmente esta vía de transmisión.
Por tanto, es una posibilidad que el virus transportado en estas partículas podría llegar a permanecer un tiempo en el aire, y ser transportado por los flujos de la ventilación o los sistemas de climatización.
Guías y recomendaciones para el uso de aires acondicionados
Por ejemplo, desde la Consejería de Salud de la Región de Murcia, se recomienda reforzar la limpieza de los filtros de aire acondicionado antes de su uso, a fin de evitar la propagación de virus en domicilios y locales comerciales, y desaconseja el uso de sistemas de climatización para la recirculación del aire.
Como prevención ante el incremento de las temperaturas en las últimas jornadas, y el posible uso de aparatos de aire, se considera prioritario utilizar la ventilación natural aunque, si es imprescindible emplear máquinas de refrigeración del ambiente, se deben emplear flujos lentos y se han de incluir estos aparatos en los protocolos de limpieza y desinfección de los establecimientos, ya que pueden recoger partículas como cualquier otra superficie.
Por ello, uno de los consejos de las autoridades sanitarias es que los sistemas de climatización no deben utilizarse para la recirculación de aire si es posible. Esto incluye a los aparatos domésticos que puedan funcionar en sitios públicos.
En caso de equipos centralizados que no se puedan apagar, se deben evitar las recirculaciones, trabajando exclusivamente con aire exterior. Para facilitar el proceso de ventilación debe programarse su funcionamiento unas horas antes de la apertura y mantenerlo también un tiempo después del cierre.
La limpieza de filtros debe realizarse con la frecuencia y el método recomendado por el fabricante del equipo y con protección (mascarillas y guantes).
En los aseos, los extractores deben funcionar en continuo, y al usar el inodoro, antes de la descarga debemos bajar su tapa para reducir la salida de aerosoles: si bien la vía fecal-oral no está demostrada, el pequeño tamaño y la escasa ventilación de los aseos lo hace aconsejable y debe adoptarse por costumbre para prevenir otras enfermedades. En caso de disponer de una ventana no debe abrirse por el riesgo de flujos hacia el interior del establecimiento.
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