Negacionistas, 'antimascarilla', terraplanistas, conspiranoicos, oportunistas y, para algunos, genios. Mientras el coronavirus sigue su escalada en España con miles de nuevos positivos cada día, el pasado domingo miles de personas irrumpieron en la madrileña plaza de Colón para reivindicar que "el virus no existe" y, por lo tanto, rechazan tanto el uso de la mascarilla como el resto de medidas sanitarias básicas para detener la expansión de la pandemia.
No se trata de ningún movimiento nuevo en España, pero lo cierto es que sus organizadores -viejos conocidos de la comunidad científica y médica por su defensa de las pseudoterapias o del uso del clorito de sodio para curar no sólo el coronavirus, sino enfermedades como el autismo- tuvieron su momento de gloria el pasado fin de semana en la capital española, donde lograron convocar a miles de personas, desbordando las previsiones de la propia Delegación del Gobierno, según reconoció el propio José Manuel Franco.
A través de múltiples canales de difusión, como Telegram o Youtube, los negacionistas hacen un llamamiento a la "revolución" y prevén más concentraciones como la de Colón en el corto plazo para "denunciar la plandemia", una "manipulación extrema desde las más altas esferas del poder". Pero, ¿quién está detrás de este movimiento y cuál es su objetivo?
"No existe ningún virus. Esto que han señalado como una nueva enfermedad no navega por el aire, sino que en la vacunación antigripal se ha inoculado algún tipo de sustancia que provoca una sintomatología muy particular en las personas, como neumonía o trombos en los pulmones", es la versión que sostiene en conversación con El Independiente Fernando Vizcaíno, uno de los organizadores de la manifestación del pasado domingo. "Queremos que se conozca la verdad porque queremos salvar vidas", insiste.
Este profesor de yoga valenciano, "escritor accidental" según reza en su blog, es uno de los divulgadores que ha alentado a las masas a salir a la calle en contra de una tesis que es "una farsa", y señala a "grandes corporaciones", "banca internacional" y, en resumen, a las "grandes élites" como responsables de una mentira con la que él y otros pretenden acabar.
El movimiento cuenta en España con otros nombres propios, como el de Ricardo Delgado Martín, que se presenta como graduado en Estadística y difunde el mensaje de los 'antimascarilla' a través de Youtube; o el de Josep Pàmies, curandero, gurú de las pseudoterapias y de los antivacunas en España y defensor del uso del dióxido de cloro para tratar no sólo el coronavirus, sino también el cáncer.
Vizcaíno justifica además el exceso de muertes registrado este año a causa de la pandemia con el "envenenamiento" provocado por las vacunas antigripales en la población de mayor edad, y por la "soledad y el abandono" de estas personas con patologías en las residencias de ancianos que, finalmente, les ha causado la muerte. Como consecuencia de negar la existencia de un virus, sostienen que las mascarillas "no sirven para nada" y que las PCR son "una farsa" que, incluso, "pueden estar contaminadas".
Pamiès va más allá, y a través de un canal de Telegram con casi 7.000 miembros, trata de convencer a sus seguidores con doctrinas que defienden que las miles de personas que han fallecido por coronavirus no sólo en España, sino alrededor del mundo, lo han hecho por "el aislamiento inhumano que han padecido y padecen, las vacunas tóxicas de la gripe estacional y por el macabro uso de sedantes para eliminarles antes de hora y en contra de su voluntad". Defiende en La Botica de Pamiès que el coronavirus "es un genocidio diseñado por gobiernos canallas" y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y "permitido por una sociedad adormecida y temerosa".
Vizcaíno y otros negacionistas han emprendido una "campaña informativa" y han remitido documentos y cartas a las residencias de ancianos para "advertirles de los precedentes existentes entre la alta tasa de fallecimientos" por coronavirus y "su previa vacunación antigripal". Y reivindican sus argumentos en base a informes sostenidos por la plataforma Médicos por la Verdad, que aglutina a cerca de doscientos facultativos con nombres de doctores como el de Ángel Ruiz Valdepeñas; Sandra Félix o Bartomeu Payeras y contra los que Colegios de Médicos de toda España estudian emprender sanciones por su actividad negacionista.
Insisten muy especialmente en el controvertido Informe Barbastro, un dossier preliminar realizado en el Hospital de Barbastro, en Huesca, en el que se vinculaba directamente la tasa de contagios de coronavirus con la vacuna antigripal, y fue utilizado por muchos negacionistas para alimentar todo tipo de teorías conspirativas acerca de la pandemia.
El informe, que en declaraciones para Newtral su autor lo identificó como un "borrador interno" que se está utilizando "para lo que no era", afirmaba que la utilización de polisorbato 80 en la vacuna de la gripe podía incrementar el riesgo de fallecimiento en mayores de 65 años infectados de Covid-19. El CSIC ya criticó el informe y lo tachó de "especulativo" al contar con una muestra muy pequeña, mientras que desde la Asociación Española de Vacunación aseguraron al citado medio que las conclusiones de los negacionistas no se sostienen porque en las comunidades autónomas con mayor tasa de muertes no se utiliza este componente para las vacunas antigripales.
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