Patricia Muñoz, jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Gregorio Marañón, hace hincapié en el mismo mensaje: "Hay que transmitir que esto ya es serio". Piensa que no podemos "minimizar" la segunda ola. Hace unos días, el Marañón se convirtió en el hospital de la Comunidad de Madrid con más ingresados por Covid-19. Atiende a más de 200 pacientes en planta y a una veintena en camas de UCI.
"La segunda ola no tiene nada que ver con el dramatismo que sufrimos en marzo y abril. Está mucho más controlada, hemos avanzado mucho, pero se puede poner feo porque quedan muchos pacientes por infectarse. Tenemos que asumir que el coronavirus va a estar con nosotros muchos años", asegura en una conversación telefónica con El Independiente.
Pregunta.- ¿Cuál es la situación ahora mismo del Gregorio Marañón?
Respuesta.- Nosotros hemos recibido una carga bestial durante toda la pandemia, pero ahora mismo no está siendo uniforme en Madrid. La situación actual es de una ocupación cercana al 25% de nuestras camas. Es una ocupación importantísima y con mucha ocupación ya de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) Tenemos que transmitir a la población que esto ha cambiado. Ya no son los jovenzuelos que se iban de fiesta, que tenían una enfermedad muy leve. Esto ya no es así. Ahora mismo, la gente que está ingresando en los hospitales están siendo pacientes que con neumonía bilateral y que se ponen malos, que están en la UCI y que están falleciendo.
P.- Uno de los motivos del aumento de ingresos en el Doce de Octubre está siendo los problemas de parte de su población asignada, del sur de la capital, para aislarse. ¿Qué está ocurriendo en el Marañón?
R.- Nosotros recibimos todo Vallecas. El Marañón recibe población que también está con esos problemas. Esto está afectando a poblaciones que tienen conexiones habitacionales más complicadas para contener esa infección. En Vallecas ha habido un brote muy importante. Al hospital vienen también desde Barajas. La conciencia de que esto es un problema serio y de que hay que prevenirlo a lo mejor no es igual en unas poblaciones que en otras. A eso se unen que hay casas mucho más pequeñas, gente que vive toda junta, mucho más inmigrantes… Creo que depende mucho de las áreas. Si te vas ahora al Hospital Puerta de Hierro prácticamente no tienen ingresados. Luego estaremos todos llenos, pero ahora mismo claramente hay una diferencia de hospitales según las zonas que reciben.
Por supuesto que se volverán a saturar los hospitales madrileños si continúan aumentando los contagios"
P.- ¿Ha cambiado el perfil del paciente que ingresa por Covid-19 respecto a la primera ola?
R.- Respecto a la primera oleada ha cambiado totalmente, eso ya lo sabemos. Pero la población se quedó un poco con la idea de que esta segunda oleada era de jovenzuelos que habían estado de botellón y a los que no les pasaba nada. Hay más tranquilidad, más miedo económico a las consecuencias de las medidas y muy poco miedo a la enfermedad. No se si me equivoco, pero tengo esa percepción. Tenemos que transmitir que la cosa se está poniendo muy seria. No tenemos tantos ancianos como al principio, pero sí gente de 40, 50, 60 años y alguna persona mayor que ingresa muy malito. Y que están ya empezando a bloquear hospitales.
P.- En la Comunidad de Madrid los casos crecen más rápido que en el resto de España, pero no llega al 15% de ocupación de camas disponibles para contagiados. ¿Se volverán a saturar los hospitales madrileños si continúan aumentando los contagios?
R.- Por supuesto. En el Marañón es más de ese 15% y, sobre todo, lo que tenemos de limitación son las UCIs. Aquí la Comunidad de Madrid hará su diseño de estrategia, que Ifema lo tenemos ahí. Pero todavía estamos en el mes de septiembre, en el que todos los profesionales que han estado aquí durante la oleada de agosto, que ha sido bastante dura, se han ido de vacaciones. Los hospitales están ahora mismo muy bajos de personal, no se pueden abrir todas las camas ahora mismo, y está situación está empezando a representar un problema serio. Hay que transmitir que esto ya es serio.
P.- ¿Le recuerda a lo vivido en marzo y abril?
R.- No. Es completamente distinto. No tiene nada que ver el dramatismo que sufrimos en marzo y abril sin métodos diagnósticos, llegando pacientes gravísimos... Lo de ahora está mucho más controlado. Hemos avanzado mucho, pero yo creo que esto se puede poner feo porque quedan muchos pacientes por infectarse. Tenemos que asumir que el coronavirus va a estar con nosotros muchos años y que todavía se puede poner gente muy mala y que hay que tenerle miedo.
P.- Parece negativa.
R.- Yo siempre he sido optimista. Estamos currando en el Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas a lo bestia. Pero trabajando ya por encima de nuestras posibilidades, con la maquina muy forzada y que empieza a hablarse en el hospital de dedicar más camas Covid-19, de si habrá que parar cirugías, de qué vamos a hacer con la UCI. No quiero ser nada pesimista, todo lo contrario. Lo que si sería bueno es que transmitiéramos que no se puede minimizar la segunda oleada.
Nadie podía pensar que en agosto iba a rebrotar el Covid-19 de esa manera. Las enfermedades respiratorias no suelen comportarse así"
P.- ¿Cree que tanto las administraciones como la población han minimizado el riesgo de esta segunda ola?
R.- Esto nos ha sorprendido a todos. Nadie podía pensar que en puro agosto iba a rebrotar de esta manera porque las enfermedades respiratorias no suelen comportase así. No pasa con ningún virus respiratorio. Todo el mundo pensábamos que con el calor la transmisión iba a disminuir y la esperábamos para octubre y noviembre. Este virus nos está demostrando que no se le puede perder la cara en ningún momento porque nos gana siempre. Los profesionales sanitarios tampoco lo esperábamos para agosto.
P.- España fue uno de los países europeos que lideró las cifras de casos y muertes durante la primera ola. ¿Qué cree que hicimos mal?
R.- Es muy difícil de saber. Todos tenemos en la cabeza grandes manifestaciones, eventos deportivos o asuntos políticos. Tal vez en aquel momento pecamos de confianza. Había muy poquitos casos en Europa. Italia estaba ya empezando a cerrar a la población, pero aquí se debió pensar que no iba a ser tan grave. Los datos de China en aquel momento fueron mucho más leves de lo que luego fue en la población occidental. Entonces creíamos todos, sinceramente, que esto era una gripe. Eso es lo que salía de China. Cuando empezamos a ver la población que tenía Covid-19 en Italia, en Europa o en América era completamente distinta a las primeras series de China, que los contagios eran personas de 40 años y la mortalidad menor del 1%.
¿Qué pudimos hacer mal? Llegamos tarde, no pensamos que la amenaza era tan seria como luego fue y permitimos algunos eventos que aumentaron la difusión. En cuanto al acceso a material y protección de los sanitarios, competimos en un mercado totalmente salvaje y estuvimos muy infradotados, pero no estoy muy segura de que pudiera haberse hecho mejor. Seguramente, sí, pero no soy quién para juzgar. Te puedo decir que los sanitarios no estuvimos bien protegidos al principio, pero es que verdaderamente las administraciones no tenían para comprar aunque quisieran.
P.- ¿Y cómo se explica que ahora estemos a la cabeza de los rebrotes en Europa?
R.- Esto lo comentamos muchísimo entre nosotros. Probablemente sea en parte por nuestra manera de ser. Somos una población acostumbrada a hacer reuniones familiares, abrazarnos... No veo otra explicación porque tampoco estamos haciendo las cosas muchísimo peor ni hay muchos más negacionistas en nuestro país que pregonicen no usar la mascarilla. ¿Qué puede haber más rastreadores? Por supuesto. Pero, por ejemplo, el número de PCRs que estamos haciendo ahora es bastante elevado y eso también está haciendo que diagnostiquemos, pero probablemente todavía nos podemos dejar a gente sin diagnosticar.
P.- ¿Considera que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha tomado las medidas suficientes para afrontar esta segunda ola?
En esta segunda ola hemos tenido problemas con el control de viajeros en Barajas. Algunos acababan en el Marañón"
R.- Creo que sí. Como microbióloga e infectóloga en Madrid te puedo decir que jamás en la vida había tenido tanto contacto fácil con las autoridades como esta vez. Como jefa de servicio recibía continuamente contacto de la Dirección General de la Salud Pública e incluso del Consejero, Enrique Ruiz Escudero. Hemos tenido teleconferencias a las 21 horas. Habremos hecho las cosas bien o mal, pero nosotros y los políticos hemos trabajado a lo bestia, como yo no imaginaba que hicieran. No se que decirte. En esta segunda oleada también hemos tenido problemas de control de viajeros en el Aeropuerto de Barajas, que lo veíamos porque algunos de ellos acababan en nuestro nuestro hospital, ahí se podía haber hecho mejor, pero tampoco dependía de la Comunidad de Madrid. Y ahora lo que entiendo que se ha hecho es intentar no parar totalmente la Economía y ver como iban las cosas y ahora sí que se están tomando medidas más restrictivas. Los hospitales si que estamos aprovisionados para al menos un par de meses, si que tenemos material, se está ayudando muchísimo al diagnóstico microbiológico, se nos está aprovisionando de maquinaria y de todo lo que se puede, y lo que nos transmiten a los sanitarios es que todo lo que se necesite y esté en sus manos lo tendremos. La prioridad es el Covid-19 y me lo han dicho ellos mismos. Lo que pasa es que tenemos que ser conscientes de que esto se está llevando nuestras pensiones. La PCR más barata te cuesta 17 euros y hacemos miles y miles cada día.
P.- ¿Hay suficiente personal sanitario en Madrid?
R.- No tenemos suficiente, pero es que no hay personal para contratar. Ahora mismo en el laboratorio de Microbiología estamos contratando todo el rato a más técnicos y administrativos. Se hacen contratos un poco cortos, lo que demuestra que hay que prorrogarlos. Y eso es una cosa que tenemos que ver porque esto va a ser para largo y vendrá peor. Pero si ahora mismo quieres contratar microbiólogos, no los hay. Y, sobre todo, no hay enfermeras para contratar. Claramente necesitamos más personal pero no hay gente disponible porque no hay profesionales en el paro, está todo el mundo contratado. Ahora dicen que van a abrir más hoteles, ¿pero con qué personal? Si es que los residentes que estaban trabajando se tienen que incorporar a los hospitales el 18 de septiembre.
P.- ¿Qué errores no podemos repetir?
R.- Lo más crítico si hablamos de mortalidad son las camas de UCI. Ahora mismo, por ejemplo, que tenemos mucho desequilibrio entre el norte y el sur de la Comunidad de Madrid, no sería malo si se considerara mandar enfermos de una zona a otra con mucha rapidez. Si aquí se saturan más UCIs, pues que se trasladen los pacientes al Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda. La segunda cosa que no podemos hacer es quedarnos sin material de protección para los hospitales. Supongo que no nos sucederá de nuevo. Todo esto son errores de la primera oleada. La población tiene que poner todo de su parte para que no haya contagios innecesarios. Y está habiendo muchos en reuniones familiares, cenas, bautizos... Hay que pensar a lo grande, saber que esta situación será para mucho tiempo y probablemente con muchísimos más pacientes.
P.- ¿Hasta cuando piensa que se prolongará la pandemia?
R.- Yo creo que años porque la protección de la población todavía es muy baja. En Madrid las personas que superaron el virus representaban el 10%, y era el doble que en el conjunto de España (5%) Esto irá aumentando progresivamente pero nos queda muchísima población sensible. Con las vacunas pueden suceder muchas cosas y tampoco creo que puedan acelerarse demasiado. Si hay alguna que funciona, fenomenal. Pero es que hay muy pocas vacunas para enfermedades víricas que funcionen, no son tantas. Algunas que sí funcionan, como la de la gripe, no evitan totalmente las enfermedades. El Covid-19 va a estar años con nosotros. Las reinfecciones por ahora son algo excepcional y, probablemente, serán menos graves que las primeras, pero eso sería otra situación: que la gente que lo ha pasado pudiera volverlo a pasar como la gripe. Ahora mismo no nos lo parece pero como cada día vamos aprendiendo cosas nuevas, muchas cosas que decíamos hace meses sabemos que ya no son así.
P.- ¿Qué sabemos ahora del coronavirus?
R.- Cuando empezó esto no sabíamos nada, era una enfermedad sin métodos diagnósticos. No teníamos PCRs en España y no conocíamos nada, unos artículos de China que resultaron ser completamente distintos de lo que nosotros experimentamos. Y hemos ido aprendiendo a lo bestia. Ya sabemos muchas cosas: mecanismos patogénicos, por qué es mucho más infeccioso que otros coronavirus, aprendemos nuevas maneras de cómo se puede contagiar, sabemos porque la gente tiene trombosis o porque afecta a todos los niveles del cuerpo, ya que al principio pensábamos que era sólo una neumonía.
En cuanto a la forma de tratarlo, estamos bastante mal porque todos los ensayos clínicos que se realizan dan unos resultados bastante poco esperanzadores. No hay ningún fármaco que sea fantástico. De todas maneras, manejamos mejor a los pacientes, la prevención de las complicaciones, de la inflamación, sabemos un poco más de la prevención y, sobre todo, hemos aprendido mucho del diagnóstico. La literatura sobre el Covid-19 es masiva, de miles y miles de artículos que son accesibles porque las revistas los están publicando gratuitamente. Pero todavía nos queda por saber, quedan muchas incógnitas que nos están afectando mucho, como hasta cuándo se tiene que quedar la gente aislada e incorporarse al trabajo, o cuál es el tratamiento ideal en pacientes no graves.
P.- ¿A usted qué le ha sorprendido más de la enfermedad?
R.- La capacidad de transmisión me ha parecido alucinante porque al principio esperábamos que fuera parecido a lo que había pasado con los otros coronavirus, el SARS y el MERS, que eran localizados. Casi todos pensábamos que esto iba a ser una cosa de los chinos y que ahí se iba a quedar. Por mucho que todos los infectólogos y microbiólogos supiéramos que iba a haber una pandemia pensábamos que iba a ser de gripe. Y también me ha sorprendido desde el punto de vista clínico, la capacidad del virus de producir sintomatología en otros niveles extrarespiratorios: las trombosis, la afectación del corazón, del riñón, del sistema nervioso central.
La letalidad del virus ahora es más baja. Tenemos muchos diagnosticados en atención primaria que no están graves"
P.- ¿Se puede decir que la letalidad del virus ya no es la misma?
R.- La letalidad del virus ahora es más baja porque tenemos un denominador completamente diferente. Por ejemplo, al principio la mortalidad en una residencia era bestial porque los pacientes eran súper ancianos. Y en los hospitales la letalidad era mayor del 20% porque acudían los pacientes más graves, nadie quería salir de casa, cuando venían al hospital estaban hechos polvo. Ahora ya no. Tenemos mucha gente diagnosticada en atención primaria que no está grave. Otra cosa es cómo será dentro de un mes o así la mortalidad de los que han requerido intubación, esperemos que más baja que los pacientes de antes, pero a lo mejor no.
P.- ¿Os preocupa a los sanitarios alguna época del año más que otra?
R.- Desde el punto de visto microbiológico e infectológico una época horrorosa para los hospitales es la de la gripe. Es bestial. Las fotos de los pacientes en los pasillos siempre son en esa época. Cada año varían un poco las fechas, pero suele ser en diciembre o enero, a veces un poco antes y otras, después. Esos meses para nosotros son horribles: el laboratorio está totalmente saturado, hay muchísima carga asistencial, los hospitales se llenan, los pasillos se ocupan... Pero lo que está pasando en el hemisferio sur es que con tantos geles hidroalcohólicos, la distancia social y las mascarillas, la gripe está siendo muy leve. Podría suceder que gracias a las medidas preventivas no sólo prevenimos el coronavirus, si no también a la gripe. Sería buenísimo que los hospitales no se llenaran de niños con mocos o pacientes con gripes. Otra cosa que hemos aprendido es que hay que ponerse en lo peor. Así que a partir de Otoño estaremos muy preocupados.
P.- Hace unos días, el portavoz de Sanidad, Fernando Simón, dijo que con las "medidas adecuadas" en los colegios, la "capacidad de transmisión es ínfima". ¿A usted le preocupa la transmisión que a partir de este mes pueda haber en los colegios y en el transporte público?
R.- Pues claro que me preocupa. Sí que hay algún artículo en el que se ha demostrado transmisión en los colegios. En cualquier sitio en el que se reúna gente va a haber transmisión. Pero la sociedad no puede pararse. Hay que ser súper cuidadosos, pero estoy a favor de intentarlo. Claro que me preocupa, pero tenemos que intentarlo porque sino vamos a perder generaciones que no van a tener contacto con sus compañeros, que sus padres no van a poder trabajar.
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