En cuidados intensivos, intubada o incluso al borde de la defunción. Así definen sus profesionales el estado de la Atención Primaria. La llaman la puerta del Sistema de Salud y está a punto de cerrarse por culpa del coronavirus.
Con este panorama asume el cargo el nuevo presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), José Polo, título que compagina con su labor como médico de familia en Casar de Cáceres.
Pregunta.- Vaya momento para asumir el cargo....
Respuesta.- Sí, asumo el cargo con mucha responsabilidad y compromiso después de ocho años en la vicepresidencia y relevo a José Luis Llisterri que ha conseguido que la sociedad sea líder. El reto para mí es seguir manteniendo ese liderazgo.
P.- ¿En qué situación está la Atención Primaria?
R.- Estamos desconcertados con la situación, que se está volviendo caótica. Estamos asumiendo la teleconsulta, la asistencia presencial y el seguimiento COVID con unas plantillas ya bastante mermadas y sin que se cubran las bajas ni las vacaciones de los compañeros. Estamos a punto de reventar.
P.- ¿Cómo valora la respuesta de las Administraciones en la gestión de la pandemia en Atención Primaria?
R.- La Administración está desbordada. Se está haciendo mal. A la hora de buscar personal, se están haciendo contratos de poca calidad, en los que se paga una miseria y con malas condiciones laborales. Además, se arrastra una falta de inversión y planificación en atención primaria de los últimos años y que ahora, en la tensión de la pandemia, se ha demostrado que ha sido un gran error.
P.- ¿Cómo están los profesionales para resistir a la segunda ola?
R.- Cada vez vemos más problemas entre los médicos de crisis de ansiedad, depresión y sobrecarga de estrés.
P.- ¿Es sólo cuestión de personal o cómo se arregla esto?
R.- Habría que sacar la burocracia de las consultas. Contratar quizás auxiliares para renovación de actos administrativos como recetas o determinados informes o partes y así descargar al personal sanitario para que atendiera solo enfermedad. Se emplea muchísimo tiempo en burocracia y con ayuda de auxiliares administrativos el médico sólo tendría que supervisar y firmar.
P.- ¿Es cierto que faltan médicos?
R.- Los estudios dicen que se necesitan unos 4.000 o 5.000 médicos en el Sistema de Atención Primaria pero muchos se han desincentivado, tanto económicamente como por desarrollo profesional. La Atención primaria no se quiere. Ven cómo emigrando a otros países del entorno están más reconocidos y mejor pagados.
P.- Para resistir a esta segunda ola, ¿qué decisiones urgentes deberían tomar las administraciones?
R.- Lo primero que habría que hacer es el plan ifema de atención primaria para descargar la carga burocrática. Lo segundo, rediseñar las necesidades de plantilla. Planificar mejor la organización, reubicar o reordenar los servicios.
P.- ¿Teme las consecuencias que pueda haber en el resto de pacientes no COVID en atención primaria?
R.- Habrá que verlo, pero los pacientes crónicos están dejados, algunos están temerosos de acudir al centro de salud… Nos tememos que puede tener sus consecuencias en pacientes con hipertensión, diabetes u otras enfermedades crónicas.
P.- Parece que el punto de mira está en Madrid, pero ¿cómo ve la situación en el resto de España?
R.- Nos preocupa toda España. Lo que ocurre en Madrid siempre repercute más a efectos de medios de comunicación pero la situación en otras comunidades autónomas ha sido pareja. Hace un mes eran Cataluña o Aragón y ahora es en otras, pero el aumento es generalizado.
P.- Hay algunos comportamientos de higiene que se han generalizado, pero ¿qué consejos se pueden dar a la población?
R.- Hay que educar a la población para que entienda lo que estamos viviendo. Porque en el sistema sanitario estamos recibiendo muchas quejas y la situación es la que es. Primero hay que mandarles un mensaje de tranquilidad y después de cumplimiento de las normas. Porque en general somos un pueblo, y me señalo también a mí mismo, indisciplinado. Hay que intentar cumplir más con las indicaciones.
P.- ¿Son suficientes esas normas?
R.- Lo ideal sería volver a otro confinamiento pero económicamente sería el caos. La forma de evitar la segunda oleada sería restringir aún más el contacto social pero si esto continúa muchas empresas y personas acabarían arruinadas. Lo bueno es que la enfermedad ahora parece menos real porque afecta, de momento, a gente más joven que en marzo.
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