Como ha informado el medio brasileño O Globo, un voluntario de 28 años que participó en las pruebas de la vacuna que están llevando a cabo la empresa farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha muerto en el día de hoy.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil ha confirmado que los estudios y las pruebas seguirán adelante a pesar del infortunio, y según O Globo, fuentes anónimas han asegurado que el joven habría recibido dosis de placebo y no de la vacuna, aunque no está confirmado.

Un portavoz de Oxford ha aclarado al medio británico Sky News que las pruebas no se detendrán, pues «tras una cuidadosa evaluación de este caso en Brasil, no ha habido preocupaciones sobre la seguridad del ensayo clínico y la revisión independiente. El regulador brasileño, ha recomendado que el ensayo continúe», señaló.

No es la primera vez que AstraZeneca y Oxford copan titulares por su vacuna, cuyos ensayos tuvieron que ser frenados a principios de septiembre por un bizarro caso de enfermedad que había aparecido en un voluntario. A mediados del mismo mes, volvió a aparecer un caso similar en el que otro voluntario mostró «síntomas neurológicos sin explicación», como anunció la propia farmacéutica.

Sin embargo, y como AstraZeneca desveló en un informe al New York Times, «se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna».

El Gobierno del Reino Unido había anunciado hoy mismo su intención de destinar 37 millones de euros a infectar con el virus, en un entorno controlado, a voluntarios inmunizados que ya hayan pasado la enfermedad con anterioridad.