El anuncio de los datos sobre la candidata para vacuna —con un 90% de eficacia contra el Covid—, desarrollada por el laboratorio Pfizer y la biotecnológica BioNTech, han supuesto un punto de inflexión en el fin de la pandemia del coronavirus. Detrás de la alemana BioNTech se encuentran Uğur Şahin y Özlem Türeci, un matrimonio de científicos de origen turco que dieron un respiro al mundo el pasado lunes.
Özlem Türeci es la directora médico de la compañía y se unió a la empresa en 2008, el mismo año de su fundación, desempeñando el cargo asesora clínica y científica. La que es presidenta de la Asociación de la Inmunoterapia contra el Cáncer en Alemania, también es cofundadora de Ganyemed Pharmaceuticals AG empresa en la que también está involucrado su marido. Türeci es doctora de medicina por la Universidad de Saarland (Alemania).
Por su parte, su cónyuge Uğur Şahin confundó el BioNTech, y ha trabajado para grandes compañías del sector farmacéutico ocupando cargos de dirección en el Consejo Asesor Científico de Ganyemed Pharmaceuticals AG. Además, imparte clases en el prestigioso Centro Médico de la Universidad de Mainz (Alemania) desde el pasado 2014 y obtuvo el doctorado en Medicina en 1990 en la Universidad de Colonia (Alemania).
Ambos científicos son hijos de inmigrantes turcos que emigraron a Alemania a finales de la década de 1960. Şahin, de 55 años, nació en la ciudad mediterránea de İskenderun y llegó a Colonia con tan solo cuatro años, donde su padre trabajó en la fábrica de automóviles de Ford. Igualmente, Türeci, de 53 años, creció en Lastrup (Baja Sajonia, Alemania) donde su padre, originario de Estambul trabajó como enfermero en un pequeño hospital católico de la ciudad.
Emprendedores en la investigación contra el cáncer
Ambos se casaron el pasado año 2002 cuando vivían en la ciudad de Mainz, una ciudad emplazada el río Rin conocida por su cultura y ser la cuna del conocido inventor de la imprenta, Johannes Gutenberg. El matrimonio estableció en un primer momento un laboratorio de investigación en el hospital universitario de la ciudad alemana para trabajar sobre los sistemas inmunológicos en las células del cáncer.
En esta línea, la primera compañía que fundaron juntos se llamó Ganymed —en honor a un dios de la mitología griega—, el pasado 2001. Finalmente la empresa se vendió al gigante farmacológico japones Astellas en 2016 por un valor de 1.4 billones de euros. Sahin, según recoge el Süddeutsche Zeitung, afirma que la primera vez que leyó sobre el virus Covid-19 fue el pasado 24 de enero de 2020: al día siguiente le comunicó a los empleados de BioNTech que el laboratorio alemán comenzaría a investigar la vacuna contra el coronavirus.
La estadounidense Pfizer no es la primera vez que colabora con BioNTech, gracias a los lazos comerciales entre ambas unieron costes de desarrollo y distribución para alcanzar una cura lo más pronto posible. Tal ha sido el esfuerzo que el pasado mes de marzo, cuando toda Europa se encontraba en pleno confinamiento, el laboratorio alemán ya tenía 20 posibles vacunas en desarrollo dentro un proyecto llamado Lightspeed (velocidad de la luz en inglés) que contaba con el trabajo de 500 científicos.
En una reciente entrevista a Business Insider Alemania, Uğur Şahin afirma que se pondrá la vacuna "tan pronto como se permita". "Pero primero tenemos que estar seguros de que la vacuna llega primero a aquellos que la necesitan urgentemente", asegura. "Especialmente las personas mayores, personas con factores de riesgo y personal médico.
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