Aunque aún de forma limitada, los test de autodiagnóstico de anticuerpos (los llamados test serológicos) de coronavirus han comenzado a distribuirse a las farmacias. Estas pruebas se realizan en casa mediante una punción en el dedo y ofrecen la información en unos minutos sobre la presencia de anticuerpos IgM e IgG, que indican que se ha tenido contacto con el virus pero no son un test diagnóstico que pueda informar sobre la presencia o no de una infección activa.
Estos test son diferentes a los test de antígenos - cuyo objetivo es detectar una infección activa a través de la carga viral - y que varias comunidades como Madrid han solicitado que se realicen también en farmacias. Los de antígenos, además, no son test de autodiagnóstico sino que se realizarían en la propia farmacia.
La cuestión es que pese a que aún no se ha extendido, la venta de estos test rápidos de autodiagnóstico de anticuerpos ya es polémica. Este lunes la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha emitido un comunicado en el que pide que no se permita la venta de estos test. Alegan que tienen una sensibilidad menor que las que se realizan en laboratorio, que no permiten detectar una infección activa - ni lo contrario - y que la interpretación de los resultados es complicada y puede derivar en una mayor sobrecarga del sistema sanitario o en la adopción de comportamientos de riesgo por una falsa seguridad.
A esta posición de la SEIMC se ha unido también la Consejería de Sanidad de Madrid que también ha advertido de "la confusión, más que información, que van a generar los test rápidos de anticuerpos. La presencia de inmunoglobulinas IgM no ayuda a establecer el diagnóstico de infección aguda y la presencia de inmunoglobulinas IgG (anticuerpos) debería confirmarse por otras técnicas más específicas para no generar una falsa sensación de protección".
En respuesta a estas negativas, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha querido incidir en que los test se van a realizar de forma controlada porque requieren de receta médica para su dispensación, que es exclusiva en farmacias. "Los farmacéuticos se han dotado de la información y herramientas necesarias para ofrecer las mayores garantías en la dispensación e información al paciente de estos test, como viene haciendo con pruebas rápidas similares incluida la del VIH", ha.
Así, los farmacéuticos aseguran que informarán al ciudadano de que el Covid-19 "es una enfermedad de declaración obligatoria y, por tanto, es muy importante que los ciudadanos comuniquen al profesional sanitario prescriptor de la prueba su resultado para su adecuado seguimiento".
Sin embargo, para la sociedad que representa a los especialistas en enfermedades infecciosas esos requisitos no son suficientes para justificar la extensión del uso. "Creemos que un diagnóstico ágil y preciso es una de las claves para el control de la pandemia pero en el momento actual no existe ninguna prueba que permita en la práctica el autodiagnóstico fiable" y piden por tanto que se retiren de las farmacias.
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