Brian Pinker, un hombre de 82 años con diálisis, ha sido la primera persona en el mundo en recibir la dosis de la vacuna que elaboran la Universidad de Oxford junto con la farmacéutica AstraZeneca. Ha sido este mismo lunes en en el Hospital Universitario de Oxford, Reino Unido, según informan varios medios británicos.
Pinker, nacido y criado en la pintoresca ciudad inglesa, se ha convertido en el primer paciente en el mundo en recibir la dosis de la vacuna Oxford y Astrazeneca, aprobada el pasado 30 de diciembre por Reino Unido para su uso. El Gobierno británico aceptó la recomendación de la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos Sanitarios (MHRA) para autorizarla, convirtiéndose así en la segunda que recibe el visto bueno en el país tras la de Pfizer y BioNTech.
Pinker ha afirmado, en unas declaraciones recogidas por el ministerio de Sanidad británico (NHS) que está "muy contento de poder recibir la vacuna contra el Covid-19 hoy, y muy orgulloso de que sea una inventada en Oxford. Las enfermeras, los médicos y el personal han sido todos magníficos, y ahora estoy deseando poder celebrar mi 48 aniversario de boda con mi esposa Shirley a finales de este año."
Sexto día consecutivo con más de 50.000 casos
La situación en Reino Unido, en lo que a métricas del coronavirus se refiere, sigue empeorando. El domingo marcó el sexto día consecutivo en el que las islas superaban los 50.000 casos positivos registrados. Asimismo, el sábado marcó un nuevo pico de contagios con más de 57.000 contagios.
El pasado miércoles, además, el Gobierno británico anunció una jornada negra para el país: 981 defunciones en 24 horas, el mayor registro desde la primera ola de la pandemia, en el mes de abril.
Ante estas preocupantes cifras y con la variante de la enfermedad produciendo una nueva ola de contagios e ingresos, el ministro de Salud británico, Matt Hancock, ha anunciado que "no descarta" que el territorio haya de pasar por un nuevo confinamiento domiciliario para frenar la expansión vírica.
La vacuna más determinante
Las características de la vacuna de Oxford y AstraZeneca la convierten en una noticia importantísima en la estrategia global para contener la pandemia. Es mucho más barata y fácil de almacenar que las de Pfizer y Moderna, por lo que ayudaría a combatir el coronavirus en los países con menos recursos, un requisito indispensable para poner fin a la pandemia, según los expertos consultados por El Independiente.
La principal razón que la convierte en el mejor aliado de los países pobres es el precio: 2,9 euros y el compromiso de no obtener beneficios con el fármaco mientras dure la pandemia. Las dosis de Pfizer y Moderna superarán los 15 euros cada una.
Y las ventajas en cuanto a la accesibilidad no quedan ahí: el fármaco se puede conservar en una nevera normal (entre 2 y 8 grados centígrados) durante seis meses y el sistema de producción que hay previsto (25 centros en diez países) facilitaría la logística del transporte. La de Pfizer necesita conservarse a -80 grados y la de Moderna, a unos -20, para que no pierdan efectividad.
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