Cuanto más jóvenes, más lejos ven el fin de la pandemia. También son ellos quienes creen que el comportamiento ciudadano general ha sido peor, mientras la población general cree que son ellos los que peor se han comportado. El primer estudio sobre Evolución de los hábitos de autocuidado en España en época de la Covid, impulsado por la Asociación para el Autocuidado de la Salud, que ha entrevistado a 5.004 personas en España.
El estudio ha analizado la actitud de los ciudadanos ante la pandemia, los hábitos adquiridos y la expectativa respecto al futuro. Así, sólo el 20,7% de los jóvenes entre 18 y 34 años ven el fin de la pandemia antes de un año, mientras que el porcentaje aumenta al 23,7% entre los 35 y los 49 años, al 27,4% entre 50 y 64 años y un 30,9% de los mayores de 64.
Ocurre lo contrario entre quienes creen que habrá que esperar más de dos años para ver el fin de la pandemia, que son el 14,8% de los mayores de 64 pero el 21,6% de los menores de 34.
Además de los más pesimistas sobre la duración de la pandemia, los jóvenes son también los más críticos con el comportamiento ciudadano -y los que reciben más críticas también-. Casi seis de cada 10 creen que el comportamiento general ha sido malo, frente a cuatro de los mayores de 64 años.
Ellos piensan que la población se ha portado peor pero también en general, la población encuestadas cree que son ellos los que peor se han comportado. El 72% cree que la actitud de los jóvenes ha tenido un impacto muy negativo, a diferencia de la de las personas mayores y los sanitarios.
Los murcianos, los que mejor valoran el comportamiento ciudadano
En general, los encuestados creen que el comportamiento ciudadano ha tenido un impacto más negativo que positivo en la evolución de la epidemia. Sin embargo, hay grandes diferencias por comunidades autónomas.
Los murcianos, madrileños y extremeños son quienes creen que el impacto negativo de la actitud ciudadana ha sido menor. Por el contrario, los vascos, valencianos y catalanes son los que más censuran el comportamiento de la gente.
Los jóvenes son los más criticados por su comportamiento, pero con diferente intensidad según la región. Las peores valoraciones son las de andaluces, canarios, murcianos, cántabros y baleares. Las mejores, las de Castilla La Mancha, Madrid y La Rioja.
El trabajo, un lugar seguro para el 69,4%
La encuesta también ha preguntado sobre la seguridad percibida en el trabajo frente al coronavirus. Mientras que el 69,4% cree que es un lugar seguro, el 8% cree que no es nada seguro y un 22,7% lo ve poco seguro.
Los jóvenes son, de nuevo, los que menos tranquilos se sienten en su entorno de trabajo ya que el 36,7% no percibe seguridad, frente al 24,8% de los de 50 a 64 años. El porcentaje también es más elevado en la ciudad (poblaciones de más de 10.000 habitantes) frente a entornos rurales.
Uso de mascarilla y otros medios de protección
La encuesta también preguntó por la importancia que se da al uso de la mascarilla según la ubicación. El transporte público fue el lugar donde se dio más importancia a la mascarilla (el 92,9% lo considera muy importante), seguido del trabajo (84,7%), las reuniones con amigos (69,6%) y las reuniones familiares (61,4%).
En uso de gel y lavado de manos también es considerado más importante en el transporte público que en otros entornos, al igual que la distancia. No obstante, las tres medidas son consideradas muy importantes por al menos el 56% de la población y casi el 80% asegura que mantendrá estas medidas de higiene más allá de la pandemia.
Cambio de hábitos de ocio
El estudio habla también de cómo han cambiado los hábitos respecto a las actividades de ocio y los viajes son los que más se han abandonado. Al contrario, el consumo de televisión y el uso del móvil son los que más han aumentado, además del teletrabajo.
El consumo de televisión ha aumentado especialmente en Cantabria, Canarias y Madrid, y algo menos en Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha e Islas Baleares. Por el contrario, en La Rioja, Cantabria y Canarias se lee ahora más que antes de la pandemia y en Navarra y La Rioja ha aumentado especialmente la población que usa más el smartphone.
En Asturias, Galicia, Cantabria y Murcia sus ciudadanos son los que dicen haber dejado más de ir al cine, teatro y otros espectáculos, mientras los que menos han perdido el hábito (aunque también van un 50% menos) son los canarios, madrileños y vascos. Es al norte de España donde también sus cuidadanos han abandonado más el hábito de ir a bares y restaurantes, y la costumbre se ha perdido menos en Canarias, Baleares y Comunidad Valenciana, aunque todos han reducido la frecuencia.
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