La variante británica se ha convertido en la principal amenaza para la contención de la pandemia en Europa y España. Su mayor transmisibilidad ha conducido a Reino Unido a una situación crítica en su sistema sanitario. Cuando los ingleses detectaron su amplia expansión por el sur de la isla el Centro Europeo de Enfermedades Infecciosas (ECDC, en sus siglas en inglés) recomendó hacer vigilancia estrecha de la evolución genética del virus. La secuenciación genética, esto es, el análisis genético del virus para determinar su origen —que hasta ese momento era una labor científica para hacer seguimiento, a posteriori, de la evolución del virus—, pasó a ser una herramienta de diagnóstico, con la dificultad técnica que esto supone.

“En Andalucía la secuenciación se puso en marcha antes de la tercera ola. A raíz de las noticias de la cepa británica nos entró mucha preocupación por la cercanía con Gibraltar, que tiene una ruta aérea muy abierta con Reino Unido y, sospechábamos, podía ser una puerta de entrada de esta variante, por lo que hemos vigilado de forma estrecha la zona de Campo de Gibraltar”, explica a El Independiente Nicola Lorusso, epidemiólogo y especialista en Salud Pública y asesor técnico de la Dirección General de Salud Pública de la Junta de Andalucía. “Allí, a la luz de los indicadores epidemiológicos del peñón de Gibraltar, que empezaban a mostrar un aumento exponencial de los casos, pudimos anticiparnos y tomar medidas en este territorio. Donde luego se ha visto que, claramente, hemos encontrado muestras de la cepa británica, que era lo esperado por la estrecha relación entre el municipio de La Línea por los trabajadores que cruzan la verja cada día”, afirma. 

La secuenciación del virus pasó a ser fundamental para localizar y trazar los contagios de la variante británica. Durante la primera ola, Andalucía, como el resto del país, analizó muestras de virus para estudiar su origen. Un estudio pendiente de publicación de la Fundación Progreso y Salud secuenció 1000 muestras representativas provenientes de hospitales de la comunidad.

“Durante la segunda ola, no se hizo secuenciación, pero se creó un circuito de secuenciación de coronavirus de una manera ordenada como un servicio más a los médicos  de la comunidad para su labor asistencial. Esa estructura divide Andalucía en dos partes, una occidental que envía sus muestras al Hospital Virgen del Rocío en Sevilla y otra oriental al Hospital San Cecilio en Granada”, explica el responsable de investigación del Hospital Universitario San Cecilio, Federico García García. “Cuando aparece la variante británica todo cambia y estos circuitos se convierten en un sistema de vigilancia. En ese momento los casos sospechosos de variante británica se empiezan secuenciar en esos dos hospitales”, añade. 

Incidencia de coronavirus en los últimos 14 días por 100.000 habitantes en Andalucía

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“Afianzamos el circuito de secuenciación de muestras adelantándonos al resto de comunidades, en Andalucía se identificaron dos laboratorios de referencia para la secuenciación de muestras. Uno es el Hospital Virgen del Rocío y el otro el Hospital San Cecilio”, confirma Nicola Lorusso. “Creamos un circuito de envío de muestras a estos laboratorios especialmente enfocados en los casos importados de Reino Unido y Gibraltar y  también enfocados a estudiar aquellos brotes en los que se detectaba una alta transmisión o en el caso de las reinfecciones”, explica el epidemiólogo. 

“El 23 de diciembre nos encontramos con las primeras muestras y nos encontramos con que los centros de investigación están cerrados, así que lo que hicimos fue hacerlo nosotros”, asegura García García. Algo que corrobora el epidemiólogo asesor de la Junta: “En un primer momento, nos centramos en la secuenciación de casos  importados, “bien de Reino Unido o de Gibraltar, pero en un segundo momento alertamos de la necesidad de secuenciar las reinfecciones que se iban produciendo y todos los brotes y agrupaciones de casos en los que se evidencie que haya habido una transmisión mayor o inusual respecto a lo esperado”. 

La zona de Málaga es, junto con la de Campo de Gribraltar el foco de preocupación de Andalucía. “Esta zona  comparte las mismas características que la de Campo de Gibraltar, es cierto que el tráfico aéreo es más reducido y la llegada de turistas está afectada, pero es verdad que es una de las zonas que más variante británica hemos detectado”, asegura Lorusso. 

Secuenciación y screening 

Un sanitario realiza una prueba covid-19 a una vecina de la localidad cordobesa de La Carlota.

Lorusso apunta a que los primeros casos de variante británica se pudieron detectar con secuenciación o con screening.  La secuenciación es un proceso más laborioso que el screening que se hace con PCR. “En nuestro hospital hacemos muestro aleatorio de un 15% de los casos que tenemos a diario para ver cuáles tienen variante británica”, apunta Federico García.

Para ello hacen screening con las PCR de Thermo Fisher, una marca que detecta la variante británica con una correlación del 95% sin necesidad de secuenciar. "Entre los genes que investiga del coronavirus hay uno que si se trata de la variante británica no se detecta. De esta manera se dieron cuenta los ingleses que les estaba pasando algo raro. En nuestro laboratorio tenemos estas PCR para hacer ese screening. Si vemos que falla ese gen, entonces lo secuenciamos”. Según este investigador de momento tienen pocos casos, “pero es previsible que esto vaya subiendo hasta que llegue el momento en el que la mayaría de casos sean de esta variante, que es lo que está pasando en más sitios. Ya hemos detectado casos autóctonos, yo estoy convencido que en pocas semanas estaremos disparados”, añade. Una situación que le consta no es exclusiva de Andalucía.

Algo que confirma Lorusso: “Hemos detectado casos que no tienen vínculo epidemiológico con el Reino Unido ni con Gibraltar, lo que te hace sospechar que la cepa británica ya está en nuestro territorio. La vigilancia epidemiológica ha podido detectar medio centenar de casos pero entendemos que su presencia en nuestro territorio es mayor”. 

Unas predicciones que cuadran con las previsiones de Sanidad. Fernando Simón destacó ayer, tras el Consejo Interterritorial de Sanidad, que en algunos puntos de España, a finales de febrero y principios de marzo, los contagios con la variante británica tendrán una presencia mayoritaria entre los nuevos contagiados.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante su comparecencia para explicar las nuevas medidas contra la pandemia coronavirus el pasado 8 de enero.

El sistema de detección y secuenciación de cepa británica de la comunidad se ha integrado en el recién creado protocolo de Integración de la Secuenciación Genómica en la Vigilancia del SARS-CoV-2 que ha elaborado la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, dependiente de la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Sanidad. Para Lorusso, esta integración supone un paso hacia adelante en la vigilancia epidemiológica en España y Andalucía, porque permite abordar la secuenciación genómica e integrarla en las labores de vigilancia epidemiológica que se vienen realizando.

“El objetivo es saber cuáles son las variantes que vienen circulando en nuestro territorio a medida que vaya evolucionando la pandemia y detectar las variantes que aumentan la transmisibilidad o que puedan aumentar la virulencia o una variante que pueda escapar a la inmunidad natural o la producida por las vacunas”, señala el epidemiólogo.

“Para poder abordar estos objetivos se necesita un potencial de secuenciación grande, la Comisión Europea habla de un 5%, pero estamos en una fase en la que es necesario afianzar la integración y, en un corto periodo de tiempo, ampliarlo, tanto con muestras de ámbito comunitario como del hospitalario y la idea es aumentar el número de muestras, porque es útil para lograr una vigilancia basada en esta información para que nos ayude a modular las intervenciones de Salud Pública”, afirma Lorusso. La última versión de este documento pide a las comunidades autónomas secuenciar entre el 1% y el 2% de los casos, lo que queda lejos del 5% y 10% que demanda Europa.