Desde que comenzó la pandemia, 112 médicos españoles han perdido la vida por culpa del Covid. Uno cada tres días. Sin mascarillas ni material de protección suficiente en la primera ola, los facultativos españoles se convirtieron en los más contagiados del mundo. La segunda ola impidió que muchos de ellos descansaran en verano y un año después, una profesión exhausta denuncia las carencias en atención primaria, la precariedad laboral y la falta de profesionales sobre todo en algunas especialidades.
Quienes representan a una de las profesiones esenciales de este año continúan reclamando a la Administración, desde mayo de 2020, que se les considere profesión de riesgo. Lo hace la Organización Médica Colegial (OMC) que representa a los colegios médicos de toda España y que cuenta desde hace unas semanas con nuevo presidente, Tomás Cobo, quien hace balance del año y de los retos de la profesión en una entrevista con El Independiente.
Pregunta. - ¿En qué punto cree que está ahora mismo la pandemia?
Respuesta. - Yo creo vemos un poco de luz al final del túnel. El punto de inflexión ha sido la llegada de las vacunas. Aún con toda la incertidumbre que generan las vacunas, tanto la seguridad, como el protocolo de vacunación, lo cierto es que tenemos una herramienta súper potente que es la vacunación. Creo que ya hemos pasado la tragedia de la pandemia en sus momentos más crudos.
P.- ¿Cree que la vacunación puede evitar una cuarta ola?
R.- La vacunación es una herramienta más, es súper eficaz y yo soy optimista pero insisto que vivimos en la incertidumbre. Aún se desconoce la eficacia real de algunas de las vacunas, pueden aparecer complicaciones inherentes y por eso hay que apostar por la máxima seguridad. Tenemos tres herramientas que podemos utilizar los ciudadanos: la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social que son tres armas poderosas, junto al confinamiento, que debemos seguir usando. Y la vacunación es una más.
P. - En los últimos días desde la OMC habéis lanzado vuestras propuestas al Gobierno, como extender la vacunación con AstraZeneca a los 65 años o la necesidad de homogeneizar las medidas en Semana Santa. ¿Cuál es su opinión sobre la gestión del Gobierno?
R. - Creo que el Gobierno tiene una herramienta cada vez más fluida, dinámica y participativa que es el Consejo Interterritorial de Salud que ha llegado a un acuerdo por ejemplo sobre Semana Santa. Desde la OMC lo que apelamos es primero es hacer caso a los científicos y después, en base a esas opiniones, tomar decisiones lo más armonizadas posible, no solo en España sino en el entorno europeo. Pero sí que creo que las Administraciones están haciendo un esfuerzo por conciliar todas las decisiones que se toman.
P. - Pero aunque se hagan esfuerzos, en España tenemos 17 autonomías y no siempre están de acuerdo…
R. - En España tenemos 17 autonomías y en Europa 27 países. No tenemos que centrarnos tanto en España, que va bien que se acuerde, sino también mirar a Europa. Cuanto más armonizados estemos en su conjunto, mejor. Cuanto más hagamos caso a los expertos, mejor.
P. - Insiste mucho en que hay que hacerle caso a los científicos, ¿cree que no se les ha hecho todo el caso que se debería en España?
R. - Quizás no, hubo una época por ejemplo en que no sabíamos quiénes eran los asesores del Ministerio de Sanidad… Pero bueno, está mejorando. Todo es fácil de analizar una vez pasado, creo que el Gobierno ha hecho un esfuerzo, pero siempre se puede mejorar.
Hemos puesto la salud del paciente muy por delante de nuestro bienestar psíquico y físico y de nuestra propia vida"
P. - ¿Y cómo está la profesión médica tras este año de pandemia? ¿Qué demandan?
R. - Demandamos lo mismo desde hace años, pero ahora más. Nosotros defendemos nuestro modelo de sanidad universal y gratuita, cuyos medios los tiene que proporcionar el sistema, que son las administraciones. Y lo que venimos suplicando a las administraciones sucesivas es que se refuerce el modelo, no solo invertir sino también gestionar mejor.
Tenemos tres problemas básicos. Que nuestros salarios están por debajo de la media europea, que tenemos una precariedad profesional de más del 50% y que la formación médica continuada no es suficiente, así como el refuerzo de la atención primaria. Y en este contexto nos llegó la crisis y lo positivo es que nuestro modelo fue capaz de resistir al impacto, hemos sido capaces de mostrar una flexibilidad, esa dinamización del modelo ha sido lo bueno.
P. - Ha resistido, pero ¿hasta dónde es capaz de resistir la profesión médica en esta situación?
R. - Una vez más estamos en la incertidumbre. Los aplausos van bien, pero la profesión médica no ha dejado de hacer lo que venía haciendo siempre, hemos tenido que poner la salud del paciente muy por delante de nuestro bienestar psíquico y físico y de nuestra propia vida, ayer fallecía el último compañero, Juan Pablo Castro, un médico del 061 infectado por Covid. Ahora bien, cómo está ahora mismo la profesión, abrumada por el trabajo. La situación en Atención Primaria es abrumadora, las listas de espera que hace dos años ya eran grandes, imagínate ahora, los pacientes no covid han sido también víctimas de la pandemia. Ahora hay que movilizar el sistema de salud, la inversión pero también gestionarlo mejor.
Es una paradoja que tengamos que importar médicos de otros países para que nos vengan a ayudar en estos momentos"
P. - ¿Cómo habría que mejorar esa gestión, con qué medidas concretas?
R. - Creo que los hospitales el mecanismo de funcionamiento de ocho a tres no puede ser. No puede ser que unidades altamente especializadas como las quirúrgicas se permitan el lujo de cerrar de tres a ocho de la tarde, hay que poner esos medios técnicos a funcionar, aprovechar el tiempo al máximo. Para eso hay que dotar de más medios, más profesionales. Por otro lado, tenemos más de 20.000 médicos fuera de España que se fueron porque los salarios no eran adecuados, porque la precariedad les obligó a trasladarse y porque la formación médica no es la adecuada y de alguna forma tenemos que rescatarles. Y otra medida concreta. Tenemos una bolsa de 7.500 médicos que se han formado en las universidades españolas y que no pueden acceder a formación médica especializada. Es absolutamente clave que consigamos más plazas en las unidades docentes para que estos médicos que hemos formado tengan la oportunidad de incorporarse al sistema. Es una paradoja que después de tener una formación accesible y pública tengamos que importar médicos de otros países para que nos vengan a ayudar en estos momentos.
P. - En este sistema se tiene que habilitar la vacunación masiva, ¿está el sistema preparado?
R. - Volvemos al tema de la incertidumbre en cuanto a las dosis que van a llegar, a medidas que vayamos teniendo más disponibles, yo creo que no va a haber problema de recursos para su administración adecuada. Hemos ido al paso, ahora vamos al trote y tendremos oportunidad de ir al galope.
P. - En los temas más allá del Covid, este jueves se ha aprobado la ley de eutanasia. En los últimos días desde la OMC han mostrado su oposición al registro de objetores de conciencia, ¿qué opinión les merece la ley?
R. - No es que estemos en contra radical, pero no pensamos que la redacción del artículo 16 sea la adecuada. No creemos que deba de haber una lista de objetores de conciencia, porque la objeción de conciencia no es un término absoluto. Cada paciente es un mundo y cada circunstancia es diferente, esto no es nada nuevo. Al tiempo pensamos que hay una serie de términos que generan confusión, sedación terminal, cuidados paliativos, eutanasia o suicidio médicamente asistido. No se puede mezclar todo y también queremos tener clara la incertidumbre que genera la ley, esas comisiones de control quién las va a conformar, qué especialidades van a tener, quién va a determinar quiénes forman parte de las comisiones de control. En todo esto los médicos tenemos que estar muy presentes. Porque si bien el código de deontología dice que la eutanasia no es un acto médico, también el código nos obliga a cumplir la ley. Y esta es una ley que nace de la ciudadanía y que debemos respetar. Estamos dispuestos al mayor grado de colaboración pero guardando una de las claves que es la objeción de conciencia.
P. - Pero, ¿cómo creéis que debería funcionar?
R. - Tenemos que tener reuniones para ver esas comisiones de control, ver qué participación tenemos y cómo lo podemos articular. Nos planteamos tener una interlocución grande con la Administración para que se lleve a cabo de la manera más efectiva y respetuosa con los profesionales.
P. - Si pensamos en que pronto podremos pensar en la Sanidad desde una perspectiva algo más amplia que la pandemia, qué temas cree que se tendrán que abordar de forma más urgente.
R. - El refuerzo de la atención primaria, tanto familiar como comunitaria. Para reforzar la medicina familiar hay que acabar con la precariedad, y la comunitaria apostando por la salud pública. Y la atención médica continuada, que hay que resolverla con altas miras. Y nuestra máxima colaboración con las Administraciones, colaboradores pero no colaboracionistas. Lo más constructivos y críticos posibles.
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