Tras haber controlado relativamente bien la curva durante las Navidades, Francia está sufriendo un aumento vertiginoso de los contagios en los últimos días. El lunes se diagnosticaron casi 32.000 positivos, unas cifras que no se veían en el país vecino desde la brutal segunda ola que vivieron en octubre.
Las perspectivas no son precisamente buenas. Gran parte del país está confinado desde el fin de semana, pero según una encuesta del instituto demoscópico Odoxa prácticamente un 50% de los habitantes de las zonas confinadas aseguran que van a incumplir las normas. Sin embargo, eso no está evitando que cada fin de semana miles de franceses crucen los Pirineos para disfrutar de las terrazas, el ocio y el buen tiempo en España.
El problema, claro, es que las medidas en los aeropuertos son tan laxas que la ola francesa pueden acabar salpicando a España. "Nos ha costado muchísimo bajar la curva de enero para llegar a la situación en la que nos encontramos. Hemos conseguido reducir la incidencia a unos 130 casos por cada 100.000 habitantes y podemos tirar todo por la borda si tenemos abiertas las fronteras de esta manera", señala a este periódico Estanislao Nistal, virólogo de la Universidad CEU San Pablo.
Jóvenes y con ganas de fiesta, el perfil del turista
Para entrar en España a través de un aeropuerto solo se exige una PCR negativa realizada en las últimas 72 horas. "Pero eso no es suficiente. Hay que ser más restrictivo y prevenir el riesgo. Si hay movimiento y libre circulación y no se mantienen las restricciones cuando las cosas empiezan a mejorar, vas de cabeza a un nuevo aumento de contagios", añade Estanislao Nistal.
"Yo entiendo que el turismo es importante y que los gobernantes tienen que tratar de potenciarlo después de las pérdidas del 2020, pero nos estamos poniendo una venda en los ojos. No nos estamos protegiendo del virus", advierte el experto.
El número de visitantes franceses en Madrid se ha multiplicado por cuatro desde enero y en Barcelona se ha doblado. Y este virólogo pone de manifiesto que el perfil del turista actual es el de una persona joven, de entre 20 y 30 años y con ganas de fiesta. "Si vas por el centro de Madrid hay terrazas llenas de franceses sin distancia y sin mascarilla".
Esta afluencia constante y creciente de turistas puede provocar la expansión del virus y de las variantes más contagiosas. "Que el virus viaje de Madrid a París o que llegue de Marsella a Barcelona", advierte el profesor danés Jeffrey Lazarus, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa.
El éxito de la vacuna y el cansancio
Para comprender el actual pico de contagios que hay en Francia hay que retrotaerse a octubre y noviembre, cuando vivieron una segunda ola mucho peor que la de España. El día 3 de noviembre es todavía el peor desde el inicio de la pandemia en Francia con casi 56.000 contagiados. El Gobierno galo decretó un segundo confinamiento y las restricciones continuaron durante la Navidad, lo que evitó una nueva ola en enero.
"Pero ahora la gente se ha cansado ya de estar en casa, de respetar las normas y de tener un toque de queda a las siete de la tarde. Y además está viendo cómo cada vez hay menos muertos por la vacuna y se están relajando", considera Jeffrey Lazarus en conversación con El Independiente. "Los programas de vacunas hay que hacerlos muy rápido porque una vez que la gente ve que funciona, se produce un efecto de relajación. Eres una víctima del éxito".
Récord en las UCIs francesas en 2020
El aumento de los casos en las últimas semanas llevó al Gobierno a decretar un nuevo confinamiento para 16 departamentos, incluido París, en los que viven cerca de un tercio de la población. Se cerró la hostelería, se adelantó el toque de queda a las 18:00 y solo se pueden dar paseos en un radio de diez kilómetros. Pero incluso los habitantes de esas zonas pueden coger un vuelo y venir a hacer turismo a España.
El lunes, además, Francia marcó un nuevo récord de ingresados en cuidados intensivos por covid en lo que va de año, con 4.548 pacientes, 142 más que el domingo. Mientras, la presión hospitalaria sigue siendo elevada en el país, con 26.488 camas ocupadas por pacientes con esta enfermedad, un incremento del 4 % en una semana.
El presidente de la federación francesa de hospitales, Frédéric Valletoux, fue cristalino esta semana cuando le preguntaron en la televisión LCI por la presión hospitalaria. "Podemos enfrentarnos a una crisis violenta sin precedentes" dentro de unas tres semanas si el país no consigue parar el ascenso de la curva. "La epidemia se acelera y las cifras se disparan".
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