A partir de los 65 años, y debido a un proceso degenerativo propio de la edad, alrededor de un 40 por ciento de las personas puede tener alguna forma de estenosis de canal lumbar, una patología que provoca dolor en la parte baja de la espalda, y que es evidente por resonancia magnética, según advierte el doctor Sleiman Haddad, cirujano de la Unidad de Columna del Hospital Quirónsalud Barcelona-Barcelona Spine Institute (BSI).
«La estenosis del canal lumbar consiste en un estrechamiento del conducto raquídeo (estenosis) que puede causar presión sobre los elementos neurológicos en su interior; en particular, sobre los nervios que inervan las extremidades inferiores. A menudo es resultado del proceso normal del envejecimiento, de forma que a medida que pasan los años los tejidos blandos y los huesos en la columna pueden endurecerse, o tener un crecimiento adicional, unos cambios degenerativos que pueden reducir el espacio que rodea a la médula espinal y resultar en estenosis del canal lumbar», aclara el experto.
La columna cambia
De hecho, la Academia norteamericana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS por sus siglas en inglés) subraya que, a medida que envejecemos, nuestra columna vertebral cambia, y como consecuencia del uso y del desgaste normal por el envejecimiento se puede producir este estrechamiento del canal de la médula espinal, del conducto raquídeo.
Para poder entenderlo mejor, el doctor Haddad explica que la columna lumbar está constituida por cinco vértebras (huesos pequeños) y sus respectivos discos intervertebrales, que están apilados unos sobre otros: «La columna conecta el esqueleto humano con la pelvis, ofrece la mayor parte de la movilidad del tronco, permite estar de pie, y aguanta la carga diaria del ser humano. Así, es la parte de la columna que más sufre el paso del tiempo».
A pesar de ser un problema muy ligado al envejecimiento, el experto de Quirónsalud celebra que solo una cuarta parte de la población con estenosis radiológica acaba desarrollando sintomatología debido a esta enfermedad.
Buenos hábitos y terapias para no operar
«Uno de los síntomas indicativos de esta patología es el alivio que siente el paciente al inclinarse hacia delante, ampliando así de manera natural el diámetro de su canal, y reduciendo la presión sobre las raíces nerviosas», reseña el especialista de Barcelona la Unidad de Columna del Hospital Quirónsalud Barcelona-Spine Institute (BSI). Los problemas más comunes de la estenosis del canal lumbar son las dificultades para caminar distancias, sufrir dolor, hormigueo o entumecimiento en las piernas.
Las opciones de tratamiento no quirúrgico se centran en restablecer la función de la espalda y en aliviar el dolor mediante buenos hábitos de vida, como el ejercicio para fortalecer los músculos de la columna, así como el mantener un peso saludable o no fumar.
Estos hábitos, explica Haddad, podrían necesitar de fisioterapia, de infiltraciones, de medicación o de otras modalidades de tratamientos no invasivos. La AAOS apunta aquí que pueden ser útiles ejercicios de estiramiento, masajes, y fortalecimiento lumbar y abdominal. La sociedad científica norteamericana apunta a las inyecciones de esteroides, así como a la acupuntura.
Una cirugía «electiva»
Ahora bien, el especialista de la Unidad de Columna del Hospital Quirónsalud Barcelona-Spine Institute (BSI) reconoce que, en algunos casos será recomendable la cirugía. Especialmente cuando la enfermedad está más avanzada, produciendo mucho dolor y alterando de manera significativa e irreversible la calidad de vida del paciente.
«La cirugía, en general, es electiva, pues las personas con estenosis de canal no suelen presentar déficits neurológicos y su capacidad de tolerar el dolor es muy variable. Raras veces el paciente se queda limitado a una silla de ruedas por sus síntomas», subraya el doctor. «Los pacientes pueden quejarse de no poder caminar durante un período largo de tiempo sin sentarse. Éste es a menudo el motivo para que los pacientes consideren la cirugía», precisa por su parte la AAOS.
Rápida y segura
El cirujano de Quirónsalud avisa de que un 20 por ciento puede presentar una estenosis cervical que, de desembocar en una mielopatía, sí podría reunir consecuencias graves sobre la capacidad motora y la coordinación.
Con ello, resalta que la estenosis de canal lumbar es la cirugía de columna más frecuente entre personas de edad avanzada. «Entre un 20 y un 30 por ciento de todos los pacientes con estenosis clínicamente manifiesta y que consultan por ella acaban necesitando una cirugía por la persistencia de sus síntomas, así como por las limitaciones funcionales que estos les generan». Haddad recomienda siempre consultar con un médico cualquier dolor de espalda. Y a pesar de la pandemia: según recalca, los centros sanitarios son hoy seguros frente al contagio de Covid, al haber diseñado circuitos limpios del virus.
Una vez realizado el diagnóstico en consulta, la operación consiste en una ampliación del canal espinal para descomprimir los nervios. «Es muy segura, y su duración no suele ser superior a una hora. Lo más frecuente es practicarla con un abordaje posterior, de la forma menos invasiva posible, a veces incluso de manera microscópica. En algunos casos, sin embargo, será necesario, además, proceder a la fijación de algunas vértebras para asegurar la estabilización de la columna. De ser así, el postoperatorio puede ser más largo».
La importancia del diagnóstico
La claudicación de la marcha también puede ser debida a otras patologías coexistentes, como un trastorno de riego sanguíneo a las piernas debido a una patología vascular o una alteración de la función de los nervios debida a trastornos metabólicos, como la diabetes.
«Por tanto, un buen diagnóstico es clave», insiste Haddad. «Pruebas como una radiografía, una resonancia, o un TAC indicarán el estrechamiento producido en el canal de la columna, pero se tienen que combinar con una buena valoración del paciente en su conjunto. A este efecto establecemos un abordaje multidisciplinar, que comienza por alternativas a la cirugía siempre que sea posible y por un proceso rehabilitador previo. Y si hay cirugía, con diferentes abordajes según la patología y la necesidad de cada persona».
El Hospital Quirónsalud Barcelona cuenta con la certificación Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19, que acredita el cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.
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