Distintas revisiones sistemáticas y metanálisis científicos concluyen que la cirugía temprana en las fracturas de cadera (dentro de las 24 a 48 horas posteriores) puede reducir el riesgo de mortalidad por todas las causas en pacientes de 60 años o más hasta en un 20 por ciento de los casos, así como la tasa de complicaciones mayores.
Así lo afirma la doctora Inmaculada Gómez Arrayás, jefa de la Unidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Ruber Internacional y de Ruber Internacional Centro Médico Habana en Madrid. Esta lesión presenta una alta tasa de mortalidad y de morbilidad, por lo que «para reducir este riesgo se requiere de una intervención quirúrgica temprana».
Una lesión frecuente
Las fracturas de cadera son cada vez más frecuentes en nuestro entorno como resultado del envejecimiento de nuestra población. «Son una de las fracturas más frecuentes que se presentan en Urgencias y que se resuelven en los equipos de Traumatología ortopédica», indica Gómez Arrayás. «La incidencia de fracturas de cadera es mucho más elevada en mujeres (más del doble), y el promedio de la edad de los pacientes que presentan una fractura de cadera es de 80 años».
Estos pacientes suelen ser ancianos con antecedentes médicos complejos. Por ello es muy importante realizar en el momento del ingreso una historia clínica muy completa, descartando factores causantes de la caída (síncope, infarto…) y realizando una evaluación cognitiva.
Factores de riego
«La mayor parte de las fracturas de cadera son el resultado de una caída en las personas de edad avanzada. Los factores de riesgo son numerosos: alteraciones en la marcha, vértigos, mareos, enfermedad de Parkinson, efectos secundarios de medicamentos, entre otros. Todo ello unido a que presentan reducción de la calidad ósea (osteoporosis), causa fundamental de la mayoría de las fracturas de cadera», afirma la traumatóloga.
Esta lesión afecta en más del doble a mujeres que a hombres y presenta una alta tasa de mortalidad y de morbilidad en personas mayores
Inmaculada gómez arrayás, quirónsalud
Más infrecuentes son las fracturas de cadera que ocurren en adultos jóvenes. Suelen ser resultado de un traumatismo de alta energía. Ahora bien, alrededor del 5 por ciento de las fracturas de cadera son patológicas, es decir, que su causa no fue una caída, sino que el hueso tenía una patología previa, un tumor, metástasis, o bien se ha producido tras el uso de medicaciones que pueden alterar el metabolismo óseo, o en casos de osteoporosis muy avanzada, por ejemplo.
La importancia del diagnóstico
En la exploración de una fractura de cadera, la jefa de la Unidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Ruber Internacional y de Ruber Internacional Centro Médico Habana señala que el paciente presenta dolor en la ingle al intentar movilizar la extremidad. «La deformidad más frecuente que encontramos es el acortamiento de la pierna lesionada con el pie girado hacia afuera. Esto se acompaña de incapacidad para levantarse y caminar», explica la doctora Gómez Arrayás.
Sobre el diagnóstico, mantiene que en la mayor parte de los casos se realiza con radiografías de dos proyecciones. «Pero hay un pequeño porcentaje, entre el 2 y el 7 por ciento, que no se ven en la radiografía porque son fracturas trabeculares (en el interior del hueso), incompletas, nada desplazadas, que requieren una Resonancia Magnética (RM) o un TC (Tomografía Computarizada) para diagnosticarlas. Debemos realizarlas siempre que la sintomatología sea compatible y no se vea fractura en las radiografías».
Dos tipos de fracturas
La especialista de Quirónsalud precisa que hay dos tipos de fracturas de cadera:
- Las que ocurren dentro de la cápsula articular de la cadera (intracapsulares, fracturas del cuello de fémur, subcapitales, basicervicales) requieren un tratamiento quirúrgico con una prótesis total o parcial de cadera. En algunos casos, si la fractura no tiene desplazamiento y hay buena calidad ósea, se realiza una osteosíntesis, es decir, un sistema de fijación con tornillos canulados.
- Las fracturas que se localizan por debajo de la cápsula articular (pertrocantéreas y subtrocantéreas). Su tratamiento consiste en fijar la fractura conservando la cabeza del fémur (con clavos intramedulares, tornillo-placa, etc.).
Así, salvo alguna contraindicación importante, el tratamiento será quirúrgico. El tipo de cirugía dependerá de dónde se localice la fractura.
Un equipo multidisciplinar
Gómez Arrayás explica que «los pacientes con fractura de cadera pueden perder hasta 1 litro de sangre antes de ser intervenidos (sobre todo en pacientes anticoagulados). Por ello, ya desde la urgencia, es importante la reposición de líquidos y la transfusión si se precisa, especialmente en pacientes que previamente tenían cuadros de anemia».
«Una fractura de este tipo desestabiliza mucho el organismo. Por ello es importante que un equipo multidisciplinar, compuesto por Medicina Interna, Traumatología, Anestesia y Fisioterapia, evalúen al paciente y sigan su tratamiento para minimizar posibles complicaciones», advierte la traumatóloga de Ruber Internacional.
El objetivo del tratamiento es restaurar el estado de movilidad que tenía el paciente lo antes posible. Para ello, el tratamiento de elección es la cirugía urgente, al menos en las primeras 24-48 horas, siempre habiendo optimizado previamente las condiciones del paciente.
La cirugía temprana también se asoció con una reducción de las úlceras por presión (escaras) y neumonía posoperatoria. Sin embargo, el tratamiento conservador (no quirúrgico) de las caderas fracturadas se asocia con una mortalidad más alta a los 30 días y al año.
La rehabilitación, tan importante como la cirugía
A juicio de la doctora Gómez Arrayás, la rehabilitación postoperatoria es tan importante como la cirugía. «Se requiere fisioterapia intensiva regular para fomentar la rápida progresión de la movilidad. Los pacientes deben sentarse y movilizarse inmediatamente después de la cirugía. Y podrán iniciar deambulación con carga parcial al día siguiente salvo fracturas muy inestables o pacientes que por su comorbilidad requieran retrasar la marcha».
La experta de Quirónsalud incide en que no hay que tener miedo a la hora de acudir a un centro sanitario durante la pandemia. Estas instalaciones son hoy seguras frente al contagio de COVID-19, al haber diseñado circuitos libres del virus. Además, el Hospital Ruber Internacional y el Centro Médico Ruber Internacional Paseo Habana en Madrid cuentan con la acreditación Applus+ Protocolo seguro frente a la COVID-19, que certifica el cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.
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