La incidencia del coronavirus en España había caído durante algo más de dos meses hasta que el pasado 23 de junio experimentó por primera vez una leve subida. La pandemia tocaba fondo en 92 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días y una semana después sigue en ascenso con 106 casos. Entre las causas del repunte están focos como el macrobrote de jóvenes en Mallorca y los contagios entre jóvenes de 12 a 29 años es más de 10 veces superior al de los mayores de 80. La incidencia en estos grupos supera los 24o casos.

Este aumento de la incidencia coincide en el tiempo con el fin de la obligación del uso de mascarilla en exteriores, que sin embargo no tiene relación con este repunte. "Lo que estamos viendo ahora es probablemente una consecuencia del fin del Estado de Alarma. Aquel 9 de mayo la incidencia estaba bajando y así continuó unas dos semanas. Después empezó a decrecer menos y luego un estancamiento, que ahora comienza a repuntar. Es, en definitiva, el efecto de la vuelta a la vida", explica Javier del Águila, médico residente en Medicina Preventiva y Salud Pública.

Del Águila no cree que la retirada de mascarillas en exteriores (con distancia) tenga "un efecto importante sobre la evolución de la epidemia", esta recuperación de la actividad y el verano hacen que sea "previsible que la incidencia pueda seguir aumentando". "La única manera de bajar la incidencia es que estemos 100% vacunados con vacunas 100% efectivas o que nos encerremos en casa. Y ambas opciones ahora mismo son imposibles", subraya.

Una "dinámica de epidemia distinta"

Este ascenso de la curva no preocupa igual a los expertos. "El porcentaje de población vacunada, especialmente los vulnerables, hace que este aumento de la incidencia no se refleje después en un aumento igual en hospitalizaciones y por tanto se evitará una saturación de los hospitales que afecte a la atención de los pacientes", explica Del Águila, que cree que España va a entrar en una fase de "acostumbrarnos a convivir con el virus".

El impacto no será igual pero, sin embargo, el un gran número de casos de Covid en jóvenes puede derivar también en casos graves. De hecho, uno de los jóvenes infectados en Mallorca está ingresado en la UCI. "Aunque entre los jóvenes la enfermedad sea grave para un pequeño porcentaje, si la incidencia es muy alta al final habrá casos graves, hospitalizaciones y muertes. Debemos ser muy estrictos ahora porque de lo contrario corremos el riesgo de cometer los mismos errores del año pasado", apunta el epidemiólogo Joan Caylá. "Un aumento de casos, aún sin traslado a hospitalizaciones o mortalidad, tendría un impacto muy negativo en el turismo, vital para los próximos meses", añade.

Caylá cree, además, que "debería explicarse muy bien el uso de la mascarilla" para evitar que una relajación excesiva tenga también un impacto al alza de los casos.

El problema de la Atención Primaria

El aumento de infecciones, aunque no revistan gravedad, sí preocupa por su gestión en el sistema sanitario. "La pandemia amaina pero no para Atención Primaria. Hay menos incidencia de casos, pero en proporción el trabajo de atenderlos disminuye más en los hospitales que en los centros de salud", explica Jesús Palacio, investigador de Seguridad del Paciente en la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y en el grupo WONCA de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el mismo ámbito.

Palacio incide en que "las vacunas previenen ingresos en hospital y UCI, hay vacunados que responden mejor a la infección y se quedan en primaria: supervisión en domicilio, pruebas, estudios de contactos, más pruebas y sin sustituciones en algunas comunidades autónomas, o muy pocas en otras, de los profesionales de vacaciones en verano".

Una situación que, advierte el especialista, puede provocar un aumento de los casos evitable. "Si a un paciente con síntomas que luego se confirma que eran de Covid le dan cita con más de una semana de demora, durante ese tiempo puede contagiar a muchas personas. Mantener desbordada a la atención primaria lo paga caro la población en salud y vidas, también y especialmente en una pandemia como ésta".

De hecho, este mismo lunes el portavoz de Sanidad para el coronavirus, Fernando Simón, reconocía que el aumento de casos hace esperar colapsos locales en la Atención Primaria, aunque no a nivel general. En la misma rueda de prensa este lunes, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, ensalzaba la actividad "demasiadas veces invisible" de Atención Primaria.

El ascenso de la variante Delta

En las últimas semanas la variante Delta (B.617.2) originada en India se ha empezado a extender por España y los expertos estiman que en unas semanas podría hacerse predominante. La irrupción de esta variante está siendo desigual por comunidades pero el último informe de Sanidad al respecto ya estima una incidencia cercana al 8,7% en lugares como Navarra, según lo hallado en las muestras aleatorias.

En este sentido, un aumento de la transmisión también hará que su extensión se acelere y Caylá recuerda que "aún hay un importante porcentaje de población entre 60 y 69 años más vulnerable al no haber recibido la segunda dosis". Y es que últimos estudios han sugerido que la eficacia de las vacunas frente a la variante Delta es alta con dos dosis pero significativamente menor si solo se ha recibido la primera. "Por ello creo que este repunte de casos es de máxima preocupación y que se hace necesaria una vigilancia diaria de los casos para evitar problemas en verano", afirma el experto.

Caylá incide en la necesidad de España de mirar hacia otros países como Reino Unido - donde se retrasó la vuelta a la normalidad hace semanas - o Portugal, donde en las últimas semanas se liga la variante Delta a un importante repunte de casos en la zona de Lisboa: "España debe mirar muy de cerca estos países porque lo que ocurre allí puede llegar aquí en pocos días".