El conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha asegurado este lunes que prevé mantener el toque de queda nocturno, entre la 1 y las 6 de la madrugada en 161 municipios catalanes, más de tres semanas para poder bajar la incidencia de los afectados por la pandemia de coronavirus.
En una entrevista en la Cadena Ser recogida por Europa Press, ha precisado que en una semana se podrá observar algún fruto del toque de queda nocturno, "pero para poder bajar esta incidencia se necesita más de una, dos y tres semanas". Lo que no prevé ampliar el conseller es la lista de los municipios afectados por esta medida, alegando que ya exigieron requisitos "bastante estrictos".
Tras el fin de semana, el conseller ha constatado que ya se aprecia un ligero descenso de contagios en todas las edades, sobre todo entre los más jóvenes, y cree que el confinamiento nocturno puede ayudar a reducir los contactos entre este colectivo "aunque también es cierto que pueden seguir en el entorno más privado".
Tras considerar que no fue un error eliminar la obligatoriedad de llevar mascarilla, ha recalcado que esto debe aplicarse cuando uno va sólo o acompañado de su burbuja, pero no en otros casos.
"No podemos fiarlo todo a la bata blanca. Nos equivocamos. Hay que evitar los contagios", ha reclamado Argimon, tras advertir de que las vacunas no son 100% efectivas, y ha añadido que gran parte de los ingresados en hospitales o en las UCIs son personas no vacunadas o que no tenían la pauta completa.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Abren una investigación en RTVE por la emisión de 7.291
- 2 El juez Peinado salpica al Ibex-35 por el 'caso Begoña Gómez'
- 3 Un actor de La Promesa se ausenta del rodaje y hace dudar
- 4 Pablo Iglesias: ajuste de cuentas
- 5 'El cuento de la criada' vuelve hoy a las plataformas de streaming
- 6 Los grandes bancos de inversión dan la espalda a los aranceles de Trump
- 7 Avance semanal de La Promesa del lunes 7 al viernes 11 de abril
- 8 Doñana resucita con las lluvias: Patrimonio de la Humanidad
- 9 Pumpido teme que los “recursos generalizados" al Tribunal Europeo se conviertan en una vía para no acatar las sentencias del TC