Miedo, vergüenza o desconocimiento son las comprensibles razones que justifican que hasta cuatro millones de españoles padezcan incontinencia anal y no lo cuenten. Un tabú que se extiende al colectivo sanitario, que no siempre conoce las herramientas para manejar esta patología.
El abanico de síntomas puede ser muy extenso. Incluye, según la Asociación Para la Incontinencia Anal (ASIA), desde la flatulencia incontrolable a las urgencias sólidas, que suelen obligar a dejar todo lo que se está haciendo. Una circunstancia incapacitante que condiciona cualquier actividad social, profesional o personal del afectado.
«Unos 6 millones de hombres y mujeres sufren incontinencia» de cualquier tipo en España, explica la doctora Laura Lázaro, cirujana especialista en Coloproctología del Servicio de Cirugía general Quirúrgica del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, perteneciente al grupo Quirónsalud. Entre 2 y 4 millones (la horquilla es amplia por ser un problema tabú) sufren incontinencia anal.
Frecuente e incapacitante
Según la doctora Lázaro, se trata de un trastorno mucho más frecuente de lo que cabría pensar. «Afecta más a mujeres por encima de los 50 años y está asociado a distintos factores de riesgo, como los partos instrumentados o la diarrea crónica. Y a distintos tipos de tratamientos, como la cirugía de la pelvis, la radioterapia prostática o genital femenina», además de las enfermedades degenerativas. Por ello es una patología especialmente habitual en residencias geriátricas.
Afecta más a mujeres por encima de los 50 años y está asociado a distintos factores de riesgo, tratamientos e intervenciones previas
Doctora laura lázaro, grupo quirúrgica
La Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario Dexeus de Barcelona trabaja desde hace más de diez años diagnosticando, tratando y ayudando a mejorar la calidad de vida de los pacientes con incontinencia. «El estudio conjunto con los distintos profesionales es fundamental para el éxito del tratamiento», señala Laura Lázaro. «Además del tratamiento médico y de la cirugía reparadora, existen otros tratamientos que aún son poco conocidos. El implante de biomateriales o la neuromodulación es uno de ellos. Puede realizarse desde el punto de vista periférico, neuromodulando el nervio tibial posterior, o desde el punto de vista del sistema nervioso central mediante la intervención de raíces sacras». Son técnicas que dan muy buenos resultados, y para los pacientes supone recuperar su calidad de vida.
Una patología que tiene solución
«Es un problema que limita la vida de los pacientes en gran medida, desde el punto de vista social, laboral y de pareja». Por ello, la doctora Lázaro ve fundamental alzar la voz para dar a conocer esta patología, e insiste en que es importante transmitir que tiene solución. Además de las cirujías reconstructivas o los innovadores tratamientos de neuromodulación ya mencionados, existen otras posibilidades: modificaciones dietéticas, lavativas, fármacos o medidas de rehabilitación anal y de suelo pélvico.
De hecho, la cirujía reconstructiva se reserva para casos con incontinencia de moderada a grave. En cualquier caso, el abordaje siempre es multidisciplinar y requiere de un alto nivel de especialización. También es recomendable la implementación de tratamientos preventivos en personas de riesgo, y la recomendación de hábitos dietéticos específicos y ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico.
Prevención y visibilización
Desde ASIA hacen una serie de recomendaciones a las personas expuestas a esta afección: evitar cambios en la dieta que desajusten las evacuaciones; realizar una limpieza específica y metódica del área, aplicando a continuación una crema hidratante; emplear un irrigador cuando lo indique el médico; llevar una muda de recambio para hacer frente a cualquier emergencia; aplicar desodorantes cuando sea necesario; establecer una rutina a la hora de ir al baño; y localizar los servicios allá donde se vaya.
ASIA trabaja para concienciar a la sociedad sobre esta patología y los problemas emocionales que puede llegar a suponer. Hay ocasiones en las que la persona puede llegar a la depresión. Lo advierte Àngels Roca, presidenta de la asociación: «es una patología invalidante hasta que no encuentras tu solución».
Para Roca, el problema de la incontinencia se ve agravado porque los pacientes no saben a qué profesional acudir, y en ocasiones éstos «tampoco conocen el diagnóstico ni el tratamiento si no se encuentran dentro de unidades especializadas».
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