El reconocimiento de la transmisión aérea del coronavirus por los centros de control de enfermedades de EEUU, de Europa y la OMS ha sido uno de las batallas científicas de esta pandemia que está revolucionando el conocimiento sobre la trasmisión de enfermedades respiratorias. En mayo de 2021 lo asumieron como principal forma de contagio tras un año de controversia.
Un equipo de científicos que durante estos años han liderado la veracidad de la transmisión aérea del coronavirus por medio de aerosoles -frente a las transmisión aceptada por gotículas- ha publicado un artículo sobre transmisión aérea de virus respiratorios en la revista Science en el que se pone de relieve que otras enfermedades respiratorias son víctimas del mismo dogma científico que negaba la transmisión aérea del coronavirus. El SARS-CoV, el MERS-CoV, la influenza, el sarampión y los rinovirus que causan el resfriado común pueden propagarse a través de aerosoles que pueden acumularse en el aire de los interiores y permanecer durante horas. Negar su forma de transmisión implica que no adoptamos las medidas de protección correctas.
"Este artículo es parte de un cambio de paradigma. Antes de la pandemia se consideraba que era muy difícil que las enfermedades se transmitieran por el aire y sólo se aceptaba en algunas enfermedades muy excepcionales como la tuberculosis, la varicela y el sarampión. Para las demás enfermedades esto no era importantes y las que se transmitían en proximidad, pero no era muy contagiosas como la gripe, eran enfermedades de gotas o superficies. Gotas que caen al suelo que son como proyectiles que te impactan en la boca, la nariz y los ojos si te tosen o estornudan en la cara o a través de superficies. Esta pandemia nos ha enseñado con una cantidad abrumadora de evidencias que esto es incorrecto para la Covid, que se transmite por el aire y se comporta en el aire como el humo", explica a El Independiente José Luis Jiménez, de la Universidad de Colorado Boulder y uno de los autores del artículo.
"Lo que decimos en este artículo es que la evidencia ya estaba en la literatura científica para otras enfermedades como la gripe y otras enfermedades respiratorias que todas se transmiten por el aire, al menos, en parte. Sin embargo si uno va a la página web de la OMS o la CDC de EEUU para la gripe, no se menciona el aire o los aerosoles en absoluto, sino que dice que se transmite por gotas y superficies. La razón es la misma por la que ha habido un año de resistencia sobre la trasmisión por el aire, un dogma científico", asegura Jiménez.
Los paradigmas predominantes sobre la transmisión de enfermedades respiratorias se remontan a hace un siglo, según el artículo de Science. La transmisión por vía aérea fue rechazada paternalmente a principios de la década de 1900 por Charles Chapin, destacada figura de la Salud Pública del momento, debido a la preocupación de que mencionar la transmisión por aire asustaría a la gente a la inacción y desplazaría las prácticas de higiene. La suposición infundada de que equivalía erróneamente a las infecciones a corta distancia con la transmisión por gotitas ha dado forma al paradigma actual para controlar la transmisión de virus respiratorios. "Esto está cambiando por fin y nos permite tomar nuevas medidas más eficaces para las enfermedades respiratorias" asegura José Luis Jiménez.
El artículo destaca que los aerosoles respiratorios están formados por actividades espiratorias, como respirar, hablar, cantar, gritar, toser y estornudar. Lo aprendido en la pandemia nos puede ser de utilidad, no sólo en nuestro día a día respecto a otras enfermedades respiratorias, si no en el caso de una nueva pandemia de gripe que no se abordará igual si consideramos que se trasmite por aerosoles, además de por gotículas.
Nuevos hábitos
"Las medidas que hemos aplicado contra el Covid son eficaces contra la gripe y otras enfermedades: como el uso de mascarillas en espacios cerrados y ventilación. También en situaciones de riesgo las personas inmunodeprimidas o mayores en el invierno si van al hospital o van en transporte público se deberían poner una mascarillas", señala el científico español de la Universidad de Colorado Boulder.
Uno de los aspectos cruciales para evitar la trasmisión de enfermedades entre personas en espacios cerrados es la ventilación. "La ventilación es una cosa que se ha ignorado porque no era importante, esto requiere que nos tomemos en serio la ventilación. Son hábitos que hay que cambiar y que hay tomarse mucho más en serio", afirma Jiménez que pone de ejemplo las escuelas en la que la ventilación es fundamental para que los niños no se contagien enfermedades respiratorias. Para este investigador es clave "medir niveles de CO2 con sensores portátiles ayuda a verificar que la ventilación sea suficiente, y la implementación de purificadores portátiles HEPA u otros de coste más bajo ayudan a reducir las concentraciones de aerosoles cargados de virus”.
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