La desigualdad entre los países ricos y pobres en la lucha contra el coronavirus sigue subiendo escalones. Israel ya lleva semanas inoculando terceras dosis, Estados Unidos está en camino y se espera que varios países de la Unión Europea empiecen a poner un tercer pinchazo a las personas más vulnerables en septiembre.
Además, las buenas noticias se acumulan en el primer mundo: la quinta ola está en remisión y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció este martes que el 70% de los adultos de la Unión Europea, más de 250 millones de personas, ya tiene la pauta completa.
Al mismo tiempo, el debate sobre la idoneidad de una tercera dosis no deja de crecer. En España, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, avanzó el lunes en Onda Cero que habrá grupos de riesgo a los que se administre un pinchazo de refuerzo: "Todo apunta a que se va a probar para inmunodeprimidos y pacientes oncológicos en breve". De momento, se está esperando a que las evidencias científicas lo avalen. En Israel no han esperado a la Ciencia y han dicho que actúan por pura lógica: tres dosis protegerán más que dos.
La otra cara de la moneda la representan los países pobres. Todavía hay un 60% de la población del planeta que no ha recibido la primera dosis, un dato que se eleva hasta el 95% en el caso de África. Con datos del 29 de agosto, en Europa y América hay un 54% de la población que ha recibido la primera dosis, en Asia un 43,9% y en Oceanía un 34,5%. En total, un 39,3% de la población mundial ya tiene el primer pinchazo. Y el gráfico siguiente explica bien dónde faltan más sueros: África.
Más vacunas puestas en Alemania que en África
De acuerdo a los datos de la página Our World in Data, en África se han administrado a 30 de agosto 101 millones de dosis y casi un tercio de ellas corresponden a Marruecos. Al menos 67 millones de africanos han recibido la primera dosis, el 5% de la población del continente, y unos 37,5 millones ya tienen la pauta completa (2,7% total).
Cogiendo a uno de los países más importantes de Europa, Alemania, se puede ver la diferencia. En la potencia europea hay más de 50 millones de personas con la pauta completa (el 60% de la población total). Justamente Alemania es uno de los países que baraja administrar terceras dosis, una discusión que no deja de crecer en Europa. España, Francia, República Checa y Hungría ya han mostrado su predisposición a poner una dosis extra a su población.
"Lo que se está planteando es utilizar dosis para personas que a lo mejor no lo necesitan y manipular a la gente para que se sienta desprotegida con dos dosis, cuando no hay evidencia científica que demuestre lo contrario", indica a El Independiente Miriam Alía, coordinadora médica de emergencias de Médicos sin Fronteras. "Esas decisiones van a costar vidas. Otra cosa es que a lo mejor no nos interesen por dónde están", añade la experta.
La OMS, contra la tercera dosis
En su anuncio del martes, Ursula von der Leyen envió un mensaje a los países más pobres. "Ahora necesitamos ayudar al resto del mundo a que se vacune. La UE ya está haciendo mucho, estamos exportando y donando vacunas y somos uno de los líderes del programa Covax", dijo la presidenta de la Comisión Europea. "Solo vamos a acabar con esta pandemia si la vencemos en todos los rincones del mundo".
Desde hace meses, Pfizer y Moderna están presionando para que la OMS recomiende el uso de una tercera dosis"
Miriam alía, médicos sin fronteras
Sin embargo, no hizo ningún anuncio concreto sobre cómo ayudar a los países más desfavorecidos y en ningún momento habló del tema de las terceras dosis. Desde Médicos sin Fronteras creen que las farmacéuticas tarde o temprano se saldrán con la suya.
"Desde hace meses, Pfizer y Moderna están presionando para que la OMS recomiende el uso de una tercera dosis, pero la OMS considera que los datos aportados por las farmacéuticas hasta ahora no son suficientes como para recomendar esa tercera dosis", señala Miriam Alía, que ha participado en las reuniones de la OMS con las farmacéuticas. "Y lo grave es que hay muchos países que no han podido proteger a su personal de primera línea".
"Esto no es un posicionamiento moral, ni de buenismo, ni de solidaridad. Es un posicionamiento de salud global porque es una pandemia y si no se controla la transmisión, el riesgo de la aparición de nuevas variantes es muy alto. Y el riesgo a nivel económico es enorme para los países más desarrollados".
La OMS se ha mostrado muy crítica con el hecho de que los países más ricos estén debatiendo la tercera dosis mientras cientos de millones de personas no han podido acceder al medicamento. Lo graficó estupendamente hace unos días el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan: "Estamos planeando repartir chalecos salvavidas adicionales a personas que ya tienen chalecos salvavidas, mientras dejamos que otras personas se ahoguen sin un solo chaleco salvavidas. Esa es la realidad".
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