En medicina, un "código rojo" simboliza una situación de extrema urgencia, cuando el paciente corre peligro de muerte. Esa es la gravedad en la que han situado al planeta y a quienes vivimos en él los científicos de 43 entidades que han firmado el último informe The Lancet Countdown, red code for a healthy future (código rojo para un futuro saludable).
La de 2021 es la sexta entrega del informe anual que relaciona cambio climático y salud este año hace una llamada urgente, como explica a El Independiente Jaime Martínez-Urtaza, especialista en seguridad alimentaria global y epidemiología y coautor del informe de The Lancet: "Después de años elaborando estos informes vemos claramente que la situación no mejora, sino sigue empeorando. Por tanto este año se ha decidido hacer una llamada urgente para que realmente se empiecen a implementar medidas que puedan frenar los efectos del cambio climático en la salud y más ahora a las puertas de la Cumbre del Clima de Glasgow, para presionar aún más a los representantes de todos los países que se reúnen en ella".
Y es que los objetivos que se habían planteado no se están cumpliendo y los casi dos años de pandemia han supuesto un retroceso en la lucha. "El Covid ha quitado atención a este problema y el miedo que tenemos muchos científicos que trabajamos en esto es que la recuperación de la crisis causada por la pandemia haga que no se sigan los acuerdos que había y se dé marcha atrás. Por eso ahora hay que aprovechar la salida del Covid y el impulso que hay que dar para un cambio en la sociedad y no repetir los errores del pasado", explica Martínez-Urtaza.
Otra de las coautoras del informe es Paula Domínguez-Salas, veterinaria y nutricionista e investigadora de la Universidad de Greenwich (Reino Unido), quien cree que esta llamada urgente "se viene haciendo desde hace tiempo, es la quinta iteración de estos indicadores y muchos de ellos están empeorando porque obviamente no se ha hecho lo suficiente. Y si encima le añades una pandemia, pues no es de sorprender. Pero en realidad, es parte de un proceso que no se ha visto interrumpido por acciones efectivas, y que viene exacerbando problemas sanitarios y de inequidad existentes".
El informe analiza 44 indicadores y destaca que en 2020 el número de horas que pasaron los mayores de 65 años expuestos a olas de calor aumentó un 6,9% respecto al año anterior y que ellos, los niños menores de un año y los desfavorecidos fueron los más perjudicados, por ejemplo, por la ola de calor que asoló Canadá el año pasado. Mató a más de 230 personas en junio y los científicos aseguran que hubiera sido "casi imposible sin el cambio climático causado por el hombre". "Antes hablábamos de proyecciones a 2050 pero esto se acabó. El cambio climático está aquí y afecta a nuestra salud en nuestro día a día. Tenemos mosquitos que traen enfermedades que antes no estaban, las aguas están más calientes, las lluvias torrenciales en la región mediterránea, las olas de calor... Hay que tomar conciencia", afirma Martínez-Urtaza.
El informe subraya otros ejemplos del cambio climático como que en cualquier mes de 2020, un 19% de la superficie terrestre sufría de sequía extrema. Entre 1950 y 1999 ese porcentaje no excedió del 13%. Domínguez Salas alerta precisamente de el aumento de sequías e inundaciones, junto a la subida de temperaturas, "que repercutirá en mayor inseguridad alimentaria y mayores problemas de desnutrición a nivel Global. Europa tiene la suerte de estar mejor posicionada que otros países, tanto para sufrir las consecuencias mas inmediatas, como para mitigarlas, pero en lugares como España, donde cada vez hay mas desigualdad, las poblaciones mas vulnerables se resentirán antes".
El informe compara la inequidad en la respuesta a las consecuencias del cambio climático con la desigual vacunación del Covid. Mientras que el 60% de la población de países de ingresos altos han recibido al menos una dosis de la vacuna, en los países de ingresos medios y bajos ese porcentaje no llega al 5%. "Los datos de este informe muestra inequidades similares en la respuesta global para mitigar el cambio climático".
La desigualdad para hacer frente al cambio climático está en parte derivada de los aspectos económicos pero también de la vulnerabilidad de la población y en ese sentido Europa sigue siendo la región más afectada por el aumento de la vulnerabilidad al calor. El español coautor del informe subraya que "la estructura de la población, envejecida, es más vulnerable, además de las regiones con unas estructuras socioeconómicas más débiles".
Toda esta urgencia ha hecho que los científicos responsables del informe lancen sus mensajes a las puertas de la Cumbre del Clima que este año se celebrará en Glasgow (el año pasado fue en Madrid). Los expertos creen que los Acuerdos de París, que establecían limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados para mitigar el cambio climático, no van por buen camino. "Desgraciadamente no se están tomando casi medidas y que el objetivo de 1,5 va a ser casi inalcanzable y va a llegar a 2 o 2,5 grados. Y las consecuencias van a ser dramáticas tal como vamos", lamenta Martínez-Urtaza.
El informe finaliza llamando a los Estados a aprovechar la oportunidad que deja el Covid y a los fondos que se destinarán a los planes de recuperación. "Dirigiendo los miles de millones de dólares que se pondrán tras el Covid hacia las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para una recuperación saludable y verde, el mundo podría conseguir los objetivos de París, proteger los sistemas naturales que apoyan al bienestar y minimizar las desigualdades reduciendo los efectos en la salud y maximizando los beneficios de la transición a la descarbonización. Promover la equidad en la mitigación del cambio climático y un acceso universal a energías limpias podría evitar millones de muertes anuales por exposición a aire contaminado, mejorar las dietas y el estilo de vida y reducir la desigualdad en la salud".
El informe es claro: "Este momento de estímulos económicos es una oportunidad histórica para asegurar la salud de esta y futuras generaciones".
Martínez-Urtaza apoya este mensaje y se dirige directamente a las autoridades: "A los gobiernos, que esto se convierta en una acción del día a día, no planes de crear ministerios, sino acciones globales. Pero también a la sociedad, hay que cambiar de hábitos y esto es tan complejo como imprescindible", concluye.
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