Las alergias alimentarias son más comunes en los niños pequeños. Se dan generalmente sobre alimentos tan básicos y de uso habitual como la leche, el huevo o los frutos secos. Tan solo la contaminación cruzada, al cocinar varios alimentos a la vez, puede causar anafilaxia. Por ello, identificar a tiempo los síntomas es fundamental.
La alergia a un determinado alimento tiene lugar cuando se produce una reacción ante proteínas no dañinas que se hallan en ese alimento. «En las alergias más graves, la reacción puede ser severa, afectar a varias partes del cuerpo y poner en riesgo la vida del menor. Es lo que se conoce como anafilaxia y requiere de una atención médica inmediata», advierte la doctora Verónica de la Osa, especialista de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga.
Cada vez más frecuente
La prevalencia de la alergia alimentaria en niños menores de tres años afecta al 6 por ciento de los niños menores de 3 años. Los alimentos implicados con más frecuencia son la leche, el huevo y los pescados, y en niños mayores, frutas como el melocotón y frutos secos como la nuez y avellana.
Muchos accidentes por alergia alimentaria se pueden solventar con la inmunoterapia oral o inducción de tolerancia oral a alimentos
Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) apuntan que la frecuencia de alergia a los alimentos se ha duplicado en los últimos diez años. De acuerdo con el último estudio epidemiológico realizado en España, el 20 por ciento de los niños que acudieron a las consultas de alergología fueron diagnosticados de alergia a alimentos.
La doctora Leticia Herrero, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga, corrobora que tanto las alergias a alimentos como la anafilaxia, la dermatitis atópica y el asma alérgico son «más frecuentes en la edad infantil», y que los niños, al no ser conscientes de la patología y tener menos control sobre sí mismos, son los que presentan mayores riesgos. «Especialmente en entornos como centros escolares, donde puede haber más descuidos o accidentes en las comidas y recreos», subraya la experta de Quirónsalud.
Aprender para salvar vidas
Este tipo de patologías provoca un impacto negativo a todos los niveles en la vida de estos pequeños pacientes y sus familias: «El extremo cuidado y vigilancia de la cesta de la compra de estas familias implica un considerable incremento económico», señala la doctora Herrero. «Obliga además a la rigurosa comprobación de todo lo que ingieren dentro y fuera de casa y al desarrollo precoz de la autonomía personal de los niños». La doctora Verónica de la Osa insiste en este aspecto: «El aprendizaje de estas habilidades de identificación y tratamiento de reacciones alérgicas puede ayudarnos a salvar una vida».
Los principales síntomas son reacciones en la piel como urticaria o lesiones rojizas que provocan picazón, así como hinchazón; problemas de respiración, desde sibilancias hasta estornudos o estrechez de garganta; náuseas, vómitos y diarrea; y palidez de la piel, mareo o pérdida de conocimiento. «Algunos pacientes alérgicos al pescado, legumbres y marisco pueden presentar rinitis o asma inducido por los vapores de la cocción», explica De la Osa.
Por todo ello, es de suma importancia saber cómo actuar ante una reacción alérgica. Y no solo en casa. Es recomendable que los profesores, los trabajadores de los comedores e incluso los compañeros de clase sepan cómo tratar a los niños alérgicos en los colegios y en las guarderías para adelantarse a los posibles riesgos y garantizar un entorno seguro para ellos.
Prevención y tratamiento
A día de hoy, evitar el alérgeno es el único método de prevención. Los antihistamínicos suelen ser útiles en el tratamiento de las reacciones cutáneas, pero no previenen de las reacciones más graves, que requieren de una atención médica inmediata. En los casos de anafilaxia se precisa de adrenalina, mientras que las reacciones tardías requieren el uso de corticoides.
Muchos de los accidentes por alergia alimentaria se pueden solventar con la inmunoterapia oral o inducción de tolerancia oral a alimentos, un servicio con el que cuenta el equipo de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga. «Es un tratamiento diseñado por especialistas en alergología e individualizado para cada paciente y su alergia, especialmente indicado en casos de intolerancia a la proteína de la leche de vaca y el huevo», detalla Herrero.
Los especialistas recuerdan que existen muchos síntomas y enfermedades que pueden confundirse con las alergias alimentarias, por lo que una correcta identificación es fundamental. Además, las dietas de eliminación siempre deben ser supervisadas por un alergólogo. En aquellos pacientes alérgicos a alimentos de mayor riqueza nutricional, como la leche, el huevo y los cereales, la atención debe venir acompañada de una valoración nutricional y de un atento seguimiento por parte del médico.
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