La variante Ómicron apareció repentinamente al final de un viaje que habían urdido dos años atrás, meses antes de que una pandemia detuviera el mundo y su deambular. “Empezamos a planear el viaje a Sudáfrica en 2019. Somos un grupo de amigos que se reúne para viajar. Ya lo habíamos cancelado en una ocasión y lo retomamos porque íbamos a perder los billetes de avión”, relata a El Independiente María Emilia López, una de los doce aventureros, todos jubilados y oriundos de Valladolid, que acaban de regresar a casa.
De momento, todos se hallan sanos y salvos, sin síntoma alguno de la nueva variante detectada por primera vez en Sudáfrica el 24 de noviembre y que ha provocado el cierre de fronteras a los vuelos procedentes de siete países del sur del continente africano. “Nos hicieron un test de antígenos al llegar a España y todos dimos negativo”, confirma Julia Carretero, otras de las integrantes de la odisea. Habla al otro lado del teléfono, recién llegada del supermercado en busca de víveres para una semana y media de aislamiento.
“En el último control del aeropuerto de Barajas nos preguntaron si veníamos de Sudáfrica. Nos dijeron que hiciéramos cuarentena durante diez días pero que podíamos salir a comprar, sin establecer contactos directos y siempre con mascarilla”, explica Carretero tras 17 horas de viaje, desde Johannesburgo hasta Madrid vía Frankfurt, y un último tramo desde Barajas hasta Valladolid. “Todos somos ‘jubiletas’. De sesenta y seis para arriba”, bromea López, curtida por decenas de viajes similares. Una pasión por descubrir otros confines que suma ahora el desenlace feliz a un itinerario de 14 días por Sudáfrica, Botsuana y Zimbaue, en medio de las restricciones que han bloqueado Sudáfrica en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Sudáfrica no hay lo que dicen. Ni siquiera está claro que la cepa proceda de allí. De este virus nadie sabe nada
“Hemos viajado mucho y hay miles de anécdotas en aeropuertos de medio mundo, desde retrasos hasta maletas que se extravían. En este caso, el agobio era por quedarnos allí, aunque no ha habido ningún caos. En Sudáfrica no hay lo que dicen. Ni siquiera está claro que la cepa proceda de allí. De este virus nadie sabe nada”, comenta Carretero. En el grupo de jubilados, figuraba Victoria Soto, concejala de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad del ayuntamiento de Valladolid que dirige el socialista Óscar Puente. “Es por ella por la que se ha creado esta repercusión mediática. Nosotros somos ciudadanos normales a los que, en otras circunstancias, no nos hubieran hecho caso. Ella se puso en contacto con el alcalde y el partido y ahí empezó todo. Tampoco sé si no es la historia de muchos”, opina.
En los últimos días, en los aeropuertos sudafricanos se han dado cita testimonios similares de varias decenas de españoles que, cargados de paciencia, aguardaban una conexión para retornar. España prohíbe desde este jueves los vuelos entre Sudáfrica, Botsuana, Eswatini, Lesotho, Mozambique, Namibia y Zimbabue y los aeropuertos de nuestro país. Hasta el 15 de diciembre solo podrán efectuarse vuelos a territorio español que estén ocupados por ciudadanos españoles o andorranos, así como por residentes en ambos países.
Pasajeros obligados a permanecer en tierra
“En la madrugada del sábado recibí un correo electrónico del mayorista en el que me informaba de que Swiss Air, la compañía en la que viajábamos, no nos dejaba embarcar porque el Estado suizo nos impedía hacer escala en el país”, evoca López. Su vuelo, previsto para ese mismo día, despegó sin ellos. Fue entonces cuando arrancaron dos jornadas de incertidumbre. “Estuvimos todo el sábado en el aeropuerto y nos fuimos al hotel con una pre reserva con KLM pero pagando por el billete un previo abusivo. Al final consiguieron que voláramos la tarde del lunes con Lufthansa”, detalla Carretero, que -pese al abrupto final- guarda buen recuerdo de dos semanas de periplo por el continente negro.
“Es una alarma injustificada y se trata de un castigo para Sudáfrica que no se merece porque el trato a los turistas es exquisito y con unas medidas preventivas que aquí no tiene casi nadie”, replica. “Ha sido un viaje maravilloso. Toda África es muy bonita y no hemos tenido ningún problema”. De los fotogramas de la expedición, Carretero destaca algunas instantáneas de la conocida como “Ruta de los jardines”, que recorre Sudáfrica de costa a costa, cruzando entre cordilleras, viñedos, bosques y playas idílicas. Algunas de las imágenes del itinerario ilustran esta pieza.
Todo esto nos pilló en nuestro último día de viaje. Así que no nos ha estropeado ninguna jornada
“Ha sido maravilloso”, coincide López. “Todo esto nos pilló en nuestro último día de viaje. Así que no nos ha estropeado ninguna jornada”, reconoce la mujer que ha coordinado a un grupo unido por la fascinación por los viajes, un arrebato impermeable a una pandemia, la del coronavirus que ha complicado el placer de desplazarse en busca de lo desconocido. “No hemos tenido mucha inquietud en ningún momento. Estábamos en un hotel muy cerca del aeropuerto. El sábado fue un tanto inquietante porque queríamos salir como fuese”.
Golpe al incipiente turismo
Fue un viaje magnífico en África hasta que Sudáfrica entró en la lista roja y las aerolíneas simplemente anularon los vuelos
Una vuelta que acabó fraguándose a última hora del lunes, tras someterse a las preceptivas pruebas PCR. “Hemos mantenido la calma en todo momento. En algunos instantes ha habido un poco de desesperación porque, además, estábamos en una ciudad que no conocíamos, sin poder salir”, admite Carretero. De su experiencia levanta acta también Steven, uno de los guías que les ha enseñado el país. “Ha sido estupenda. Lástima que a veces no nos acompañase el tiempo, con viento y olas grandes que no dejaban ver las ballenas, pero, en general, disfrutamos de un viaje magnífico en África hasta que Sudáfrica entró en la lista roja y las aerolíneas simplemente anularon los vuelos”, murmura quien ha perdido, en cuestión de días, su sustento de vida.
Un escenario que, provocado por la aparición de la última variante del coronavirus, también padece Nkuli. Su último grupo, compuesto por 6 turistas españoles, tomó caminos opuestos cuando las noticias desencadenaron una cascada de limitaciones de movimiento. “Tres han regresado ya a España vía Ámsterdam. Otros tres optaron por continuar el viaje hacia las Cataratas Victoria, situadas en la frontera de Zambia y Zimbabue”, comenta la guía, que aprendió el castellano en Chile y comenzó en el negocio hace una década. “El turismo se reactivó poco a poco en junio, con viajes de lunas de miel y visitas de familias. Lo de la última semana ha sido un shock. Nadie esperaba esta situación”, asevera.
No creo que hayamos cogido ni esta nueva variante ni el Covid común
La cuadrilla de jubilados vallisoletanos se muestra confiada en que superará la cuarentena de rigor sin sobresaltos. “Hemos estado solo con nuestro grupo y el guía y no creo que hayamos cogido ni esta nueva variante ni el Covid común”, alega Carretero. “Hemos ido con muchas precauciones. Cada vez que entrabas en un establecimiento te medían la temperatura y te obligaban a lavarte las manos. Llevábamos nuestras mascarillas FFP2”, confiesa.
Contratiempo del coronavirus aparte, Sudáfrica recibió al grupo con un fuerte aguacero cayeron sobre Johannesburgo. Una inclemencia que también le acompañó en su accidentado adiós. “Johannesburgo nos recibió lloviendo y nos despidió con una tormenta que nos tuvo dos horas dentro del avión, esperando en la pista. Todavía era más agobiante porque estábamos nerviosos. Llevábamos ya dos días esperando a marcharnos y lo que queríamos era que aquel bicho despegara cuanto antes. El vuelo fue bastante movido al principio porque la tormenta fue enorme”, rememora una pasajera recién regresada de tierras africanas en el segundo invierno del coronavirus.
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