Cambiar de postura al bebé es uno de los temas que más obsesiona a los padres, sobre todo si son primerizos. Muchos desconocen que al principio hay que moverles con frecuencia para modificar su posición. Es importante hacerlo porque pasan mucho tiempo en la cuna o el carrito sin apenas moverse. Por ello, se les puede aplanar parte de la cabeza, lo que se conoce como plagiocefalia.
No obstante, tal y como explican desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), los trastornos en la forma y en el tamaño del cráneo de los bebés son «relativamente frecuentes» y «generalmente benignos». Detectado a tiempo es un problema que tiene «fácil solución con tratamiento postural», y «no produce ninguna alteración neurológica que pueda afectar al cociente intelectual ni mientras sea un bebé ni en el futuro. O sea, que no afecta al cerebro ni a sus funciones».
Un problema generalmente leve
Pero, ¿cómo se produce exactamente la plagiocefalia o aplanamiento de la cabeza? Es un trastorno que se observa sobre todo en los primeros meses de vida del bebé, apuntan desde la Consulta de Enfermería Pediátrica del Hospital Quirónsalud San José de Madrid. Es el momento en el que el cráneo se encuentra más vulnerable y los bebes no son capaces de moverse por sí solos, pudiendo pasar muchas horas en la misma posición.
«La plagiocefalia postural es una deformidad en la cabeza del bebé que se produce por la presión constante en un mismo punto, e impide por tanto que la cabeza crezca uniformemente. En general, esto no supone un problema grave para el bebe, mas allá de lo estético, y el 80 por ciento de los casos que vemos en consulta son casos leves», añaden las expertas de Quirónsalud.
Medidas a seguir
En general, la mayor parte de los bebés con plagiocefalia postural mejoran si se llevan a cabo medidas posturales adecuadas. «Son los propios padres quienes deben realizar estos ejercicios al niño, para lo que han de ser instruidos adecuadamente por el pediatra o rehabilitador», agregan al respecto desde la AEP.
Los especialistas de Quirónsalud hacen algunas sencillas recomendaciones, que pueden seguirse aunque el bebé no presente plagiocefalia, a modo de tratamiento preventivo:
- Cuando nuestro bebe duerma debemos alternar la posición de la cabeza o el lado del que duerme. Puedes ayudarte de una toalla o de una almohada pequeñita.
- Cogerlo en brazos es beneficioso, sobre todo para que vaya aprendiendo a apoyar la cabeza. Debemos ir alternando el brazo con el que lo cogemos.
- Colócale en decúbito prono, es decir, boca abajo, cuando este despierto. Es una posición muy buena y eficaz, ya que le permitirá dejar libre la cabeza de una presión continua, pero siempre debemos realizarla bajo supervisión.
- Cambia de vez en cuando la posición de la cuna en la habitación (coloca la cabeza del bebe hacia el lado en que haya ruido).
- Ponlo en un punto diferente de la cuna cada vez que se vaya a echar la siesta.
- Evita el uso prolongado de sillitas, hamacas o cochecitos.
- Puedes ayudarte de cojines infantiles. Tienen un orificio en la parte central que hace que el bebe no tenga presión sobre ningún punto de su cráneo.
Cojines, bandas y cascos
«Es bueno que estas acciones se realicen lo antes posible, ya que la capacidad de remodelación del bebé es mayor cuanto más pequeño sea», constatan las especialistas de la Consulta de Enfermería Pediátrica del Hospital Quirónsalud San José de Madrid. Apuntan asimismo que si se realizan las recomendaciones previas no es necesario el uso de los cojines infantiles, pero si el bebé va a pasar muchas horas en la misma posición son una herramienta útil para prevenir la plagiocefalia.
El tratamiento con bandas o cascos puede ser adecuado para aquellos niños que no mejoren con las medidas de educación postural y fisioterapia
En ocasiones estas recomendaciones pueden ser insuficientes. Hay factores adicionales que pueden conllevar una predisposición a desarrollar una plagiocefalia grave. «A veces puede estar presente desde el nacimiento por complicaciones en el parto o prematuridad, ya que los huesos son más débiles y menos resistentes. En estos casos será el especialista el que considere si hay que tomar alguna otra medida adicional, como el uso de un casco moldeador, que aplica una presión moderada y evita el apoyo de la cabeza sobre la deformidad», subrayan desde Quirónsalud.
En efecto, el tratamiento con órtesis craneal (bandas o cascos) puede ser adecuado para aquellos niños que no mejoren con las medidas de educación postural y fisioterapia. «Existen diferentes tipos de bandas o de cascos, pero sus resultados son similares», explican desde la AEP. «La respuesta más idónea a este tipo de tratamiento se obtiene a partir de los 4 meses y medio o 5 meses de edad y hasta un límite de 12 meses. Llegado el año de vida, el cráneo deja de ser susceptible de moldeamientos externos. En todo caso, y dado que este tratamiento es caro bien para las familias o, en el caso de que exista financiación pública, para la Administración, conviene sistematizar lo mejor posible su empleo».
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