Walden Dos nació en 2018 con el propósito de explicar la psicología de la forma más sencilla posible. Con una amplia divulgación psicológica de manera personal, Raúl y Alejandro dieron un paso más allá y decidieron crear una cuenta en redes sociales donde explicar la psicología "para que la entienda tu abuela". Divertidos, creativos, ingeniosos, los madrileños hacen de la psicología habitual una "psicología pop", término inventado por ellos mismos, concebido para la aplicación de la psicología científica a cualquier cosa de nuestro entorno.
Jueves de 'psico-hilos', psicología explicada con acontecimientos mediáticos, con memes, pero sin artificialidad. Ambos recurren a la naturalidad, a la inspiración y a las ganas, sin necesidad de atarse a la rutina y a la obligación de crear publicaciones habituales. Un método que funciona y que, sin adquirir beneficios económicos, acumula 7.596 seguidores en Twitter y más de 1.000 en Instagram. ¿Por qué Walden Dos? Muy fácil, son dos y es el título del libro del psicólogo B. F. Skinner.
Pregunta.- ¿Es beneficioso que se hayan normalizado enfermedades como la ansiedad, la depresión o el estrés en la juventud?
Respuesta.- Nosotros en la cuenta de Walden Dos ahondamos mucho en que los problemas psicológicos no son algo individual, el contexto influye, y estos años en los que ninguna medida ha pensado apenas en los chicos, ha afectado mucho a su salud mental. A causa de la pandemia, en los patios aún no se puede ni jugar al fútbol y el hecho de no haber pensado en ellos tiene las consecuencias que estamos percibiendo.
Como sociedad, los problemas psicológicos están muy relacionados con las condiciones materiales en las cuales nos desarrollamos. También hay que ver los problemas económicos que han derivado después de la pandemia. Hay muchas estadísticas de cómo se observa una tendencia a la alta desde la crisis económica de 2008, cómo aumentan los casos de problemas psicológicos y de suicidios.
Respondiendo a tu pregunta de si es beneficiosa la normalización, por supuesto que sí. Porque eso ayuda a que estas personas pidan ayuda profesional. A más visibilización, más acceso.
P.- ¿Las personas conscientes de sus problemas de salud mental, no van a un psicólogo por vergüenza o por un tema económico?
R.- Estoy al 90% convencido de que es por tema económico. Cualquier consulta de un buen psicólogo no baja de los 50-60 euros, por lo que si tienes que ir 4 veces en un mes es prácticamente imposible para mucha gente. No lo veo tanto por el tema del tabú, del estigma, porque creo que está rompiendo muchísimo. A mí como orientador, me vienen chicas adolescentes (por lo general son chicas) que me cuentan problemas que yo hace 15 años habría sido incapaz de contárselo a un extraño, comenta Raúl. Creo que está rompiendo muchas barreras a nivel estigma.
Puede parecer que se está diciendo que los psicólogos son demasiado caros, y no es así, puntualiza Alejandro. Los psicólogos marcan el precio que tienen que cobrar porque hay muchas horas detrás de las sesiones. En cuanto a las listas de espera, quiero decir que estamos en un momento en el que parece que el Ministerio de Sanidad vive en una globalidad constante (hashtags, campañas para favorecer la salud mental), pero por otro lado veta todo tipo de movimientos para aumentar las plazas de los PIR (Psicólogo Interno Residente), que son, básicamente, los futuros especialistas en psicología clínica. Es necesario que el Gobierno apueste por incrementar el número de profesionales de psicología en la salud mental para reducir listas de espera y maximizar la calidad de estas asistencias.
La búsqueda de psicólogos
P.- Pregunta cliché, ¿los psicólogos vais al psicólogo?
R.- Sí, aunque a mí me costó más de lo que debería ir al psicólogo, confiesa Raúl. No somos inmunes a los errores de la sociedad. En mi caso, yo decía que yo lo controlaba, que tenía baches pero que sabía perfectamente cómo manejarlos, lo cual evidentemente no fue así.
P.- ¿Cómo encontráis esos psicólogos?
R.- Es una buena pregunta porque da pie a hablar de algo que creo que es importante, que es la hora de elegir un buen psicólogo o una buena psicóloga, responde Alejandro.
Es algo que los dos hemos intentado difundir mucho y es que no todos los psicólogos son igual de válidos. Hay psicólogos que se mueven en ramas procedentes de la psicología que son pseudocientíficos, consideramos que están engañando a la gente, sus prácticas profesionales no se enmarcan dentro de lo que sería la ética profesional, en absoluto. Yo tengo un conocido que a lo mejor lleva en terapia 5 años con un psicoanalista y les parece algo totalmente normal, porque se ha convertido en ir a hablar de su vida y ya está, entonces queremos también desmitificar eso.
El psicólogo no es ir y contarle tu vida y desahogarte, tiene que trabajar con unas técnicas concretas, unas pautas, suele conllevar un trabajo duro del propio usuario fuera de la consulta. Eso es importante.
Esta información normalmente está un poco escondida y no suele ser fácil de encontrar, pero hay listas de qué terapias son consideradas científicas y cuales no y también el derecho que tiene cualquier usuario a preguntar en qué rama o especialidad se enmarca ese profesional.
P.- ¿Entonces cómo podría buscarlo yo? ¿Pongo en Google 'mejor psicólogo de Madrid'?
R.- No (se ríen). Hay buscadores de psicólogos (Doctoralia), pero no obedecen a unos criterios para estar ahí, simplemente se apuntan y ya está.
Muchos amigos míos e incluso nosotros, obedecemos a recomendaciones. A raíz de Walden Dos muchos conocidos me preguntaban cuál le recomendaba. Y yo les recomiendo psicólogos que yo conozco y que tengo la fiabilidad de que son buenos, dice Raúl.
Aún así unos tips super válidos: asegurarnos de que el psicólogo que nos va a tratar lo hace a través de una tesis funcional donde nos explica qué nos pasa, qué conductas tenemos problemáticas, qué antecedentes hay a esas conductas, y en base a ese esquema, actuar.
Animan a todo el que esté leyendo este artículo acudir a ellos para que les puedan ofrecer referencias de psicólogos que tengan.
La psicología aplicada a la televisión
P.- ¿Por qué la gente está dejando de ver la televisión?
R.- Esto siempre sucede por un conjunto de cositas pequeñas. Uno de los motivos es la habituación, pero no creo que sea el fundamental. El otro es conocer cómo funcionamos como sociedad en cada momento histórico. A día de hoy somos personas que nos cuesta horrores tener atención a un mismo estímulo durante 15-20 minutos o 1 hora, por lo tanto, aquellas plataformas que te permiten poder desconectar y volver y además ver clips, videos o tweets que tan solo puedas fijar la atención unos pocos minutos o segundos y que además sean estimulantes, somos un sociedad hiperestimulada, en la que una comunicación unidireccional donde una persona nos 'de la chapa' durante dos horas no conecta con nosotros. Por ese motivo consideramos que unos hilos de tweets son más estimulantes para las personas acostumbradas a no tener una comunicación unidireccional.
P.- Eso es algo habitual en la sociedad de hoy en día, no sólo en la televisión.
R.- Totalmente, no es solo la televisión, también pasa en cuanto a relaciones sociales y en cuanto a cualquier estímulo que tengamos. Una pareja dura cada vez menos tiempo, porque se aburre muy fácilmente.
Las relaciones amorosas adaptadas a nuestros tiempos
P.- ¿Las relaciones amorosas han evolucionado o han involucionado?
R.- En psicología tenemos dos conceptos. Decimos que la conducta tiene características funcionales, es decir qué función tiene, para qué haces algo; pero también topológicas, cómo lo haces, es decir, la forma de hacerlo.
Bajo mi punto de vista, comenta Raúl, el amor ha cambiado topológicamente pero no funcionalmente, es decir, buscamos lo mismo de formas diferentes. Antes había un camino para llegar a un fin que era el amor, y nosotros hemos cogido atajos, otras vías más complicadas o más rápidas, diferentes a las anteriores, para llegar al mismo lugar.
En cuanto a redes sociales, que yo conozco un poco más, (habla Alejandro) es un mito el hecho de que la gente busque el 'aquí te pillo, aquí te mato' de forma generalizada. Hay estudios que demuestran que muchos de esos encuentros, a priori temporales, suelen acabar en relaciones estables. Conocerse por redes sociales no quiere decir que se esté matando el amor romántico, el amor para toda la vida, simplemente, como dice Raúl, ha cambiado la forma de relacionarnos a todos los niveles, sobre todo por el auge de las nuevas tecnologías.
"La mujer ha estado atrapada en una relación"
P.- ¿Este cambio perjudica a la sociedad o la beneficia?
R.- Como buen psicólogo te voy a contestar con un 'depende', dice Raúl provocando risas, depende mucho de cómo se utilice. Algo bueno de esta forma de relacionarse es que tú tienes mayor posibilidad de poder irte, darte cuenta que no estás en el lugar en el cual te guste estar, y esto es muy beneficioso, la mujer históricamente ha estado atrapada en una relación, ahora ya no ocurre.
Si que es cierto que ocurre el fast food nivel relación, que es: 'me he aburrido de ti en un mes y ya decido dejarlo'. Es decir, depende mucho de cómo se enfoque ese cambio. Todos los cambios tienen un trasfondo positivo y negativo.
El cambio en la educación de la sociedad actual
P.- Volviendo al tema de la televisión, ¿qué provocan los realities en la sociedad? y ¿por qué todo el mundo dice que estos programas son una basura y luego hacen el mayor porcentaje de audiencia?
R.- Yo no soy ningún experto, manifiesta Alejandro, pero a mí como espectador me encantaría tener la capacidad de realizar un programa de la calidad que tiene Sálvame, un programa que tiene la habilidad de retener la atención de tantas personas durante tantos días, la gente no se aburre de ver Sálvame y creo que es por todos los conflictos, al final es como una telenovela.
En cuanto a qué puede aportar el entretenimiento a la sociedad, creo que la televisión, aunque se hable mucho de redes sociales, yo la sigo viendo como el principal agente socializador y muchos de estos programas deberían ser cuidadosos con aquellas cosas que reflejan y muestran a la sociedad. Claro ejemplo el de Gran Hermano, cuando se intentó tapar una violación, o La Isla de las Tentaciones, donde se ve el cuerpo como un objeto de consumo o de disfrute y encima todos tienen unos cánones estéticos increíbles. Eso puede hacer mella en los espectadores.
Raúl por su parte, le da otra visión y comenta un artículo llamado La Sociedad Educadora, "que habla de que en la sociedad actual se ha pasado de forma radical a dar toda la responsabilidad de educación a la escuela. Ahora los padres dicen 'bueno, pues ya el niño aprenderá en la escuela', sin embargo este artículo habla de que por pura ley de aprendizaje aprendemos constantemente de todo el mundo. Es decir, yo no aprendo de la escuela cuando alguien me quiere enseñar sino que aprendo cuando veo a alguien robar, cuando veo a alguien insultar, cuando veo a alguien quererse en el parque y a raíz de ahí empiezo a formarme como persona."
Los 'true crime' están de moda, ¿por qué?
P.- No solo están de moda los realities como La Isla de las Tentaciones, también los true crime. ¿Qué provoca en el cerebro de la gente para que se enganchen a algo tan morboso y a la vez tan cruel?
Somos adictos a las emociones... a tener una estimulación emocional cuanto más fuerte, mejor"
Walden Dos
R.- Yo por ejemplo que he visto alguno, dice Alejandro, si que tengo también esa dualidad de decir ¿por qué me interesa esto si realmente está hablando de un acontecimiento malo que ha conllevado mucho sufrimiento? Pero creo que al final es que están bien hechos y está el componente del morbo y de saber cómo pasó y cómo hicieron esto.
Alejandro, convencido, asegura que es porque "somos adictos a las emociones. Somos adictos a sentir cosas buenas y malas, a tener una estimulación emocional cuanto más fuerte, mejor."
"Necesitamos un parón como sociedad"
P.- Islandia hizo un experimento en el que redujo la semana laboral a 4 días, ¿creéis que esto aumentaría la felicidad si se hiciera en España?
R.- Estoy convencido de que sería así. Estamos sumidos en una rueda constante de trabajo-casa y muy poco tiempo de ocio, poco tiempo para nosotros mismos. Mucha interconexión, muchas ofertas de ocio pero poca posibilidad, y necesitamos como sociedad un parón.
Hay mucha gente que me decía en la cuarentena 'me siento mal por estar mejor', confiesa Raúl, 'por estar contento con este parón', porque este parón, ese estar unos meses sin tener ninguna obligación social o laboral te hace sentirte bien. En Estados Unidos ha comenzado una campaña de gente en buenos puestos que está renunciando a su trabajo, gente que decide trabajar menos horas o irse al campo. Creo que hay un punto de colapso a nivel emocional y a nivel mental. Un ejemplo básico es Corea del Sur, que ha reducido las horas de una jornada de 65 horas a 42 y son países con una calidad de vida más baja, con más tasa de suicidio, más tasa de depresión, etc.
Creo que hay una relación bastante consistente entre tener menor tiempo libre, menor tiempo para disfrutar y mayor carga emocional.
"Cuando las personas tienen buenos niveles de bienestar, rinden más"
Los trabajadores son personas, dice tajante Alejandro, y su disfrute viene de otras fuentes, no solo de trabajo. Por desgracia pasamos la mayor parte del tiempo trabajando, incluso cuando no estamos trabajando estamos pensando en el trabajo. Lo que beneficia al bienestar psicológico de las personas no es trabajar, es tener buenos horarios para mejorar la conciliación laboral, es tener salarios dignos que te permitan no tener que preocuparte por si tus hijos van a tener para comer o si vas a poder llegar a fin de mes, es decir, para vivir en unas condiciones dignas.
Hay muchos artículos que hablan de que cuando las personas están bien a nivel psicológico, tienen buenos niveles de bienestar, rinden más. Es peligroso intentar hablar en términos de productividad, porque lo que queremos maximizar es el bienestar psicológico, ¿que luego eso conlleva productividad?, vale bien, pero es un efecto secundario derivado de eso. No somos máquinas para producir.
"¿Trabajaríamos de lo que trabajamos gratis?"
P.- ¿Aumentaría la productividad?
R.- Todos estamos dentro de una vorágine capitalista donde se mide nuestra valía por nuestra productividad y por nuestro rendimiento, declara Alejandro. Yo puedo tener una visión de trabajo como algo que simplemente me permita tener una vida digna y desarrollarme en otros aspectos de mi vida a los que yo les de más valor de trabajo. El trabajo no tiene que ser el eje fundamental de tu vida, ni mucho menos, de hecho, es una vía para conseguir otras cosas en la vida. ¿Trabajaríamos de lo que trabajamos gratis? Probablemente prácticamente nadie lo haría.
Querer trabajar menos no implica que seamos unos vagos. En nuestro hilo de la famosa mentalidad de tiburón hablamos precisamente de esto de 'si quieres puedes, esfuérzate mucho, trabaja 200 horas al día y dalo todo por tus sueños y lo conseguirás' y la realidad es muy diferente, hay una serie de condiciones materiales que limitan mucho nuestro ascenso social y que no todo es esfuerzo y dedicar más horas ni trabajar a expensas de tener un problema psicológico. Hay que poner los pies en la tierra y que se entienda bien lo que es el trabajo, que no es algo que nos vaya a beneficiar directamente.
P.- Si tuviérais que hacer un balance en la población española, creéis que es feliz?
R.- Según las encuestas, España es relativamente feliz, también hay que ver si en España está mejor visto decir que eres feliz. A veces respondemos las encuestas por estabilidad social, es decir, respondo que soy feliz porque es lo que la sociedad espera que yo diga.
¿Si somos felices o no en España? Depende mucho del contexto sociohistórico. Si preguntas en 2004 posiblemente la respuesta sería sí, en 2009 o 2010, la respuesta sería un rotundo no. Lo que dicen las cifras de problemas mentales, indican que vamos un poco hacia unos años de dificultades. Pero yo considero que por lo que sabemos a nivel global, yo diría que España no es un país especialmente triste.
P.- Para finalizar, ¿de dónde surge toda esa creatividad?
R.- Lo bueno de la psicología es que está en todas partes. Yo doy clases de psicología, dice Raúl , y están 'flipando' porque han descubierto que pueden analizar algunas cositas pequeñas de la realidad de forma científica.
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