Luz Belinda Rodríguez asegura no esconderse. “A mi no me preocupan los votos”, replica la política almeriense. Y con sus palabras y su posición en contra de las vacunas del Covid-19 lanza un recado a sus antiguos compañeros de filas, Vox, y su calculada indefinición pública acerca de los sueros. “Lo hacen para no perder votos. Estoy segura”, dice la diputada no adscrita del Parlamento andaluz en conversación con El Independiente.
Rodríguez, de 41 años, abandera hoy la causa de quienes rechazan el pinchazo. Según el CIS, un millón de adultos españoles no está dispuesto, bajo ninguna circunstancia, a recibir el suero contra el coronavirus. Un 2,9 por ciento de la población mayor de 18 años que expresa en las encuestas un “no” rotundo, en pleno repunte de los contagios, la aparición de la variante ómicron y el inicio de la vacunación de los menores de 12 años. En España, el 80,5 por ciento de la población tiene ya la pauta completa, una de las tasas más altas a nivel global.
Según el CIS, un millón de adultos españoles no está dispuesto, bajo ninguna circunstancia, a vacunarse
Desde el Parlamento andaluz, donde ha pedido la investigación de algunos viales, Rodríguez pone rostro político a los “anti vacuna”. “En Vox dicen una cosa y la otra. Cuando Macarena Olona se vacunó y puso la foto, perdió seguidores. La gente lo señaló públicamente. Han hecho el doble juego porque quieren los votos de los vacunados y de los no vacunados”, denuncia esta diputada que abandonó Vox en enero de 2020 y, dos meses más tarde, se incorporó como independiente a Falange Española de las JONS. Ahora prepara la irrupción de su propio partido, Libres, pendiente de la luz verde en el registro de formaciones políticas del ministerio del Interior.
A finales de noviembre Rodríguez planteó al consejero de Sanidad andaluz en una pregunta oral la necesidad de analizar los viales de la vacuna de Pfizer contra el Covid a raíz de un informe de Pablo Campra, un investigador de la Universidad de Almería que asegura haber detectado óxido de grafeno. El documento ha sido cuestionado por la propia institución. “La Universidad de Almería apoya sin fisuras las vacunas como instrumento científicamente incuestionable para luchar contra las enfermedades", reza el comunicado.
“Me llegó y, siempre que sea de sentido común y sean preguntas que están en la calle, yo las registro. No afirmo ni desmiento absolutamente nada. Lo que sí está claro es que el debate en la calle ahora mismo es que las vacunas llevan un tóxico”, comenta Rodríguez, que pasó por el ejército del aire antes de dedicarse a la seguridad privada. “Lo único que pedí es que se analice los viales. Campra asegura que existe un tóxico que es veneno para la salud”, insiste.
Diversidad ideológica entre negacionistas
La demoscopia dibuja una amplia diversidad ideológica en torno a los negacionistas que pululan por nuestro país. Un tercio se declara abstencionista mientras que el resto habría votado por Vox (17,9); Podemos (14%); PSOE (10,4); y PP (6,9). En las redes sociales, las posiciones contrarias a la vacuna de aquellos vinculados a la extrema derecha son las más ruidosas. “No creo, en absoluto, que sea de derechas. Me llegan con dudas tanto votantes de izquierda como de derecha. Y, bueno, hay mucha gente que no tiene ni idea de política ni le interesa, que no vota. Sean de un lado y otro, lo que quieren es que le digan la verdad”, matiza Rodríguez.
La parlamentaria confirma, sin medias tintas, que pertenece al segmento de población que ha optado por no acudir a los centros de salud para recibir las dosis. Un porcentaje muy reducido en España, en comparación con otros países europeos. “Yo no me he vacunado y no me voy a vacunar mientras que nos digan que los vacunados contagian igual que los no vacunados y, mientras que la vacuna esté un poco en el limbo como está. Hay muchos médicos que no se han vacunado porque no existe transparencia”, arguye.
A las vacunas, que han probado su efectividad para reducir los contagios, le sobran “opacidad”; indica Rodríguez. “Llevo muchos meses preguntando y pidiendo datos y no se me dan. No lo entiendo. ¿Cómo es posible que un diputado haga preguntas y pida datos y no se le tramitan o no se le contestan?”, se interroga quien asevera contar el asesoramiento de especialistas y usar solo las redes sociales “para propagar mi mensaje”. “Aunque hasta los asesores me los han quitado”, se queja.
En las vacunas, Vox hace el mismo doble juego que en lo demás
Sus dardos se dirigen primero hacia la formación en la que se presentó a las elecciones autonómicas de 2018. Vox cosechó entonces 12 diputados y se convirtió clave en la configuración del actual Gobierno de coalición, integrado por PP y Ciudadanos. “Por lo que tengo entendido, mi antiguo partido votó en el Parlamento europeo a favor del Pasaporte Covid. Lo que sucede es que mucha gente de Vox no se ve las intervenciones o no saben lo que hacen sus mismos compañeros. Hay un desajuste bastante importante entre ellos”, responde.
"Soy preguntacionista"
“Y luego está Abascal que dice que la gente decida y no aclara si se ha vacunado o no, pero acude a una entrevista con Federico Jiménez Losantos, que asegura no entrevistar a nadie que no esté vacunado. Es el doble juego que hacen en las instituciones en las que están. Está claro que antes no sabíamos como funciona Vox. Es un partido más”, dice, convertida en una de las críticas más acérrimas de la formación en la que una vez militó. “Hay otros políticos que no se han vacunado ni se quieren vacunar y así me lo trasladan, pero no lo dicen públicamente”.
Los negacionistas son ellos, que no me quieren dar la información
- ¿De qué partido son los que le han trasladado esa confesión?
- Prefiero no decirlo. Hay personas que me han hecho llegar su apoyo, pero todos sabemos que hay una disciplina de partido y que los diputados no pueden votar lo que les da la gana y hacer lo que les da la gana, lo que ellos consideren. Si quieren estar en el grupo parlamentario, pues tienen que tienen que jugar con las mismas reglas, las normas que hay son las que hay y, si no, tienen que irse fuera. En realidad, yo no he visto en el Parlamento que ningún político se haya vacunado. Me extraña y me llena de dudas.
Rodríguez rechaza la etiqueta de negacionista. “Los negacionistas son ellos, que no me quieren dar la información. Yo hago preguntas, yo no estoy negando nunca nada. Nadie puede decir que yo estoy negando algo. En todo caso, soy ‘preguntacionista’”, desliza. “Yo soy pro vacunas. Lo he sido siempre. Mi hijos están vacunados, yo estoy vacunada. Pero ante esta vacuna, tengo mis dudas y no las oculto. Creo que nos dicen una cosa y luego otra. No hay nada claro sobre el efecto adverso. Ahora dicen que cada vez salen más, antes era ninguno, antes era totalmente segura”, balbucea.
Acusada de "crear alarma social"
Rodríguez, a la que el consejero de Salud andaluz Jesús Aguirre acusó de “crear alarma social” y difundir “bulos”, llegó a vincular en la Cámara andaluza el ictus padecido por su padre con la vacunación. “No lo sé, pero voy a llegar hasta el fondo de esta cuestión. Mi padre se puso la vacuna y empezó a encontrarse mal”, replica a este diario. El consejero zanjó el tema: “Veo improcedente su pregunta porque lo único que crea es alarma social. Considero que la mesa de este Parlamento no tenía que haberla admitido”.
No estoy haciendo un partido para defender a los no vacunados
La diputada dice desconocer lo que existe detrás de la vacuna, las denuncias y conspiraciones que los negacionistas hacen circular por las redes sociales. “Veo muchas cosas, pero no tengo ni idea. No soy médico ni científico y jamás me voy a pronunciar. Mi trabajo es plantear preguntas”, comenta. “No estoy haciendo un partido para defender a los no vacunados. Yo quiero defender a todos”.
Su nuevo combate es, ahora, el uso del pasaporte Covid en espacios de ocio, en pleno debate sobre la obligatoriedad de la vacunación que han comenzado a establecer en otros países de la Unión Europea. “Yo no veo que a nadie para poder ir a trabajar o buscar un empleo le pidan si tiene Sida o cualquier enfermedad contagiosa. Es que hay una ley de protección de datos y no me entra en la cabeza que uno vaya a tomar una cerveza y el camarero le pregunte si tiene la tercera dosis”, concluye.
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