El objetivo de Dentix era captar al mayor número de pacientes posible y conseguir que obtuvieran financiación, aunque su situación económica no reuniera las condiciones necesarias para acceder a un préstamo. Una ambición por captar negocio a toda costa que está detrás de la quiebra de la compañía, según se desprende de la investigación de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) en el marco del procedimiento judicial que ha llegado a la Audiencia Nacional y al que ha tenido acceso El Independiente. El caso acumula 407 denuncias y un perjuicio para los pacientes estimado en 1,84 millones de euros.
Para captar a los clientes rechazados por las financieras, el creador de Dentix Ángel Lorenzo Muriel y Arturo Merlano - responsable de temas económicos - habrían ideado las Denticuotas: un sistema de préstamos sin intereses que asumía el propio grupo y que incluía a personas que incluso aparecían en listas de morosos, como declararon los trabajadores a la policía en el curso de la investigación. Para varios trabajadores, este sistema de financiación estuvo detrás de la suspensión de pagos de la compañía en octubre de 2020.
La investigación policial se centra entre 2015 y 2018, cuando la compañía concentra buena parte de su crecimiento y aperturas internacionales, llegando casi a duplicar su número de clínicas (pasan de 175 a 337). Es en esos mismos años en los que la compañía empieza a basar su crecimiento en la financiación de los tratamientos, que realizan con varias financieras y finalmente ellos mismos con el sistema de Denticuotas. La partida pasó de cuatro millones de euros en 2015 a 156 millones en 2018. Como declaró un subdirector de oficina de Dentix a la UDEF, el sistema "pasó de ser de carácter residual al principio a convertirse en más de la mitad de la facturación real de la mercantil" y hasta el 70% en la oficina donde este subdirector trabajaba.
Como recogía la propia memoria de la compañía y refleja el informe de la UDEF, "durante el ejercicio 2016, la sociedad comenzó a formar a su red comercial en la financiación de pacientes con la finalidad de potenciar sus ventas". Una actividad de la que Lorenzo Muriel habría conocido el riesgo, puesto que así figura en los informes de auditoría realizados por Olsezwski Auditores S.L. y ETL Global Auditores de Cuentas en 2017 y 2018. En ambos se refleja como uno de los aspectos importante el "deterioro del valor de las partidas a cobrar por riesgo de crédito", donde se encuadra la financiación a clientes.
Una subdirectora de clínica declaró a la policía, como consta en el informe de la UDEF, que en el año 2016 la compañía trabajaba con cerca de 10 financieras pero que "progresivamente se fueron retirando porque se abrió el abanico de clientes a personas que no podían hacer frente al pago de los tratamientos".
El riesgo también se materializó en "pérdidas por créditos comerciales", donde se incluían las mermas por insolvencias firmes de clientes. Esto supuso por primera vez pérdidas de 18.308 euros en 2016, algo más de un millón de euros en 2017 y más de tres millones pendientes de cobrar en 2018, siempre según los datos de la investigación.
La compañía financiaba directamente a los clientes aunque luego cedía esos créditos a bancos para obtener el importe anticipadamente. La investigación cree que este modus operandi se relaciona con un contrato de 14,9 millones de euros firmado en 2017 y otro de 11,9 millones firmado en 2018 por sendas empresas del grupo, que llegó a tener ocho sociedades en España y 11 en el extranjero, todas relacionadas con Ángel Lorenzo Muriel.
Pero la mayor venta a terceros de este tipo de créditos la sitúa la investigación en 2019, cuando la compañía vende a Pepper Finance Corporation S.L. un total de 23 millones de euros. No obstante, el grupo de Lorenzo Muriel solo habría podido recibir un 70% de la cantidad, ya que se estimó la posibilidad de cobro de los créditos como "remota" en el propio contrato, según refleja la investigación judicial.
Ese año 2019 la compañía ya se encontraba en grandes dificultades para conseguir financiación, que se agudizarían en 2020 y 2021 según los datos de Notariado que maneja la UDEF. El grupo obtuvo entre 2015 y 2018 préstamos de los principales bancos, como BBVA, Santander, Bankia, Bankinter, Banco Sabadell, Banco Popular o Abanca, entre otros. A partir de 2019 solo figuran Santander (en 2019) y BBVA, que les concedió el único préstamo obtenido en 2021.
Esta falta de créditos se traduce en profundas pérdidas que empiezan ya en 2018. La compañía pasa de ganar unos 23 millones anuales en 2015 y 2016 a reducir esas ganancias a tres millones en 2017. En 2018 ya pierde siete millones de euros, según los propios balances de la compañía citados en la investigación.
Otra de las formas en que se traducen las dificultades de la compañía es en el pago a proveedores. Según sus propios datos de balance, Dentix pasa en tan solo dos años de pagar en 46 días (2016) a demorarse 112 días (2018) para hacer frente a sus deudas con los suministradores.
Las dificultades por las que atraviesa la compañía, sin embargo, no son óbice para que en 2018, cuando la compañía pierde ya más de siete millones de euros, invierta casi 53 millones en publicidad. Según el informe Infoadex de publicidad ese año, esa cuantía estaría por encima de lo invertido por empresas como Telefónica o Renault.
Además, esa inversión se había disparado respecto a 2015, cuando la compañía dispuso para este ámbito menos de 30 millones de euros. Durante aquellos años la compañía tenía presencia habitual en televisión con caras tan conocidas como las de Casillas o Iniesta.
Las pérdidas se van acumulando y cuando la compañía cierra sus puertas en 2020 vierte la responsabilidad sobre el fondo buitre KKR, quien dice que no ha cumplido su compromiso de inversión. El fondo había firmado un contrato de 200 millones de euros en 2016 y otro de 20 millones en 2019. Ambas compañías se encuentran inmersas en un proceso judicial por esta causa.
Concurso de acreedores
El juzgado número 2 de lo Mercantil de Madrid se hizo cargo del concurso de acreedores de Dentix y autorizó en febrero de 2021 la venta de 80 de las clínicas (cerca de la cuarta parte) al fondo de inversión Advent, propietario de Vitaldent. De esa venta estaban excluidas las 'denticuotas', como publicó Europa Press. Esta otra cadena dental asumió parte de la cartera de clientes, lo que no ha impedido que proliferen más de 400 denuncias.
Esa venta se produjo poco después de la intermediación del Ministerio de Consumo, dirigido por Alberto Garzón, que el 19 de noviembre de 2020 aseguró que llevaba "semanas" dialogando con empresas del sector para "testar la viabilidad de una posible operación de compra que asuma los tratamientos pendientes". Una iniciativa que se encontró con el rechazo del Consejo General de Dentistas y asociaciones de consumidores implicadas en el sector como Actora Consumo.
En marzo de 2021 Vitaldent aseguró que se haría cargo de 110.000 tratamientos de la compañía, en el contexto de las 76 clínicas adquiridas. Al resto de pacientes, informaba el grupo dental en su blog, tendrían "acceso a una oferta especial". Vitaldent asegura que la compañía ha dado atención a 110.000 pacientes y que "durante el último trimestre de 2021 se tomó la decisión de integrar todas las clínicas de Dentix adquiridas bajo la marca Vitaldent".
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