Las alergias van en aumento. Según los datos del Ministerio de Sanidad, en España en 1997 era alérgica el 6,25% de la población. En 2017 era el 13,37%. Los datos van in crescendo por razones que los expertos consideran multifactoriales y que incluyen la contaminación, la dieta, el consumo de antibióticos, los partos por cesárea o la llamada hipótesis de la higiene, que se basa en un menor contacto con patógenos diversos en los primeros años de vida.

En España hay entre 4,5 y 5 millones de alérgicos al polen, el 70% de los cuales son alérgicos a gramíneas, seguidos de alergias al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.

Además de la tendencia general al alza, este 2022 está resultando especialmente duro para los alérgicos, pese a que la previsión era que esta temporada fuese leve o moderada, como informó en marzo la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Este martes sin embargo el jefe de Alergología del Hospital de La Paz, Santiago Quirce, ha afirmado que "este año ha eclosionado en niveles muy altos en toda España, aunque las previsiones no lo habían establecido así".

El alergólogo ha achacado este resurgir de las alergias a la salida de la pandemia. "Como los años del confinamiento había menos movilidad, ahora que la gente vuelve a salir más a la calle, casi que se les había olvidado lo mal que lo pasaban", ha apuntado.

Quirce ha participado junto a otros expertos en una jornada sobre regulación de las vacunas de la alergia, un mercado en el que conviven un tipo de vacunas reguladas como fármacos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y otras individualizadas sin autorización de comercialización, por lo que no están sometidas a los mismos controles. Se venden a precio libre, no tienen un visado general ni están sometidas a farmacovigilancia, por ejemplo.

En España, la AEMPS acaba de publicar un proyecto de orden ministerial que debe ser aprobado en el Consejo de ministros y que pondrá en marcha la
regulación del mercado. Jorge Mestre, experto en economía de la salud y miembro del Grupo Español por la Regulación de las Vacunas de la Alergia (GERVA) ha subrayado que actualmente solo el 4% de las vacunas de la alergia tienen autorización de comercialización y que la normativa permitirá ahorrar al sistema sanitario. Aunque no ha hablado de cifras, en un artículo en Cinco Días en 2021 fijó ese ahorro a tres años en más de seis millones de euros.

Actualmente el Sistema Nacional de Salud financia entre el 40 y el 60% del precio de las vacunas de la alergia, aunque el 13% del total se adquiere de forma completamente privada, según Mestre.

"Un 25% de los alérgicos se vacuna"

Las vacunas son solo una de las estrategias para vencer este tipo de patología que cada vez afecta a más españoles. Las previsiones al alza calculan que para 2050 afecte a la mitad de la población en países desarrollados, aproximadamente el doble que ahora.

Para luchar contra ellas, cuando son leves, los fármacos más populares - antihistamínicos - suelen ser suficientes. Las vacunas se dirigen a otro tipo de pacientes con alergias moderadas o graves. "A los casos leves que responden bien a las farmacoterapias no les proponemos la vacuna. En la práctica clínica yo estimo que reciben la vacuna un 25% de los alérgicos", ha estimado Quirce.

Las vacunas no son nuevas - nacieron en 1911 - aunque no fue hasta mediados de siglo XX cuando se descubren los mecanismos que desencadenan la alergia y se empieza a mejorar los tratamientos. Ya entrado el siglo XXI se incorporan las vacunas orales a las subcutáneas, que mejoran el perfil de seguridad y tolerancia. "El objetivo de estas vacunas es atenuar los síntomas, no siempre se consigue una remisión completa pero sí mejoran síntomas y pueden evitar que una rinitis desemboque en asma alérgico", ha explicado el jefe de alergología de La Paz.

Los expertos también han puesto sobre la mesa la gran desigualdad que existe en la atención alergológica según las distintas comunidades autónomas. La Organización Mundial de la Salud recomienda un ratio de dos alergólogos por cada 100.000 habitantes pero en España la media es de 1,7. Además, Baleares prácticamente no tiene ninguno y Andalucía, Cantabria, Comunidad Valenciana y Asturias tienen uno o menos.