Después de los 40, Andrés (que prefiere preservar su identidad real con un nombre ficticio) empezó a plantearse la posibilidad de someterse a una reducción de estómago. "Yo siempre fui gordito, no estaba acomplejado. Mi salud también estaba bien, pero en mi día a día comía mal y no conseguía estabilizar mi peso", cuenta por teléfono a El Independiente. Su peso llegó a pasar de 120 kilos en 1'70 metros de altura. "Le di muchas vueltas, pedí presupuestos en España pero lo más barato eran 12.000 euros, una cantidad demasiado alta y empecé a mirar opciones en el extranjero".
Algo reacio él y aún más su mujer, comenzaron a investigar en turismo sanitario y llegaron hasta una agencia, Medtravelco. "Me ofrecieron dos opciones, Turquía, que costaba un tercio que en España, y Lituania, que está en la Unión Europea, con un precio algo mayor pero muy lejano de las tarifas españolas", explica.
Finalmente y después de que Inmaculada Meco, fundadora de esta agencia, le detallara ambas opciones, Andrés se decantó por viajar a Estambul con un "todo incluido" para su reducción de estómago. "El viaje consta de siete días, al llegar allí se recoge al paciente y se le traslada al hotel, donde le ofrecen la dieta líquida que debe hacer antes de la operación. Se realizan todas las pruebas de preoperatorio y el cliente puede hacer turismo. Después se opera, por laparoscopia, y duerme dos noches en el hospital para controlar que ha ido bien. Después otras dos noches de hotel y vuelta a España", relata Meco.
La fundadora de Medtravelco es abogada y fue empleada de banca hasta 2013: "Acabé harta e hice un máster en dirección de ocio en Valencia. En aquel momento un amigo estaba haciendo un tratamiento de fertilidad en IVI, un centro al que acuden parejas de toda Europa. Pensé que un centro grande como ese tiene su propio departamento internacional donde gestionan los viajes, pero que tantas otras clínicas pequeñas no se lo pueden permitir, y decidí convertirme yo en ese departamento".
Así, afirma, empezó a viajar a distintos destinos, como Turquía, donde al boom de los injertos capilares se ha unido la cirugía bariátrica, los tratamientos de estética y también dentales: "Acudía a las clínicas, comprobaba que tenían las certificaciones médicas y ahora sigo viajando para revisar los sitios. Ayudamos a la gente a que no busque a loco y a que tenga un respaldo y un interlocutor en todo momento durante su viaje".
Andrés acudió a Turquía con su mujer y califica la experiencia de "extraordinaria". "El hotel era normal, sin lujos, y la clínica no tenía nada que envidiarle a cualquiera europea. Me sentí muy cuidado, el cirujano me informó de todo y me transmitió total confianza. Teníamos un guía que nos acompañó en todo momento y ejercía de traductor", asegura. Antes de marcharse, recibió de la clínica fotos y vídeos de la operación, radiografías, pruebas médicas y el historial clínico. "Me dieron toda la documentación y un teléfono, por si en la frontera requerían alguna explicación por las cicatrices de la operación, por si pensaban que me las había hecho para transportar algo", explica.
La aventura de este hombre, que ha perdido 40 kilos en un año, "no fue un camino de rosas", afirma, pero no por la ubicación de su cirugía sino por la envergadura del proceso, en el que sin embargo resalta que hubo un buen seguimiento por parte de la clínica. "Yo tuve complicaciones pero como me hubiera podido ocurrir en España. Esta operación te deja hecho un trapo, tienes que aprender de nuevo a digerir los alimentos y es duro. Yo tuve problemas de estreñimiento y de digestión de determinados alimentos y contaba con conexión wasap 24 horas con la nutricionista del hospital. Además, cuando tuve las complicaciones, hicimos varias videoconferencias en las que contaba con un traductor. Les tenía que mandar información y analíticas primero de forma semanal, después mensual y trimestral", relata Andrés.
Estos seguimientos son sin embargo la principal causa que ha llevado a tres sociedades científicas - la Sociedad Española de Obesidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad - a hacer una llamada de atención sobre esta tendencia en auge y llegan a "desaconsejarla totalmente".
Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española de Obesidad, afirma que "no se pone en cuestión la calidad de las cirugías, pero sí advertir que la cirugía es la última opción de un tratamiento para una enfermedad que es la obesidad, en la que se requiere de educación al paciente y seguimiento de por vida. Si se hace la cirugía de forma aislada el resultado puede ser mucho peor".
Lecube asegura que el posicionamiento de estas sociedades llega después de un aumento en la llegada a las unidades de obesidad de pacientes recién operados en Turquía. "En el último año calculamos que han podido ser más de 100 personas". Hay que recordar que la Seguridad Social incluye la cirugía bariátrica como prestación a pacientes que cumplan determinadas características, aunque la lista de espera, asegura, puede llegar a tres años. "Es una lista de espera inasumible. Durante esos tres años , el paciente pierde mes a mes días de supervivencia, es inaceptable".
Así lo piensa también el presidente de la Asociación Española de Personas Obesas (Asepo), Jesús Javier Díaz, quien asegura que su colectivo se siente discriminado por la atención médica. "No vemos oportuno que la gente tenga que viajar al extranjero para una operación que cubre la seguridad social. Al igual que otras patologías se derivan a hospitales concertados cuando no hay capacidad, que se dé también aquí", afirma el portavoz de Asepo.
Por su parte, la fundadora de Medtravelco afirma que el perfil de sus clientes es doble: "Por un lado tenemos gente que puede tener un sobrepeso importante u obesidad pero sin enfermedades asociadas y por otro gente que está en lista de espera y no quiere aguantar más". Meco asegura que no ha vivido complicaciones importantes de los procesos pero que en su agencia complementa el viaje con un seguro de seis meses para posibles complicaciones médicas: "Con él, la persona puede ir a tratarse a cualquier hospital de España y tendrá reembolso de lo que le cueste".
Las Sociedades Científicas recelan de este tipo de operaciones y su planteamiento tiene "el objetivo final de salvaguardar la salud de las personas y evitar complicaciones". Pero la realidad es que las listas de espera están impulsando el negocio y la tendencia es ascendente.
En el caso de Medtravelco, que inició su actividad hace cinco años, asegura que la pandemia fue un gran parón y que ahora están recuperándose a nivel de 2018. La de Andrés fue en plena pospandemia: "Son operaciones que ya de por sí dan miedo y más si se hacen en un país extranjero, donde a priori podemos pensar que las medidas sanitarias no sean tan rigurosas como en Europa. Pero mi experiencia fue que la calidad de los centros no tenía nada que envidiar a Europa y puedo decir que mi mujer, que era más reacia que yo, terminó viajando a turquía para realizarse tratamientos estéticos".
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