Tres años después del estallido de covid que paralizó el mundo seguimos sin saber qué pasó en la ciudad china de Wuhan, origen de la enfermedad, para que el coronavirus llegara a los humanos. Las recientes declaraciones del director de FBI, Christopher Wray, respaldando el informe del Departamento de Energía de EEUU que hizo público The Wall Street Journal en el que se apunta a que la expansión del Covid se inició por una fuga en un laboratorio ha vuelto a poner sobre la mesa ese vacío que nadie parece tener capacidad de rellenar.
Tampoco el FBI es capaz, al menos públicamente, de dar una respuesta clara a las acusaciones que desde la agencia de inteligencia se vierten. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tampoco lo ha hecho. La conclusión que pudo alcanzar tras su investigación sobre el terreno de la mano de las autoridades chinas es que era muy “improbable” que el virus hubiese sido una fuga de un laboratorio.
Los expertos de la ONU apuntaron como el escenario más probable el origen zoonótico del Covid. Esto es, de un animal, probablemente un murciélago, había saltado a los humanos. Posteriormente, ante las críticas que la OMS recibió desde Occidente, la agencia de Salud de la ONU matizó que no había cerrado otras vías de investigación, tampoco la de la fuga del laboratorio.
Este mes de febrero la revista científica Nature publicaba que la OMS había dado por cerrada la investigación y tuvo que salir al paso de la noticia Maria van Kerkhove, epidemióloga de la organización, para dejar “perfectamente claro que la OMS no ha abandonado el estudio de los orígenes de la covid. No lo hemos hecho. Y no lo haremos", afirmó.
"Por lo que yo sé, no se ha publicado ninguna prueba nueva que apoye la declaración del FBI. A falta de tal información, no me inclino a cambiar mi opinión de que las pruebas disponibles apoyan un origen natural de la pandemia de covid-19”. asegura Jonathan Stoye, jefe de grupo y director del Laboratorio de Interacciones Retrovirus-Huésped del Instituto Francis Crick, declaraciones al Science Media Center España. “Señalar con el dedo sin aportar pruebas ha sido muy poco útil, complicando enormemente los esfuerzos internacionales para proporcionar una descripción definitiva de los sucesos que condujeron a las primeras infecciones humanas", añade.
¿Qué sabemos?
“En general, ha habido un esfuerzo concertado por parte de algunos para impulsar la teoría de la fuga de laboratorio como si hubiera algún tipo de equivalencia en la evidencia, lo cual no es el caso. De hecho, ha habido una acumulación de evidencia -lo que sabemos sobre la biología de los virus, las variantes cercanas que circulan en los murciélagos y las ubicaciones de los primeros casos humanos- que apunta firmemente a un origen natural centrado en el mercado de Huanan en la ciudad de Wuhan” afirma el David Robertson, Jefe de Genómica Viral y Bioinformática, MRC-Centro de Investigación de Virus (CVR) de la Universidad de Glasgow al Science Media Center Internacional. Uno de los estudios más referenciados sobre el origen en el mercado de animales de la ciudad es uno publicado en Science por investigadores de la Universidad de Arizona. En la investigación mapearon la expansión de los casos en la ciudad mostrando, claramente, el epicentro en el mercado. Esto es lo que está más claro, según todos los científicos e investigadores: el brote se produjo en el mercado de Huanan y desde allí se extendió por la ciudad.
Si hasta allí llegó el virus de alguna manera desde el laboratorio no se sabe, ni se ha demostrado. Lo que sí quedo claro, desde que se secuenció genéticamente el coronavirus, es que es de origen natural, esto es no es un coronavirus modificado genéticamente en un laboratorio. Por lo que si salió del laboratorio pudo ser de manera accidental o no, pero con un coronavirus destinado a investigación.
Dudas de las que difícilmente saldremos. “Las preguntas sobre los orígenes y la investigación científica son, por supuesto, correctas y útiles, pero la politización del tema, y convertirlo en un problema ideológico, lamentablemente solo ha generado tensiones y ha hecho que la recopilación de datos primarios para comprender el riesgo de contagio zoonótico sea más desafiante", afirma al Science Media Center Internacional Alice C Hughes, líder del grupo Análisis de Biodiversidad de Ecosistemas Terrestres (BAT) de la Universidad de Hong Kong. "Es muy poco probable que obtengamos más datos para probar de manera irrefutable cualquiera de las teorías, por lo que el mejor enfoque es trabajar para prevenir el riesgo de futuras pandemias al comprender mejor el riesgo de contagio natural y aumentar la seguridad del laboratorio para eliminar cualquier riesgo de contagio en tales entornos", añade.
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