El fútbol americano fue el primero en dar la voz de alarma, los múltiples golpes a los que se exponen sus jugadores en la cabeza tienen un efecto acumulativo y causa lesiones cerebrales a largo plazo, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la encefalopatía traumática crónica. En el caso del balompié, un primer estudio de la Universidad de Glasgow (Escocia) observó que los jugadores profesionales son tres veces y media más proclives a morir por demencia. 

Este estudio se realizó a petición de la Federación Inglesa ante el elevado número de exjugadores con enfermedades neurodegenerativas. En particular han sido varios los jugadores de la selección que ganaron el mundial de 1966. Como Bobby Charlton o Nobby Stiles, que falleció en 2020 por Alzheimer.

Un estudio observacional recogido hoy por The Lancet ratifica la relación entre este deporte y este tipo de enfermedades. Tras estudiar a 6.007 jugadores de fútbol masculino que jugaron en la máxima división sueca entre 1924 y 2019 han comprobado que tienen  1,5 veces más probabilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en comparación con los grupos de control de la población general.

Según este estudio los porteros no tienen un mayor riesgo de demencia, lo que respalda la hipótesis de que los impactos leves en la cabeza al cabecear el balón podrían explicar el mayor riesgo en los jugadores de campo.

“Si bien el aumento del riesgo en nuestro estudio es ligeramente menor que en el estudio anterior de Escocia, confirma que los futbolistas de élite tienen un mayor riesgo de enfermedad neurodegenerativa más adelante en la vida. Dado que hay cada vez más llamados dentro del deporte para tomar mayores medidas para proteger la salud del cerebro, nuestro estudio se suma a la base de evidencia limitada y puede usarse para guiar las decisiones sobre cómo manejar estos riesgos”, afirma Peter Ueda, profesor el Karolinska Institutet de Suecia.

El estudio utilizó los registros nacionales de salud de Suecia para buscar registros de enfermedades neurodegenerativas (diagnósticos, muertes o uso de medicamentos recetados para la demencia) en 6007 jugadores de fútbol masculino que habían jugado en la máxima división sueca entre 1924 y 2019. Comparó el riesgo de los jugadores de enfermedad neurodegenerativa con controles poblacionales, que fueron personas emparejadas con futbolistas según sexo, edad y región de residencia . El análisis desglosó el riesgo de diferentes afecciones neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la enfermedad de las neuronas motoras y la enfermedad de Parkinson. 

Por su parte Björn Pasternak, investigador principal del Karolinska Institutet sostiene que la mortalidad general más baja que se observa entre los futbolistas indica que su salud general era mejor que la de la población general, probablemente debido a que mantienen una buena forma física al jugar fútbol con frecuencia. La actividad física se asocia con un menor riesgo de demencia, por lo que se podría plantear la hipótesis de que los riesgos potenciales de los impactos en la cabeza se compensan en cierta medida con una buena forma física. Una buena condición física también puede ser la razón detrás del menor riesgo de enfermedad de Parkinson".

Robert Lewandowski el pasado noviembre durante el Mundial de Qatar. | EP

Algunos jugadores míticos fallecidos con enfermedades neurodegenerativas

Ferenc Puskas: El futbolista húngaro falleció en 2006 a los 79 años tras sufrir Alzheimer. 

José Luis Brown: El defensa argentino, campeón del mundo en 1986, falleció en 2019 a los 62 años tras padecer Alzheimer.

Martin Peters: Mediocampista inglés, ganador del Mundial de 1966, murió en 2019 a los 76 años con Alzheimer. 

Gerd Müller: el delantero alemán, campeón del mundo en 1974, falleció en 2021 a los 75 años por Alzheimer.

‘Hacha Bravo' Navarro: Defensa español, que jugó para el Valencia y el Atlético de Madrid, murió en 2019 a los 86 años tras sufrir Alzheimer.