Después de tres años y medio desde el inicio de la pandemia y a un mes de las elecciones generales del 23-J, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado el fin del uso obligatorio de mascarillas en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias, por lo que ya no será necesario llevar la mascarilla al entrar en una farmacia, ni durante la visita a una residencia de mayores ni en todos los espacios de los centros sanitarios.

Solo se podrá exigir en las zonas donde pueda haber pacientes inmunodeprimidos, como las unidades oncológicas o en los quirófanos y UCIs donde siempre se han utilizado.

El ministro de Sanidad, José Miñones, lo ha consensuado con los consejeros del ramo en el Consejo Interterritorial de Salud, una reivindicación expuesta hace semanas por varias comunidades, entre ellas Madrid, que desde el mes de abril pedía eliminar la mascarilla en el interior de hospitales, farmacias y centros de día.

De esta forma, España despide más de 1.140 días de uso obligatorio de la mascarilla en algún ámbito, a la espera de que el Consejo de Ministros apruebe, previsiblemente la próxima semana, el real decreto que recogerá la nueva regulación, ya más flexible en lo relacionado a los entornos sanitarios y sociosanitarios.