Hace solo unos días un grupo de científicos de las universidades estadounidenses de Kentucky y Auburn publicó en la revista Journal of Economic Entomology un estudio que concluía algo que muchos siempre sospecharon: los aerosoles insecticidas de uso doméstico no son eficaces contra las cucarachas. En concreto, la investigación se había centrado en la cucaracha alemana, una de las más extendidas por los hogares de todo el mundo, analizando cómo estos productos tóxicos diseñados para ser rociados sobre superficies les afectaban.
La realidad es que los aerosoles mataron a menos del 20% de las cucarachas que estuvieron expuestas a ellos durante 30 minutos. De hecho, incluso cuando los insectos estuvieron confinados en las superficies rociadas, la mayoría de los productos tardaron entre ocho y 24 horas en matarlos, y algunos tardaron hasta cinco días. Los investigadores, que habían tomado las cucarachas de infestaciones reales para su estudio, consideran que el "problema clave" es que estas han desarrollado una resistencia "casi universal" a los piretroides, los productos que se usan en los insecticidas.
¿Qué tienen las cucarachas que ni siquiera los aerosoles diseñados específicamente para matarlas pueden hacerlo? "Son poderosas y resistentes, adaptables, buenas reproduciéndose y muy fuertes. Pero tampoco son inmortales, porque ningún ser vivo lo es", explicaron los biólogos Andrés Vélez y María Carolina Vélez en un extenso artículo publicado por la Universidad EAFIT de Colombia, en el que se detallaba que estos insectos ya poblaban la Tierra cuando todavía no existía el hombre y es "prácticamente imposible" que desaparezcan.
En gran parte es por sus cuerpos "ultra resistentes", que tienen un exoesqueleto de quitina, que algunos apuntan que es la causa de que sean tan resistentes a la radiación. Pero también tienen una gran capacidad para soportar la fuerza de la gravedad. Y son muy rápidas: si tuvieran el tamaño de un ser humano, alcanzarían velocidades de 145 kilómetros por hora. Si a todo esto le sumamos que comen casi de todo y que tienen mucha facilidad para reproducirse, el resultado son las plagas.
Además, cuentan con unos "súper sentidos". Y es que poseen unos pelos sensoriales ubicados en los cercos o perímetros de las patas que perciben desde sonidos muy intensos hasta pequeños cambios en la presión de aire, y responden a frecuencias de hasta tres mil ciclos en un segundo. Toda esa sensibilidad les ayuda escapar con rápidos movimientos al detectar un pequeño soplo de aire. Algo que explica por qué son tan buenas esquivando zapatazos.
"Las cucarachos lograron sobrevivir a la extinción del período cretácico, cuando desaparecieron los dinosaurios.¿Cómo lo hicieron? Una gran razón es su facilidad de reproducción, una alimentación basada prácticamente en todo, su agilidad y su forma aplanada, que le facilita esconderse por mucho tiempo. Por eso, se cree que ante un ataque atómico tienen buenas oportunidades de sobrevivir, aunque no está comprobado científicamente", explicaron los científicos colombianos.
Ahora mismo estamos en temporada alta de cucarachas. Y tiene una razón. Como detallan desde American Pest Control, una empresa de control de plagas, la relación entre estos insectos y el calor es muy estrecha porque las elevadas temperaturas y la humedad colaboran en su ciclo vital, ayudando a que los huevos eclosionen con mayor rapidez. No significa que en invierno desaparezcan. Pero en los meses estivales aumentan su actividad, mientras que la llegada del frío hace que se queden más "quietas".
Cómo controlar las plagas
Los autores del estudio de Journal of Economic Entomology consideran que las opciones más prometedoras para el control de cucarachas son los cebos líquidos o en gel, que atraen a los insectos a una fuente de alimento cargada con un insecticida de acción lenta. Aunque lo ideal, añaden, sería que los consumidores también tuvieran acceso a servicios profesionales de control de plagas asequibles que adopten un enfoque multifacético conocido como manejo integrado de plagas o MIP. Sin embargo, admiten que este no suele ser el caso de los residentes de viviendas multifamiliares de bajos ingresos, donde las infestaciones de cucarachas suelen ser persistentes.
"Existe una sólida base de conocimientos e investigaciones sobre cómo podemos controlar las cucarachas, pero hay numerosas barreras económicas y de procedimiento que impiden que este control se lleve a cabo en estas zonas, posiblemente donde más se necesita. Apuntar a tecnologías mejoradas que puedan cerrar estas brechas de control es realmente fundamental para lograr un control accesible de las plagas, ya sea mediante diferentes ingredientes activos y modos de acción, formulaciones o estrategias de implementación de productos", zanjaron los expertos.
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