Un año más, en El Independiente nos ayudamos de MedusApp para radiografiar cómo de activas han estado las medusas durante el verano en España. La aplicación, lanzada en 2018, utiliza datos recogidos a través de reportes ciudadanos para trazar un mapa nacional de picaduras y avistamientos, que sirven como referencia a los bañistas y como marcador para ver cómo está evolucionando todo para los científicos.

En los meses de verano desde MedusApp han contabilizado en total casi 2.800 picaduras. Una cifra que consideran "dentro de lo habitual". Sin embargo, en cuanto a los avistamientos, que superan los 40.200 en el momento de escribir estas líneas, aseguran que ha habido "bastante cambios significativos".

La aplicación ha sido desarrollada por Eduardo Blasco, que ha atendido a El Independiente, y Ramón Palacios. Ambos son informáticos de la Universidad Politécnica de Valencia, y se han encargado de la parte de programación del proyecto. La parte científica la ponen los doctores César Bordehore y Eva Fonfría, de la Universidad de Alicante. Y luego también cuentan con un puñado de colaboradores que les ayudan a autorizar los avistamientos, y con las doctoras de la Fundación Jiménez Díaz, que recogen los datos de picaduras bajo su supervisión.

Las medusas más comunes en cada zona

Según explica Blasco, en el Cantábrico en el año 2023 "reinaba asombrosamente" la Pelagia noctiluca, normalmente muy abundante en el Mediterráneo pero prácticamente nula en el norte peninsular en los últimos tiempos. Este verano la situación parece haberse normalizado, porque esta especie ha vuelto a desparecer por allí casi por completo. La más vista en esa zona, como de costumbre, ha sido la Physalia physalis (carabela portuguesa), aunque ha crecido el número de avistamientos de la Rhizostoma luteum.

En Cataluña, ha predominado la Pelagia noctiluca, como siempre, pero ha habido muchísimos bancos de abundantes Rhizostoma pulmo. Y en Balares tampoco ha habido cambios, siendo la más vista igualmente la Pelagia noctiluca.

En la Comunidad Valenciana ha bajado la Rhizostoma pulmo de otros años (Blasco explica que en 2023 su presencia fue "cansinamente masiva"). Aunque hay que destacar que en Valencia, y más concretamente en la zona de playa del Ensanche en el sur de la ciudad, no ha habido avistamientos en la orilla. Por su parte, en Alicante, desde el cabo de San Antonio hacia el sur, ha habido más Pelagia nocticula que otros años.

La Cotylorhiza tuberculata (huevo frito) se ha visto muchísimo en todo el Mediterráneo, desde Murcia hasta Cataluña, y en especial algunos bancos masivos en el mar Menor, algo bastante habitual. Pero para Blasco lo más llamativo ha sido la baja presencia de medusas en general en el Mediterráneo andaluz si lo comparamos con otros años, cuando la Pelagia noctiluca era alarmantemente alta. "Este año entendemos que el turismo ha respirado aliviado", relata.

Medusas más peligrosas

Desde Valencia hasta Tarragona no suele haber muchos avistamientos y los que hay son de especies poco urticantes. En comparación con 2024, el País Vasco ha estado bastante tranquilo, aunque las que hay allí sí son muy urticantes. Y también comparativamente, este año ha habido bastantes menos en Andalucía.

"Yo diría que la huevo frito ha sido la reina del verano. Afortunadamente es de las menos peligrosas. La más urticante, es la carabela portuguesa, en especial por sus larguísimos tentáculos que apenas se ven", detalla Blasco.

Según César Bordehore, el cambio climático está afectando a las medusas en su desarrollo más temprano, de manera que se ven antes más adultas. En ocasiones los expertos han visto en el Mediterráneo muchas carabelas portuguesas inyectadas desde el estrecho por los vientos de primavera. Aunque este año casi no se han visto allí, solo en el norte.