No hace falta destinar largas horas al gimnasio para mantenerse activo. Recientes investigaciones han evidenciado que, con pequeñas modificaciones en la vida cotidiana, es posible conseguir mejoras importantes en salud. Incluso caminar un poco más o disfrutar del calor en una sauna tienen su peso. Lo fundamental es que cualquier forma de movimiento, a pesar de ser breve, puede terminar marcando la diferencia.

El ejercicio moderado: pasos sencillos para una gran diferencia

¿Cuánto ejercicio es suficiente?

La recomendación general, para cualquier persona que desee llevar una vida más activa, es de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado. No obstante, algo tan fácil como caminar de 5.000 a 6.000 pasos al día ya tiene un impacto considerable sobre la salud. Algunas investigaciones demuestran que ese incremento del número de pasos, en especial si se realiza a un mayor ritmo, puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cáncer, entre otras.

Pequeños cambios, grandes resultados

No es necesario inscribirse para un maratón. Puedes realizar acciones de carácter muy sencillo como bajarte una parada antes en el autobús, tomar las escaleras en lugar de usar el ascensor, o pasear o caminar durante tu descanso. Un estudio reciente ha encontrado que caminar un poco más de lo habitual cada día puede disminuir el riesgo de morir prematuramente. Lo importante es hacer un poco más de ejercicio de manera un poco más intensa, aunque sea en el tiempo que puedas.

Ejercicio intenso: menos tiempo, más esfuerzo

Entrenamiento a intervalos: máxima eficiencia

Reducir el tiempo que le dedicas al ejercicio y no renunciar a los resultados que quieres conseguir: en el fondo, se trata de incrementar la intensidad. Los entrenamientos a intervalos de alta intensidad son una excelente elección que, aunque exigen lo suyo, van a suponer que 75 minutos a la semana de ejercicio vigoroso como pueden ser sprints, circuitos, etc., se equiparen a los 150 minutos de actividad moderada recomendados.

Actividades cotidianas con un giro

No es necesario disponer de un gimnasio para hacer ejercicio con intensidad. Algunas actividades, como correr para intentar alcanzar un tren, cargar bolsas de la compra pesadas o jugar con tus hijos, son tanto ausencia de actividad física como ejercicio. Hay investigaciones que demuestran que, haciendo tres o cuatro minutos de ejercicio intenso, y después unos minutos de descanso, varias veces al día, pueden reducirse en un 50% las posibilidades de enfermedades graves.

Más allá del ejercicio: alternativas que sorprenden

Sumérgete en calor y mejora tu salud

Si tu actividad más intensa en la cinta no es correr, entonces quizás te interese una buena opción de la utilización de jacuzzis o saunas. El experimento sugirió que meterse bajo el agua a 40 grados elevaría el ritmo cardiaco, tal como sucede con los beneficios de practicar un ejercicio ligero. Eso no equivale a practicar el ejercicio aeróbico en sí mismo. Pero complementarlas muy probablemente aumente los efectos positivos para la salud.

El equilibrio entre disfrute y seguridad

Disfrutar de esta sesión de calor extremo sin abusos resulta importante, los expertos aconsejan no reunir en la sauna más de 20 minutos para evitar riesgos. La combinación del ejercicio físico moderado y la sauna puede ser un arma muy potente para mejorar la salud del corazón y hacer disminuir la tensión arterial.

Cualquier movimiento cuenta

Aunque lo óptimo sea dar 10.000 pasos al día, también se puede lograr un gran beneficio al realizarlo a una frecuencia más baja, o con pausas. Lo importante es moverse más de lo que uno está acostumbrado. Cualquier paso cuenta. En el caso de que el tiempo sea escaso, incluso ciertas actividades cotidianas, pueden marcar la diferencia.