El paso del tiempo modifica la piel, la cual se vuelve más fina y frágil. Con los años, aparecen manchas en la piel. Por ello, cuidar la piel en la tercera edad es esencial para mantener su integridad y prevenir un envejecimiento rápido y arrugas indeseadas. Aquí os dejamos unas recomendaciones sobre le cuidado de la piel en personas mayores.

Comportamiento de la piel en la vejez

Pese a que siempre es importante, el cuidado cutáneo se amplifica a partir de los 60 años debido a la pérdida de defensas de la piel ante los agresores externos. El mantenimiento de la piel no solo favorece la salud y el bienestar, sino que también impacta en la calidad de vida. Señales como manchas en la piel pueden indicar que no hemos atendido adecuadamente nuestra piel en el pasado.

La piel sufre cambios visibles con el paso del tiempo debido a la deshidratación y adelgazamiento del tejido, afectando así a su elasticidad. La renovación de la piel en personas mayores es más pausada, con una pérdida notable de colágeno y disminución en el grosor, lo que ralentiza la curación de la piel.

Cuidados según las estaciones del año

Tanto en verano como en invierno la piel tiende a sufrir más daños, ya sea por un exceso de vitamina D o por someter a la piel a un agua muy caliente. El cambio estacional implica ajustes en el cuidado de la piel:

  • Primavera: es necesario aplicar a diario cremas solares protectoras para prevenir los efectos dañinos del sol.
  • Verano: aumenta de forma notoria la exposición al sol, por lo que utilizar nuevamente protección solar es esencial para contrarrestar los rayos UV y evitar golpes de calor y quemaduras.
  • Otoño: tras el verano, es fundamental evaluar la piel. Para ello, recomendamos acudir al dermatólogo en caso de presentar nuevas manchas o lunares.
  • Invierno: el frío extremo exige un aumento en la hidratación profunda para proteger contra la sequedad, sobre todo en pieles sensibles a los cambios de temperatura.

Hidratación y nutrición de la piel en adultos mayores

El cuidado de la piel esta vinculado con la hidratación y temperatura corporal. Cada piel responde de manera única a los tratamientos, dependiendo de sus características específicas. Uno de los consejos más habituales para tener la piel bien hidratada es beber la cantidad de agua necesaria, evitando así el consumo de bebidas azucaradas. En ocasiones no logramos tener una buena hidratación, por lo que las frutas e infusiones pueden ser complementos favorecedores.

Cabe destacar que mantener una dieta equilibrada y rica en nutrientes también favorece al cuidado de la piel. Es necesario evitar alimentos como la bollería industrial, comidas rápidas y bebidas con gas.

Rutinas simples para los mayores

  • Protección solar: proteger la piel a diario, evitar el sol intenso y usar protectores solares en todas las estaciones es necesario para prevenir daños.
  • Dieta e hidratación saludable: como hemos mencionado anteriormente, una alimentación rica en frutas, verduras y proteínas magras favorecerán a mantener la piel hidratada.
  • Higiene diaria: limitar baños largos y usar agua tibia, secar sin frotar y aplicar cremas recetadas por dermatólogos ayudan a preservar la salud cutánea.